Un posible adelanto electoral sobrevuela Castilla y León. Los enemigos de partido del presidente Alfonso Fernández Mañueco ya lo han pedido abiertamente. Y aunque, una vez anulado a Ciudadanos, es muy probable que consiguiera la mayoría para gobernar, el líder del ejecutivo prefiere ser prudente. Así, tras tumbar y humillar públicamente en las Cortes a sus socios de Gobierno, al rechazar con apoyo del PSOE la reforma sanitaria que proponía Ciudadanos, piensa con calma su próximo paso para ser el amo absoluto de la comunidad. La histórica, románica y plateresca Castilla y León sufre el peor de los Gobiernos.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Francisco Igea, tras la pataleta por ver tumbada la reforma sanitaria por su propio socio de Gobierno y sin previo aviso, trata de no romper la baraja. Sabe, como todos sus contrincantes políticos, que el tiempo que dure este Ejecutivo de coalición en Castilla y León es lo que le queda de estar en política.
Legislatura de cuatro años
Mañueco, además, cuenta con una ventaja sobre Madrid. En Castilla y León, de convocarse ahora elecciones anticipadas, serían para un gobierno de cuatro años y no de dos como le ha pasado a Ayuso.
Pero los de Ciudadanos no se fían de Mañueco. Y hacen bien. Por si las moscas, Igea se apresura a asegurar que en la Comunidad no habrá «ni cambios en el Gobierno, ni elecciones anticipadas», a pesar de las discrepancias surgidas estos días entre el PP y Cs con la reforma sanitaria, y que atribuye a «un malentendido ya aclarado».
Pero lo cierto es que se barruntan elecciones y que podrían coincidir con las de Andalucía, de confirmarse también el adelanto electoral en esa comunidad, para el final del invierno.
Moción de censura fallida
El PSOE, tras la moción de censura fallida en marzo tras el fracaso político para el PSOE de la moción en Murcia y Castilla y León, tendría que esperar a marzo para volver a plantearla en esta última comunidad.
Con tres diputados de Ciudadanos que aceptaran la moción, algo más que probable en un momento en que el grupo en las Cortes es consciente que esto se acaba, Luis Tudanca, quien ganó las pasadas elecciones en Castilla y León aunque no pudo gobernar por el pacto de Ciudadanos con el PP, tendría el apoyo suficiente, junto a los votos del PSOE y de Podemos, para hacerse con la presidencia de Castilla y León.
Ni el indeciso Mañueco se la jugará. Mientras, sigue abierto el proceso judicial contra el PP de Castilla y León por una posible financiación ilegal del partido en esta comunidad, a través de un entramado que podría haber sido liderado por el propio presidente, para hacerse con el poder, como así fue, en el partido en la comunidad. Esto le permitió presentarse de candidato a la presidencia de la Junta. Y gobernar a pesar de conseguir los peores resultados del partido en su región en casi cuatro décadas.
