Pablo Casado no tiene límite y se ha presentado ante el Grupo Popular Europeo como si fuese una especie de Che Guevara, un revolucionario de derechas que lidera la rebelión de la ciudadanía contra Pedro Sánchez.
No sorprende que, ante el triunfo de la derecha tradicional en Francia, Casado haya querido sacar pecho por la victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de Madrid
Por otro lado, Casado ha presentado una situación de España absolutamente apocalíptica. Todo un servicio a la patria en el que ha vendido su obsesión de que el gobierno está apoyado por independentistas y radicales que está impulsando una enorme maquinaria de adoctrinamiento y propaganda que impregna todas las estructuras del Estado. Esto, además, le ha llevado a presentar al PP como la víctima de lo que Casado entiende que es ahora España.
Sin embargo, Casado se ha presentado ante sus colegas europeos como el nuevo estadista, el hombre que, a pesar de que lo tiene todo en contra, está consiguiendo que la sociedad española haya decidido rebelarse a través del Partido Popular.
Para justificar semejante memez volvió a poner como ejemplo la victoria de Díaz Ayuso el 4 de mayo, sin contar, por supuesto, que dicho triunfo, en primer lugar, no fue suyo, sino de Ayuso, y, en segundo término, que se nutrió de millones de votos prestados, de votantes que pensaron que las políticas negacionistas de la actual presidenta de Madrid les iban a devolver el empleo.
Según Casado, las experiencias tanto del pasado como del presente demuestran que cuando defienden los principios y mantienen las ideas con claridad, incluso en los escenarios más duros, se ganan la confianza de los ciudadanos.
Por cierto, de la corrupción del PP no dijo nada. ¡Qué casualidad!
Obsesión por el independentismo
En un momento en que su asociado Santiago ha firmado, junto a lo más granado de la extrema derecha europea, un manifiesto contra los avances políticos y territoriales de la Unión Europea, el presidente del PP ha aludido al nacionalismo como el segundo gran reto y ha subrayado que lo conocen bien en España.
Como no podía ser de otra manera, ha sacado ante sus colegas europeos el tema de Cataluña, dando una muestra de ignorancia política al confundir el nacionalismo con el independentismo. Casado es un nacionalista español, lo está demostrando, pero ese nacionalismo, al igual que ocurría durante el franquismo, es un ejemplo de patriotismo. Lo de Cataluña, no.
Casado sólo ve populismos de izquierdas
El sectarismo suele llevar a la ceguera y a nublar la capacidad de análisis. Casado es un ejemplo de ello puesto que, en dicha conferencia, hizo referencia al populismo, que, a su entender, busca sacar provecho de los miedos, frustraciones y penurias de la gente apoderándose de las instituciones sin otro propósito que el de destruirlas.
Para justificar su argumento ha puesto los ejemplos clásicos de la derecha Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, en ningún momento ha citado países como Hungría o Polonia, donde el populismo de extrema derecha se ha hecho con el poder.
Pobre reptil, hasta sus iguales, los «V» se ríen de él. Sus intentos de impedir la solución económica, ayudados por la UE , no le dan resultado. Con la «justicia » de su admirado franco , estaría fusilado. Tiene suerte de que somos democráticos y no asesinos como su predecesor y, puede, seguir mintiendo y robando. Esparciendo corrupción y putrefacción entre la gente poco informada.
Me da que este pobre bobo por fin se ha dado cuenta de que IDA le está comiendo por los pies y anda desesperado intentando hacerse un hueco donde sea, desbarrando en todos los temas que toca.
Fra-Casado, fra-Casado, no llegarás a 2023 (como jefe del PP).