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Caso Triodos: mucho más que un asunto judicial

Los CDA del banco Triodos son similares a las famosas participaciones preferentes suscritas por once bancos y cajas de ahorro en España. Un producto cuya liquidez se ha reconocido que es limitada y que implica un elevado riesgo de mercado como consecuencia de la fluctuación de los tipos de interés

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análisis

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Los responsables de prensa del banco Triodos intentan convertir el litigio que mantienen con algunos clientes en una carrera judicial en la que gana el que obtenga mayor número de sentencias favorables. Pero ese no es el problema. Lo que está en juego es la credibilidad de la llamada “banca ética”.

La Asociación de Financiación Ética y Solidaria, FETS, en su último barómetro hecho público, el que corresponde al ejercicio de 2021, señala que, desde el año 2007, los depósitos obtenidos por las entidades financieras éticas se multiplicaron por veinte. El importe total de dichos depósitos ascendió, el año pasado, a los 2.640 millones de euros, un 7,55% más que en 2020. Así pues, el sector empieza a tener cierta relevancia en el mundo financiero. La marca “banca ética” empieza a llamar la atención de los consumidores, hartos de ver cómo las entidades tradicionales les engañan, les cobran comisiones abusivas y obtienen, a su costa, beneficios escandalosos.

La banca ética cumple con criterios de comercio justo en su funcionamiento.  Excluyen inversiones contrarias a los derechos humanos y medioambientales y buscan que las mismas tengan impacto social. Del total de sus inversiones, el 36,76% se encaminan al sector medioambiental. Y precisamente son estos principios los que atraen a un importante segmento de la ciudadanía, muchos de los cuales sufrieron malas experiencias en sus relaciones con los bancos tradicionales. De ahí que el sector haya experimentado un significativo crecimiento. En total están registradas 22 entidades bancarias y 11 aseguradoras bajo la etiqueta “ética”.

Pero el sector empieza a resentirse de los problemas judiciales que está teniendo su entidad de referencia. El banco holandés Triodos atraviesa serios problemas reputacionales debido al litigio jurídico que mantiene con los clientes que suscribieron los llamados CDA, Certificados de Depósitos de Acciones.

Como ya se explicó en su día en Diario16, los CDA son unos productos financieros que se vieron afectados por la crisis de la COVID-19. A raíz de la situación generada por la pandemia, la entidad financiera decidió bloquear estos depósitos que se contrataban como participaciones indirectas en el banco que las utilizaba para financiar sus proyectos. Reportaban dividendos a sus titulares, sí. Pero como todo tenía su letra pequeña: no tenían derechos de negociación, ya que estos derechos se reservan a la fundación propietaria.

Miles de clientes del banco se encuentran atrapados sin poder recuperar el dinero invertido debido a que sus participaciones no pueden negociarse en estos momentos. Triodos considera que los contratos que suscribieron no les obligan a ejecutar las devoluciones de dichos depósitos. Los jueces que les han condenado consideran que el banco incumplió dichas obligaciones.

Triodos argumenta la existencia de trece sentencias de juzgados de primera instancia muy dispares entre ellas. En algunos casos, los jueces condenan a la Entidad a devolver el dinero invertido a los clientes mientras que en otros se da la razón, parcial o totalmente, al banco porque se considera que la suspensión de la cotización de los títulos “no constituye un incumplimiento contractual sino la materialización de un riesgo expresamente advertido en la documentación entregada al suscriptor”. Así lo señala un juez de Pamplona quien, además, defiende que «no se puede entender que el inversor tuviera una idea equivocada sobre las características, funcionamiento y riesgos de la inversión realizada”

Pero el asunto no se limita a la existencia de sentencias dispares. El tiempo unificará los criterios de los jueces en pronunciamiento del Tribunal Supremo. Lo grave del asunto es la pérdida de reputación de la “banca ética” que pretende ser una alternativa a las entidades tradicionales. Clientes que se habían decidido por este tipo de actividad para confiar sus ahorros se han echado atrás.

“Otra forma de hacer banca es posible” ha dejado de ser un eslogan creíble. En fuentes jurídicas se advierte que los CDA del banco Triodos son similares a las famosas participaciones preferentes suscritas por once bancos y cajas de ahorro en España. Un producto cuya liquidez se ha reconocido que es limitada y que implica un elevado riesgo de mercado como consecuencia de la fluctuación de los tipos de interés.

El sector se teme que, aunque habrá clientela que mantendrá su fe en los principios éticos de las finanzas de estas entidades, otros aprovecharán la ocasión para cambiarse o volver a la banca tradicional. Pero también cabe la posibilidad de que muchos clientes que han dejado de creer en Triodos acaben por llevarse sus ahorros e inversiones a otros bancos del sector de menor tamaño.

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