Un sondeo del diario Público indica claramente que la ciudadanía española suspende de manera absoluta la gestión que están haciendo los líderes de la derecha y de la ultraderecha. Al contrario, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es el político mejor valorado.

Las estrategias de deslealtad y de creación de un escenario de desafección ciudadana con la intención de derribar al gobierno elegido democráticamente por el pueblo no han calado y los hombres y mujeres de este país se han dado cuenta de que, tanto el PP como Vox, están actuando del mismo modo en que lo hacen los fondos buitre: aprovechar una crisis para sacar rédito.

Según los resultados del sondeo, Pablo Casado obtiene una nota de 2,72 sobre 10, mientras que Santiago Abascal cae aún más bajo con una calificación de 1,93. Dentro del espacio del conservadurismo liberal quien saca rédito de la situación, sorprendentemente, es Inés Arrimadas, precisamente por el cambio de actitud a la hora de apoyar la prórroga del estado de alarma y que le ha valido que muchos de los más cercanos a Albert Rivera se marchen de Ciudadanos, lo que a la política catalana le quita un gran peso de encima si lo que pretende es sacar a los naranjas de la foto de Colón.

La llamada del PP y de Vox al levantamiento popular, el apoyo a las manifestaciones ilegales en el Barrio de Salamanca, donde tienen, evidentemente, más fuerza por el tipo de habitante de esa zona de Madrid, además de por la presencia de los antiguos chavistas que se hicieron millonarios gracias a la corrupción del régimen venezolano y de PDVSA y que tanto se han acercado en los últimos años sobre todo al PP, tampoco ayuda a la valoración de los españoles que ven, nuevamente, cómo las derechas y los ultras se han convertido en partidos de clase, de defensa de los intereses de las élites, de esas que se manifiestan en Núñez de Balboa.

La apropiación por parte de Casado y Abascal de los muertos por el Covid19 es un factor que tampoco ayuda a dos líderes políticos que cada día que pasa están más cerca el uno del otro, no porque el presidente de Vox se mueva de sus posicionamientos ideológicos, sino por el acercamiento que Casado hace día a día a la extrema derecha.

A esto hay que sumar las presiones que ambos están haciendo para un aceleramiento de la desescalada que pondrá en peligro la salud de toda la ciudadanía. Un rebrote de los contagios por Covid19 sería verdaderamente mortal para la ciudadanía y los análisis cortoplacistas, resultadistas o basados en las cuentas de resultados serían los culpables de miles de muertes puesto que los nuevos enfermos se encontrarían con un sistema sanitario debilitado que se vería obligado a priorizar entre las personas con coronavirus y otras especialidades, lo que, en consecuencia, dejaría indefensos a miles de personas afectadas por otras patologías.

La Organización Mundial de la Salud, por su parte, ha advertido muy seriamente de que si se aceleran los pasos hacia una nueva normalidad, si se precipitan los plazos, lo que se va lograr es que el Covid19 se convierta en un virus endémico.

El líder del PP ha llegado a afirmar, incluso, que «ante un rebrote no podemos volver a parar la economía, España debe convivir con el virus». Esta es la misma postura que Donald Trump y ya se están viendo las consecuencias que está teniendo para los estadounidenses: el país que más muertos y contagiados tiene y que es incapaz de frenar la pandemia por, precisamente, anteponer los intereses económicos a la preservación de la salud.

3 COMENTARIOS

  1. El gobierno de Venezuela, Chávez, para evitar un enfrentamiento temprano con la derecha Venezolana, hizo demasiadas concesiones a esa antigua oligarquía. Además se dejó infiltrar por ella. Ledesma nunca fue «chavista». El padre de Leopoldo López, tampoco. Rafael Ramírez fue un infiltrado.
    EE. UU. y Álvaro Uribe, dieron una consigna…: <<>>>>>>

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