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Casado contra los suyos

Vicente Mateos Sainz de Medrano
Vicente Mateos Sainz de Medrano
Periodista y Doctor en Teoría de la Comunicación de Masas.
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análisis

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Las imágenes de Pablo Casado arengando a los trabajadores del campo andaluz para que continúen con las protestas y su disposición a ponerse al frente de ellas, es una muestra más de la desorientación que enseñorea su cerebro que, obsesionado con derribar al Gobierno como sea, le lleva a olvidar los postulados esenciales de la propuesta política que encarna. Así, Casado retoma la estela de Esperanza Aguirre – la precursora en apropiarse del discurso de la izquierda de manera ominosa para restarle espacio –, sin caer en la cuenta de que la protesta de los agricultores va contra los intermediarios – empresarios – que pagan por debajo del coste de producción y no contra el Gobierno, al que exigen medidas que regulen el mercado para impedir este expolio a costa de su trabajo mal pagado, que piden también otros sectores profesionales.

¡Regulación!, justo, justo, lo que va en contra del ideario liberal conservador que encarna la derecha que Casado dice representar; de mala manera, porque no puede animar las protestas de los trabajadores que exigen regular el mercado, quien hace unas semanas se negaba en redondo a la subida de quince euros del salario mínimo o se ha marginado del diálogo social. Este oxímoron mental en el que se mueve Casado es impropio para quién quiere llegar a la Moncloa, sin más proyecto que el no a todo en la creencia – heredera de la ideología franquista – de que si no gobernamos es porque nos han robado el poder: “Usted preside un Gobierno ilegal”, imprecación repetida hasta la saciedad en las sesiones parlamentarias de control al Ejecutivo; dichas sin valorar el mensaje degradante de la democracia que incorporan y lanza a la sociedad. Negar la legalidad vigente y democrática es la justificación ideológica básica de todos los golpes de estado.

Por eso, alentar las protestas de los trabajadores supone no entender la base del capitalismo liberal que dice defender, que se asienta en la desigualdad – que ha crecido de manera exponencial en el último decenio – porque a más desigualdad más beneficio para los poderosos y más miedo se inocula a los de abajo ante una posible pérdida del trabajo. De ahí que la CEOE se haya opuesto a la subida del salario mínimo, porque lo que está en juego es el fuero, no el huevo: los paupérrimos quince euros que no reducen sustancialmente su beneficio. Pero estas cuestiones de fondo no están en la mente de Casado, que no deja de meterse en charcos por su falta de saber y conocimiento (“a las ocho de la tarde se va el Sol y ya no hay electricidad fotovoltaica”), y de formación política que le incapacita – se auto incapacita – para ser el líder de la oposición, y mucho menos Presidente, de uno de los países más poderosos del mundo.

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1 COMENTARIO

  1. Sólo engaña a los insuficientes mentales de su propio electorado, y es precisamente culpa de su partido la situación en la que se encuentra el sector primario. Yo sólo aguardo que ahora prepare un proxecto para cumplir, por una vez en su vida, a lo que puedan atenerse este colectivo en una situación desesperada. Y PSOE haga por su parte el papel que corresponde a un gobierno de izquierda; lo apruebe y lo blinde por siempre jamás. Ya está bien de tanta cháchara y demagogia por ambas partes.

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