Causas y efectos de la factura de la luz

El portavoz de ERC en la Comisión de Energía del Congreso analiza para Diario16 las causas de la subida de luz y quiénes son los verdaderos responsables. Joan Capdevila recuerda que el orígen se encuentra en una pseudoliberación de un sistema franquista basado en tecnologías que ya no existen o que están disminuyendo, para bien del planeta, en el pool energético. Que el debate es más tecnológico que económico.

Se cumplirá hoy una semana de la comparecencia de la Vicepresidenta tercera del Gobierno y Ministra para la Transición ecológica en la Comisión homónima del Congreso de los Diputados, en la que tengo el honor de ser portavoz del Grupo Parlamentario Republicano “para explicar las medidas que piensa adoptar ante el continuo incremento del precio de la luz, que ha alcanzado máximos históricos, etc”.

Cumple una semana y quien les escribe no ha salido ni con medicación ni con meditación de una sensación entre el pasmo y el hastío. Pasmo por lo pobre de su intervención respecto a tratamiento, hastío por lo estoico de su diagnóstico.

Dado por sentado que debe ser prioridad 1, si no 0 la lucha contra la emergencia climática, y que una transición energética abordada sin complejos es clave para yugularla si queremos combatir los trágicos escenarios medioambientales provocados por el cambio climático, escenarios que ya son una realidad inaplazable: desajuste de las temperaturas que afectará a los ecosistemas, disparará la demanda de energía y aumentará la generación y transmisión de bacterias, virus y parásitos, graves períodos de sequía que han llegado para quedarse, más incendios, montañas sin nieve, (a finales de siglo, ya no tendremos nieve en los Pirineos) y costas y deltas invadidos por la crecida de los mares.

Dado por esclarecido que el reciente IPCC Climate Report, del que Diario16 ha dado cumplida información, resuelve con evidencias científicas que los acuerdos de París son insuficientes y que el cambio climático afectará a los territorios de forma dispar pero en todos significativa, y que una de las peores partes nos tocará a los ribereños mediterráneos… Dado todo ello por sentado, la Ministra vino a la Comisión con un tono como buscando una cita de Séneca que se pueda entonar con un castizo “ésto es lo que hay.

Lo que dijo la ministra Ribera

Así las cosas, la ministra Ribera dijo que le afeará la conducta al oligopolio eléctrico y pedirá al Regulador que lo escudriñe en su habitual avidez de beneficios… y que manda cartas a Europa (¡la ágil Europa! la que jamás voló rauda desde su rapto) para que se revise el sistema marginalista de formación de precios. Señalándonos que es en “ese puesto del mercado” donde hay que reclamar, como si el Estado Español no formase parte de él.
Sentado el marco, y por si a ustedes la Ministra tiene a bien darles respuesta (a mí en Comisión nunca me suele ocurrir), les repito a ustedes en forma de pregunta algunas sugerencias que, mientras PSOE y Podemos disciernen sobre la legalidad de intervenir precios (si se puede con los alquileres, ¿por qué no con la luz?), preguntas más a corto (por lo disparado que está el precio de la factura de la luz) y preguntas más a largo (para ir al tratamiento de la causa y que no nos vuelvan a ocurrir disparadas inflaciones) acaso arrojen cierta luz.

Preguntas a corto

A corto: Si las empresas que más ganan en la situación actual (propietarias de hidroeléctricas, nucleares y de ciclos combinados) son las que insisten en priorizar la tarifa fija, qué tal informar a la población sobre cuál es, la mejor opción de tarifa para el pequeño consumidor si no quiere verse al albur de los vaivenes de precios? ¿Cuál la que permite aplicar el bono social si se cae en situación de vulnerabilidad? repitan conmigo: PVPC.
Otra manera rápida de aumentar la oferta, y además reducir la demanda, es la implantación del autoconsumo. Lo primero es acelerar el despliegue de los fondos Next Generation, que prevén 900 millones de euros para autoconsumo, en coordinación con las Comunidades Autónomas.
Cada kWh que se produzca en los tejados es un kWh que no está ni en el sistema… ni en la factura.

Sobre facturas

Hablando de facturas: existen otras propuestas, que aunque de menor impacto pueden aplicarse. Un ejemplo, se me dirá que menor: Este Estado es el único, (junto con Austria, pendiente de verificar) en que se paga el alquiler del contador. Eliminar este gasto supondría un ahorro de 300 millones anuales.
Más ¿Qué tal eliminar de inmediato el requisito absurdo de la licencia de obras para tramitar instalaciones sobre tejado, para así reducir tiempos de conexión de la solar de 3-6 meses a 15 días?.
¿Y qué tal reformar cuanto antes la Ley de Propiedad Horizontal para reducir las mayorías necesarias para instalar solar en comunidades de vecinos? (esto se hace tocando una frase en la ley, no es nada complicado).
¿Y qué tal la implantación del reparto dinámico de excedentes en el autoconsumo compartido, para el que la CNMC le ha dado al Gobierno un año, y que debería adoptarse de inmediato replicando por ejemplo el modelo francés?
¿Que tal legislar ágil y ambiciosamente, por fin, sobre la implantación de Comunidades Energéticas, a la francesa manera también? Muy importante, también; legislar en pos de una agregación de la demanda que permita a los consumidores participar en todos los mercados.
La reciente Ley de Cambio Climático mandata que en 8 meses se revise la Ley del Sistema Eléctrico: ¡transpóngase en ella las Directivas pendientes del Clean Energy Package y dejémonos de parches!
En la lógica de oferta y demanda: para bajar precios es preciso aumentar la oferta (y/o reducir la demanda de electricidad, y quizás alguna muestra de austeridad de las Administraciones sería un buen ejemplo).. Aumentar la oferta implica aumentar la generación eléctrica. Que entre a menor precio que el de casación, pues si no, sería oferta que no serviría para bajar el precio. Por ejemplo, con energías renovables. Cada kWh renovable que entre en el sistema, saca de él a un kWh de gas,
Por otro lado, acelerar la tramitación y conexión de las instalaciones de subasta también aceleraría la entrada de sus precios. ¿Que tal si pensamos primar a quien conecte antes del 2023 previsto en la mayoría de casos?
La respuesta a ésas preguntas de forma asertiva y ágil daría resultados para las facturas de los consumidores y las PYMES, a parte de ser a coste cero para la Hacienda Pública en la mayoría de mis preguntas, y serían además óptimas en la lucha contra la emergencia climática.
Y, ni que decir tiene: nadie, nadie, debe quedar fuera de un derecho básico y universal: en relación con los clientes vulnerables severos, habrá que aumentar el descuento del bono social del 40 al 60% en el caso de que el precio de mercado esté por encima de 45 EUR/MWh.

Sin varita mágica

Sabemos que no existe la receta ni la varita mágica, y que la oposición puede tender al exabrupto y a la hipérbole, y veremos a la derecha aullar kafkianamente.. No es el caso del grupo al que doy voz en Comisión -ERC- y a las cuestiones supraescritas me remito como prueba de oposición propositiva.
Sabemos que no tratamos tanto la causa como el efecto con lo dicho hasta aquí: que el orígen se encuentra en una pseudoliberación de un sistema franquista basado en tecnologías que ya no existen o que están disminuyendo, para bien del planeta, en el pool energético. Que el debate es más tecnológico que económico.

Sabemos también que tenemos un modelo aparentemente liberalizado con poca intervención del Estado… pero a la vez sin competencia efectiva por el efecto (de reparto territorial) más que de oligopolio, de monopolio. Estamos a medio camino entre el modelo holandés y el francés, acumulando las desventajas de ambos, en una zona gris donde funcionan los amiguismos y todo se judicializa.

Y para terminar, y al hilo de romper el monopolio, de mayor calado y también a coste 0: potenciemos la competencia de verdad: Más que el debate de una eléctrica pública, seguramente necesaria pero que tendrá efectos a demasiado largo plazo, creo que una de las claves es que los grandes grupos integrados vengan obligados a desinvertir para que dejen de tener posición de dominio en toda la cadena de valor.

Esto no soluciona ningún problema por sí mismo, se me dirá, pero los redefine. Que elijan si quieren ser generadores, distribuidores o comercializadores… y luego que desinviertan en el resto al grito de “es el mercado de verdad, amigos!”.

Nueva tesis

Nuestra tesis: la electrificación es un vector clave de la descarbonización y los compromisos globales y europeos, si cabe más aún tras el aumento de ambición al 55% y las nuevas propuestas de la Comisión que se presentaron el pasado mes de julio (Paquete Fit for 55). El problema es que la actual escalada de precios finales al consumidor, residencial y empresas, está generando dudas en la sociedad. En definitiva, es razonable para primar la eficiencia una cierta internalización de costes, pero es muy difícil que una sociedad asuma subidas como las que estamos viendo pues comienzan a penalizar la calidad de vida de las familias y la competitividad de nuestras empresas.
La variable precio no puede ser la única que fuerce los cambios que nuestra sociedad necesita. Hay que trabajar sobre otras medidas igualmente necesarias. De lo contrario, las subidas de precio necesarias para cumplir los objetivos de descarbonización serán tan elevados que penalizarán a la sociedad y la pondrán en contra del proceso, especialmente si, mientras tanto, otros bloques mundiales no asumen el mismo rigor en la lucha climática (como China, que alcanza niveles históricos de emisiones de CO2 por el impulso a la construcción).
Estas medidas habrán de priorizarse en los sectores prioritarios para la descarbonización, pero también en los prioritarios para la economía española. Y uno de ellos, está claro que es la automoción, a la que este debate sobre el precio de la electricidad le está haciendo un especial daño, pues resulta difícil optar a un cambio de vehículo electrificado en un escenario en el que cada día se baten récords de precios eléctricos.
Por tanto, si queremos aumentar ambición, o simplemente cumplir la que ya tenemos a 2030 en el PNIEC, esas medidas no monetarias han de ganar más protagonismo. No podemos centrarnos solo en el debate del precio final, que es clave pero unidimensional. Democratizar el sistema lo hará más sostenible económica y ambientalmente, no lo duden.