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¿Chantaje a los presupuestos?

Félix Lareki Garmendia
Félix Lareki Garmendia
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao. Su carrera profesional fundamentalmente la ha desarrollado en Xerox España S.A.U.. Exprofesor de la Escuela Superior Universitaria de Marketing en la Cámara de Comercio de Bilbao, del Master de Marketing y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del País Vasco UPV - EHU. Durante 8 años ha estado en política en el País Vasco. Vicepresidente de la Asociación Internacional Aulamar para personas discapacitadas para el disfrute de la navegación a vela. Tiene publicados varios libros con ESIC Editorial. Su lema es “pasión por el arte y las personas”, lector empedernido, escritor y analista social.
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análisis

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El Sr.Rivera, de Ciudadanos, saca pecho -se nota muchísimo- a la vista de los últimos sondeos, como ganadores de las próximas elecciones, remitiéndose al PNV que como siempre y una vez más –según él- aporta inestabilidad a la política española, con su decisión de no apoyar los presupuestos generales para 2018, ya que el Gobierno del Partido Popular no retira el 155 en Cataluña. En igual forma de pensar se encuentra el Gobierno del Partido Popular, que incluso menciona la palabra “chantaje” al referirse al PNV por su actitud respecto a dicha ley en dicha Comunidad en la que el independentismo tiene mayoría parlamentaria pero no social.

Un partido y los votantes que lo apoyan, manifiestan su decisión en muchas situaciones y lo hacen de forma legal como sucede en la práctica. El Gobierno se apoya en sus bases cuando apoya proyectos como por ejemplo el de la “prisión permanente revisable” a la escucha de la manifestación en la calle. O su desacuerdo con temas referidos a la “memoria histórica”. U otros temas. Normalmente las decisiones tomadas tiene mucho que ver con políticas de partido, más que de Estado.

El PNV desde su visión, ha reclamado sistemáticamente la necesidad de llegar a acuerdos en la política catalana, y ello lo viene solicitando desde hace mucho tiempo. Su punto de vista es claro. Una vez celebradas las nuevas elecciones en Cataluña e independientemente de que no haya sido elegido todavía su presidente, es absolutamente necesario que se derogue el artículo 155, que supone de facto un secuestro a las instituciones y al parlamento. Sucede que una vez han sido elegidos los nuevos diputados, las decisiones en la comunidad las sigue desarrollando el Gobierno Central.

El Gobierno central también es claro, opina que no puede haber un presidente que tenga problemas con la justicia. Más al grano no desea un presidente “independentista”, a pesar de que haya sido nombrado por la mayoría parlamentaria. Un juego de intereses cruzados de imposible solución.

Tampoco pasaría nada si el Gobierno aprobara la decisión de retirar el 155 – por favor que nadie se rasgue las vestiduras- , que por otra parte podría ponerla en marcha en cualquier momento –más adelante- si las circunstancias lo aconsejaran. Dicho esto y si así sucediese el PNV apoyaría los presupuestos, tal y como se ha comprometido y ha determinado en sus manifestaciones públicas. No es un chantaje, simplemente se han puesto en marcha las normas parlamentarias y la fuerza de los acuerdos. Es algo muy normal en el devenir de todos los partidos políticos. Por otro lado conviene recordar que el Gobierno acaba de recurrir la subida del 1,5% a los funcionarios públicos vascos. Me parece un total dislate.

Los temores y los miedos que se generan actualmente por la huida de votos a otras formaciones políticas (en este caso a ciudadanos), dejan inmovilizados a los gobernantes.

Es la hora de ceder, haciendo acopio de País y de gobernanza generosa. En muchas ocasiones el Sr.Rajoy ha hecho alusiones a su política de “no” partido y “si” País, teniendo en cuenta los intereses de todos los españoles.

Ha llegado la ocasión de soltar miedos, ajustar la cabalgadura y dar la oportunidad de conseguir los apoyos necesarios para la aprobación de los presupuestos, necesario para que el país pueda funcionar con normalidad, comenzar a apoyar a Cataluña, restañar heridas, promoviendo por qué no, una amnistía sobre los responsables políticos, negociándolo con legisladores –poder judicial- y dejarse de memeces. Y conseguir de paso un prestigio internacional con dicha decisión en muchas cancillerías.

Es el gran momento para la intervención de la “gran política” con altura de miras. Y de darse cuenta de que a nadie, digo A NADIE, le interesa vivir en esta inestabilidad.

Ceder para ganar

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