El envejecimiento ya está aquí y no hemos conseguido aún verlo como una gran oportunidad y no un problema. La vicepresidenta de la Sociedad de Geriatría y Gerontología, Sacramento Pinazo-Hernandis lo tiene claro, tanto como que no estamos preparados ni en condiciones de asumir el cambio demográfico porque, a su juicio, no hay estrategia nacional, ni planes serios al respecto. Según sus propias palabras, “el cambio demográfico nos pilla con el paso cambiado”. Pero los demógrafos ya advierten que cada vez hay más centenarios y nonagenarios. Esta experta en envejecimiento activo nos recuerda que estamos a tiempo de hacer las cosa bien.

 

El envejecimiento de la vieja Europa, como en España, pilló de sorpresa a pesar de que los cambios demográficos eran obvios. Ahora es el momento de la Economía del Envejecimiento. ¿Sabremos aprovecharlo?

No. Rotundamente no. Nos está pillando con el paso cambiado pues no estamos preparándonos suficientemente ante el envejecimiento que viene. Ni hay una estrategia nacional ni hay planes en muchas Comunidades autónomas. Hay proyectos fragmentados que a veces se ponen en marcha y dejan de funcionar por la falta de presupuesto.

Los demógrafos llevan tiempo avisando con sus proyecciones de población: la esperanza de vida aumenta, cada vez hay más nonagenarios y centenarios

 

¿Cómo es posible que sigamos hablando de los mayores o de la tercera edad como si fuera lo mismo cumplir 65 que 100 años?

Ese es otro tema interesante! Pensar que “todos los viejos son iguales” y no tener en cuenta la heterogeneidad e la vejez.

Las diferencias de genero son importantes a lo largo de la vida pero aun lo son mas en la vejez. Por ejemplo, hay más esperanza de vida en las mujeres que en los hombres, pero hay más años de vida con discapacidad y situaciones de dependencia; sobre todo de enfermedades relacionadas con el aparato locomotor que ocasionan pérdida de funcionalidad y que conllevan una dependencia y un aislamiento social; hay más soledad en las mujeres; hay más mujeres que viven solas y más mujeres que viven en situación de pobreza (las pensiones de viudedad son irrisorias).

 

Son muchas las diferencias…

Por supuesto, las diferencias entre una persona de 50+ y de 75 son grandes y también entre alguien de 77 y alguien de 98.

Las diferencias entre ámbito rural y ámbito urbano también son grandes. En el ámbito rural hay menos recursos y a menudo el acceso a los recursos es difícil. Solo en algunas comunidades autónomas (principado de Asturias, por ejemplo) se han tomado en serio esto de acercar los recursos las personas mayores. La distribución de recursos de atención continuada como residencias, centros de día, centros de día especializados en Alzheimer es muy desigual por Comunidades Autónomas. Y también lo es la ratio de personal en los centros, o las normativas que rigen los servicios. algunas normativas están totalmente obsoletas (como la de la comunidad valenciana, por ejemplo y merecen ya una revisión). Por ejemplo inexplicablemente en Galicia o en la Comunidad de Madrid no se contempla como obligada la figura del psicólogo en las residencias (¡) cuando está más que evidenciada la necesidad de estos profesionales en la atención a personas en residencias (evaluación, intervenciones grupales, trabajo con familias, adaptación a la nueva vida en el centro, programas individualizados de atención…)

 

– El estudio de Economía del Envejecimiento de la Universidad de Salamanca de 2015 desveló que los mayores consumen más, de calidad, de marca, quieren viajes culturales y no Benidorm y son el sustento de la economía familiar en plena crisis. ¿Por qué las políticas y las iniciativas públicas y privadas les siguen tratando como un sector vulnerable?

Hay tanto que hablar sobre la imagen que la Sociedad tiene y que los Medios de Comunicación muestran de las personas mayores! Hay un edadismo manifiesto. El edadismo, al igual que otros –ismos (racismo, machismo…) es un prejuicio de un grupo hacia otro; en este caso, hacia el grupo de las personas de otra edad (los más mayores). Los prejuicios se relacionan con las ideas (estereotipos) que tenemos de otros grupos y se plasman en la manera de relacionarnos en la manera de comunicarnos, en el lenguaje que empleamos.

la esperanza de vida aumenta, cada vez hay más nonagenarios y centenarios

 

-¿Por ejemplo?

A menudo observamos cómo personas más jóvenes hablan con un lenguaje infantilizador a las personas mayores, con un trato paternalista y a veces demasiado sobreprotector. “Abuela, no hagas nada, no te preocupes, ya lo hago yo…” (pensando en que la abuela quizás se pueda olvidar de algún ingrediente en la preparación de la comida, lo cual, a la larga, repercute en menos oportunidades de hacer cosas y al final, en perder la funcionalidad…en una especie de profecía autocumplida). A veces escuchamos cómo algunos profesionales hablan y tratan como niños a las personas mayores, proponiéndoles juegos infantiles o actividades fuera de lugar.

 

Cuando los mayores son nuestro presente…

Las personas de más de 60 años de nuestro país han demostrado ser:

  1. Un capital humano impresionante: participando como voluntarios en asociaciones de ayuda a otro o proyectos intergeneracionales de transmisión de experiencias y legado, mostrando su generatividad;
  2. Un recurso económico grande: siendo el salvavidas de tantas familias en las que ambos miembros dela pareja han perdido el trabajo y se han quedado sin recursos para hacer frente a los gastos cotidianos;
  3. Un ejemplo para otras generaciones, pues mientras nuestros jóvenes en las aulas no tienen ganas de aprender, miles de personas mayores s están matriculando en programas de Universidades de Mayores;

4.un pilar fundamental estable en momentos de crisis familia, pues los abuelos son ese eje que no se mueve cuando hay una ruptura de pareja;

  1. Un apoyo social impagable, con las horas de cuidado gratuito que regalan a sus familias apoyando a la conciliación de la vida familiar-laboral. Lamentablemente esto sale poco en prensa.

 

Además, buena parte de los mayores son aún personas independientes y lo serán por mucho tiempo…

Las personas mayores, si tienen recursos económicos para poder gastar en ocio por ejemplo, deciden por ellos mismos qué viajes quieren y qué servicios y cada vez se contentan menos con lo que se les ofrece en los “paquetes integrados para senior”. Pocos se identifican ya con ese tipo de ocio recreativo y buscan más lugares donde poder disfrutar, aprender, auto realizarse. También, cada vez más, deciden continuar o empezar prácticas de estilos de vida más saludables y a menudo vinculan su ocio y su manera de vestir a ese deporte o ese estilo de vida. Y tiene menos miedo a empezar algo nuevo pues la edad ya no les limita.

 

Exactamente, ¿ a dónde nos lleva el Envejecimiento Activo?

A nivel individual, a afrontar mejor los cambios que van llegando con el envejecimiento. A aprender a envejecer bien. A asumir que el envejecimiento no llega con la jubilación y que hay que ir preparando una versión 2.0 de uno mismo. A nivel político debería llevarnos a preparar mejor a nuestras sociedades, a nuestras ciudades, para que sean más amigables con las personas mayores. A dotar de más recursos y programas estables nuestros centros (centros cívicos, centros culturales, centros deportivos, centros musicales, centros socio-sanitarios, centros formativos…). A hacer más prevención y más promoción de la salud.

 

¿No tiene la sensación de que en torno al Envejecimiento hay más oportunismo que oportunidades?

Si. A veces lo pienso: desde 2012 casi todos los Ayuntamientos dicen que están haciendo programas de envejecimiento activo pero pocos de ellos tienen de verdad un plan estratégico. Y si profundizas un poco, la mayor parte de esos programas se centran solo en uno de los pilares del envejecimiento activo que decía la OMS: la salud; y se dejan en el olvido los otros tres: seguridad, participación y aprendizaje a lo largo de la vida.

 

-¿Entiende que las instituciones públicas están a la altura de los «nuevos mayores”?

La mayor parte de ellas no. Al igual que muchos profesionales, las instituciones son paternalistas y tratan a las personas mayores de manera homogénea e infantilizadora. Es necesario preguntar más a las personas mayores de los barrios, de las ciudades, de los centros, de las asociaciones qué es lo que quieren y menos llegar con programas ya estructurados y a menudo inadecuados.

 

¿No cree que debería ser el momento de la mujer madura, las BAby Boom que han cuidado de padres, hijos y ahora de nietos en plenas facultades? La sociedad está en deuda con estas mujeres, ¿se hará justicia?

Las mujeres tenemos situaciones diferentes a las de los hombres a lo largo de nuestra vida. Que se acentúan durante la vejez.Hay más mujeres mayores que viven solas, que viven en el umbral de la pobreza, que son cuidadoras, que tienen problemas de funcionalidad…y no hay programas específicos con una visión de género. En una sociedad de los cuidados en donde se nos ha asignado la tarea de cuidar, es difícil separarse de ese rol. Y lo cierto es que son miles y miles de horas de cuidado las que dedican las mujeres: cuidado a los padres o suegros en situación de dependencia, cuidado a la pareja cuando lo necesita, cuidado a los nietos, apoyo a los hijos cuando hay un divorcio, …. El Informe de Alzheimer Universal de 2016 decía que en USA en el año anterior fueron más de 15 millones las personas que cuidaron a otra persona con demencia tipo Alzheimer por un total de 18.1 billones de horas de cuidados no remunerados. La mayor parte de eso cuidados fueron daos por mujeres.

 

Usted es Vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y Presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología. ¿Nos ocupamos más de las personas que ya sufren limitaciones por enfermedades de la tercera edad que de los millones de más de 65 años que aportan tanto a nuestra sociedad?

Sí. No hay suficientes recursos para atender a las personas en situación de dependencia o de vulnerabilidad social, pero desde luego son muy pocos los recursos y programas dedicados a la prevención. Por ejemplo, hace años se hicieron cursos de preparación a la jubilación desde muchas empresas y desde la Administración Pública, pero hoy en día apenas se hacen. Y hay que ayudar a las personas a encontrarse a si mismas con el cambio de rol tras la jubilación, o cuando los hijos se han ido ya de casa; ayudar a afrontar las pérdidas (de movilidad, de pareja,…) y mostrar el abanico de recursos para que cada uno elija lo que en cada momento le interesa.

Apenas hay centros específicos de detección precoz del Alzheimer y otras demencias que realicen un cribado en toda la población lo ante posible. Falta mucho por hacer.

 

– ¿Qué aportan encuentros de expertos como Maduralia?

Por un lado, un lugar de encuentro de las personas con los profesionales y expertos.Por otro lado, un momento de aprendizaje.Y en tercer lugar, un lugar de encuentro para la socialización y la diversión. Suelen combinar actividades con contenido formativo-informativo con otras actividades interesantes sobre nuevos productos o talleres de ejercicio físico o baile. Además, desde hace un tiempo se están organizando estos encuentros MAduralia en diferentes ciudades del estado español, algo que nadie más está realizando. Tiene mucho mérito hacerlo, sin apenas apoyos, y mantenerlo en el tiempo.

 

– ¿Hacia dónde debe ir el Envejecimiento Activo?

Los programas de envejecimiento activo deben ayudar a las personas a envejecer bien, entendiendo la vejez como un proceso que conlleva adaptaciones, pérdidas y ganancias. Debe ayudar a las personas a conocer recursos, programas, productos de apoyo que le sirvan para mantenerse implicado en lo que le apetezca hacer en cada momento de su vida.

1 COMENTARIO

  1. Completamente de acuerdo en que esto puede ser una oportunidad para toda la sociedad. Los poderes publicos tienen que organizar esta oportunidad y crear las condiciones adecuadas para que todas estas personas puedan seguir aportando a la sociedad su trabajo y sus conocimientos segun ellos mismos reclaman

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