Quizá sin darnos cuenta,
de un modo inconsciente,
pero casi todos rezamos para que Lewis Hamilton no gane en Albert Park.
Reza Daniel Ricciardo y reza Carlos Sainz
Rezan Vettel y Leclerc y Verstappen y Bottas
también Binotto, Zak Brown e incluso el Doktor Marko
aunque no parezca un tipo de los que creen en el rezar.
Rezamos casi todos
para que la temporada 2020 no sea otro paseo triunfal
de Hamilton y su Mercedes.
Vale, si no hay otro remedio
que Lewis gane su séptimo mundial
pero que sea en el último gran premio
y por un sólo punto de diferencia.
Queremos ver lucha, dificultades, rivalidad
espectáculo
incertidumbre
esperanzas.
Rezamos casi todos,
lo confiesen o no,
también Javier Rubio desde El Confidencial
o Antonio Lobato y Cristobal Rosaleny y Pedro de la Rosa e Iñaki Cano desde Movistar.
Reza toda la prensa, todos los cronistas del planeta especializados en F1, y también toda la afición mundial, quizá inconscientemente, sin darse ni siquiera cuenta que eso que hacen es rezar.
Y rezan también -por supuesto- los Liberty Media Boys, porque si Hamilton arrasa la gente perderá interés y el dinero no querrá bailar con la misma alegría (y va a hacer falta mucha alegría cuando se retire la marea del coronavirus.
Quizá hasta Hamilton está también rezando, porque es un luchador nato, gran guerrero, y desprecia la facilidad. Mejor el triunfo si es difícil y reñido.
Juntamos las manos, casi todos, y pedimos que Hamilton no gane en Albert Park.
Amén.
Tigre tigre.
Por qué Fernando Alonso es el mejor piloto de todos los tiempos