Casado quiere utilizar ayuntamientos y comunidades para hacer oposición a Sánchez

El Partido Popular que su proyecto político ya ha fracasado. El batacazo en las elecciones generales mostró cómo la estrategia de derechizar al PP provocó la huida de votantes, militantes y dirigentes hacia el resto de opciones conservadoras. Casado ha restringido tanto el espacio de voto que los ciudadanos que se siente de centro derecha se están marchando a Ciudadanos y ha abierto la espita de la fuga definitiva de la extrema derecha que el PP cobijó y contuvo durante tanto tiempo.

Por esta razón, Casado está haciendo una campaña basada en la recuperación del voto perdido porque está viendo que a su partido se le está poniendo cara de «UCD». Para ello está utilizando la estrategia del miedo a Sánchez. ¿Miedo a qué, a que se aplique las políticas sociales que benefician a los ciudadanos y no a las élites? ¿A que los ricos y poderosos paguen más impuestos? El líder del PP no ha dudado en afirmar que «Si Pedro Sánchez recibe una patente de corso no va a tener un contrapeso a un gobierno que será con los comunistas de Podemos».

También está aplicando el miedo al proceso soberanista catalán porque, en un acto en Valencia, ha llegado a decir que «lo que no se una en torno al PP, se va a aprovechar por ‘los Puigdemont'»

El líder del PP quiere convertir a los ayuntamientos y a las Comunidades Autónomas en el frente con el que hacer oposición a Pedro Sánchez: «El estado autonómico es contrapeso a nivel nacional. Nosotros en nuestras comunidades cuando gobernaba Zapatero éramos un contrapeso».

En su exaltación del Estado autonómico ha aprovechado para cargar contra quien fue su aliado en Andalucía y ahora se ha convertido en su enemigo, es decir, Vox: «Querer decirle a Puigdemont que se está cargando la Constitución y tú querer cargarte el Estado autonómico es divertido».