La ronda de comparecencias en la Audiencia Nacional de los imputados por el Caso Banco Popular dio un giro argumental cuando el juez Calama Teixeira decidió que, en base al informe de los peritos del Banco de España, era muy importante lo sucedido en proceso de sucesión de Ángel Ron para determinar las responsabilidades en la caída de la sexta entidad española.

A Reyes Calderón todo le sonreía cuando, a priori, pensó que todas las preguntas iban a versar sobre la ampliación de capital de 2016, sobre el estado de las cuentas o la actuación de Saracho en la caída del banco. Sin embargo, Calama ha insistido mucho en su papel en el proceso de sucesión de Ángel Ron que finalizó con la contratación de Emilio Saracho, el hombre que llevó a un banco solvente a ser resuelto por una crisis de liquidez.

Según la declaración de Calderón, ella aceptó dirigir el proceso de sucesión de Ron con la condición de que éste estuviera siempre informado de todo por escrito, es decir, que, según ella, Ron supo de primera mano que había contratado a un head hunter o que se había entrevistado con Manuel Pizarro o con Emilio Saracho. Ángel Ron, por su parte, ha negado siempre que estuviera informado de este proceso que, según fuentes del Consejo del Popular consultadas por Diario16, ella misma presuntamente gestó, aludiendo a la caída de la acción y el ataque de cortos, pero olvida que era sobre el propio Del Valle donde estaban puestos los ojos de la sospecha por el ataque de cortos. Este punto de la respuesta del mercado lo ha confirmado en su declaración de hoy al afirmar que la salida de Ron la exigía el mercado por la caída de la acción.

Además, Reyes Calderón ha reconocido que se reunión con Emilio Saracho en el mes de noviembre de 2016 en las oficinas de Spencer Stuart.

Como decíamos en un artículo anterior, Calderón parece desconocer la diferencia entre coordinar y urdir, impulsar e incluso pasar por encima de la ley, en lo que debe ser un proceso de sucesión, tal y como le señalaron algunos de los consejeros, a los que, sin acogerse a precepto legal alguno, excluyó Calderón del debate de sucesión, aun teniendo aquellos reconocida en la ley, voz y voto para tal proceso, de transcendencia vital en cualquier entidad.

El informe de CMS Albiñana & Suárez de Lezo, que continuaremos analizando en profundidad, contradice lo indicado por Reyes Calderón en el día de hoy, según lo cual ella tenía competencias para iniciar el proceso de sucesión de Ron: «La Consejera Coordinadora y Presidenta de la Comisión de Nombramientos del Banco [por Reyes Calderón] ha realizado unilateralmente un conjunto de actuaciones para las que no tiene facultades y que suponen un incumplimiento de normas básicas del gobierno corporativo», indica el informe.

Por otro lado, fuentes jurídicas de toda solvencia indican a Diario16 que Reyes Calderón ha reconocido que no hubo ningún Consejo de Administración que avalase el proceso de sucesión y que lo puso en marcha tras una comida con varios consejeros, contraviniendo, por tanto, las facultades que tenía asignadas, según indica el informe de Albiñana.

En referencia a las discrepancias con la consejera Ana María Molins que provocó que se redactaran tres versiones del acta de la Comisión de Nombramientos del 28 de noviembre, Reyes Calderón ha reconocido dichas discrepancias, sobre todo en lo referido a la legalidad del proceso. Hay que recordar que los comentarios de dicha acta, que refleja el informe de los peritos del Banco de España como hechos por Calderón no son acordes a la realidad reflejada en otros documentos, ya conocidos por nuestros lectores, pero lo más grave es que ponen de manifiesto una enorme frivolidad, ligereza y, sin duda, desconocimiento del funcionamiento de un banco comercial, que vive de la confianza de los clientes.

Si no bastase con las irregularidades que acompañaron al cambio de la presidencia del banco, con la marcha de Ron y la llegada del Saracho, resulta que sobre la única acta de la que hemos tenido conocimiento, de la sesión de la Comisión de Nombramientos del 28 de noviembre, que señala el informe de los peritos del Banco de España y en la que se reescribió la historia del Popular, pesa la sombra, de que no parece responder a la realidad de los hechos ocurridos.

Los propios peritos indicaron en su informe lo siguiente: «Hemos utilizado esta acta al ser la que se encuentra firmada por Dña. Reyes Calderón y Dña. Helena Revoredo Delvecchio, en el mismo tono se pueden encontrar otras versiones de la misma. Entre las tres versiones existen diferencias de redacción». ¿Cómo es posible que no exista un acta firmada por las tres consejeras miembros de la Comisión? ¿Qué valor tiene un acta que no firman todas las consejeras porque no se ponen de acuerdo sobre su contenido?

3 COMENTARIOS

  1. Muchas gracias D. Esteban, Diario 16 y resto de magníficos colaboradores, por vuestro gran tesón y esfuerzo que mantenéis día tras día haciendo un extraordinario periodismo de investigación.
    Dice la Calderón en su comparecencia en la Audiencia Nacional que «la salida de Ron la exigía el mercado por la caída de la acción.» Y luego resulta que su sustituto el Saracho, afirmó que el precio de la acción estaba muy alto, y había que bajarlo. Me gustaría saber qué opina la Calderón al respecto. Que explique cómo se come todo esto.

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