Pablo Casado y Santiago Abascal ya se han puesto definitivamente la camiseta de «salvapatrias», como ya hicieron Donald Trump, Vladimir Putin o Jair Bolsonaro. Ellos saben que para «salvar a la patria» hay que buscar un enemigo común para generar miedo en la ciudadanía. Lo han encontrado en el gobierno y han vuelto a sacar al diablo con cuernos y rabo de los comunistas que tanto se utilizó durante el franquismo.

El líder del PP no ha dudado en querer meter miedo con las políticas fiscales del gobierno y ha afirmado que la ciudadanía debe llevarse la mano a la cartera porque la receta de Pedro Sánchez para la recuperación económica es «freirnos a impuestos». No es la primera vez que el Partido Popular utiliza las políticas fiscales justas de la izquierda para presentarse con su receta mágica de «eliminar impuestos», que no es otra cosa que el primer paso para debilitar al Estado para poder privatizar todos los servicios públicos por la falta de recursos que se produce cuando no hay ingresos.

La realidad es muy otra. El PP siempre baja los impuestos directos, lo que favorece a las clases dominantes, a los que más ganan, a las grandes fortunas, mientras que sube los indirectos, es decir, los que destrozan las economías de las familias trabajadoras. Por otro lado, las subidas de impuestos que el gobierno pretende aplicar es para las rentas altas, para aquellos que tienen patrimonios superiores al millón de euros. Por tanto, quienes se deberían agarrar las carteras, según el planteamiento de Casado, son los que las tienen repletas de billetes de 500 euros y no las que apenas pueden guardar dos billetes de 5.

Por otro lado, Santiago Abascal, después de su fin de semana de provocación en Euskadi, ha pretendido meter el miedo con el nacionalismo. El líder ultra ha llegado a decir, como si fuera Moises bajando del monte Sinaí, que Vox ha llegado para liberar a los vascos del «yugo nacionalista que representan el PNV y EH Bildu», un yugo que, según Abascal, «se ha creado ante la cobardía y la traición del PSE y el PP que han entregado el poder al nacionalismo».

Miedo, miedo y más miedo. La utilización de la misma estrategia, aunque con diferentes argumentos, no es más que la consumación de la «relación» entre el PP de Casado y la ultraderecha de Abascal. Sin embargo, esto tiene mucho peligro para la democracia porque ese mismo miedo fue el que se utilizó desde las derechas durante el periodo entre febrero y julio de 1936 y, en consecuencia, terminó generando odios, y, como dijo Baudelaire, «El odio es un borracho al fondo de una taberna, que constantemente renueva su sed con la bebida».

1 COMENTARIO

  1. Estes 2 pajaros lo que deberian hacer es sacar a relucir el robo del Banco popular donde el gobierno del pp robo a mas de 305.000 FAMILIAS,entonces si tendrian futuro si consiguieran que devolvieran lo robado a sus dueños.Si sacan esto serian millones de apoyos para los 2.ya que el psoe comunista y vendido al poder y la botina no hacen nada.

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