El gobierno francés ha decidido cerrar la “selva” de Calais. La evacuación del mayor campamento de migrantes de Europa comenzará en la madrugada de este lunes. A pesar del recurso interpuesto por un colectivo de organizaciones no gubernamentales, el tribunal administrativo de Lille, capital de la región, autorizó el pasado 18 de octubre el desmantelamiento integral del campamento de migrantes.

En total, unas 6.400 personas serán evacuadas a lo largo de la semana. Se trata de uno de los mayores desafíos de un gobierno vigilado por las asociaciones y enfrentado a la oposición. A seis meses de las próximas elecciones presidenciales de abril de 2017, el asunto, como todas las cuestiones de actualidad nacional, no deja de tener un trasfondo político.

el tribunal administrativo de L’ille autorizó el pasado 18 de octubre el desmantelamiento integral

Con la llegada del invierno, y el hastío de las instituciones y poblaciones locales, el Gobierno francés, representado por el ministro del Interior Bertrand Cazeneuve y la ministra de la Vivienda y del Hábitat sostenible Emmanuel Cosse, quiere trasladar la población migrante de Calais hacia los más de 200 Centros de Acogida y Orientación repartidos por todo el territorio francés. Estos centros de acogida temporal, los cuales ya reciben migrantes desde hace meses, están gestionados por asociaciones y son la primera etapa en el proceso de solicitudes de asilo en territorio francés.

En visita oficial a Calais el pasado 26 de septiembre, el presidente Hollande afirmaba que “ya no se pasa por Calais” añadiendo que el campamento es una “calle sin salida”. Tres días después, en una visita a un Centro de Acogida y Orientación, el primer ministro Manuel Valls reiteraba la capacidad de Francia para acoger los migrantes de Calais. Poniendo en primer plano su trayectoria personal, Valls se mostraba confiado en la capacidad de Francia como tierra de acogida: “He nacido en otro país, España. Francia nos ha acogido, he estudiado aquí, he sido naturalizado y Francia me ha ofrecido la posibilidad de ser concejal, alcalde, diputado, miembro del gobierno y hoy, jefe de gobierno”.

 

«Francia me ha ofrecido la posibilidad de ser concejal, alcalde, diputado, miembro del gobierno y hoy, jefe de gobierno»

Una logística sin precedentes

A pesar de la aparente muestra de confianza del Gobierno en la consecución de su objetivo, quedan muchas incógnitas por resolver. Las asociaciones presentes en Calais desde hace años, e incluso décadas, se muestran muy preocupadas por la falta de información relativa al proyecto de desmantelamiento.

Para empezar, su fecha sigue seguía siendo un misterio, aunque muchos especulan que se iniciará mañana, lunes 24, en plenas vacaciones escolares. En términos logísticos, ya se van conociendo los detalles de la operación. Los migrantes serán separados en cuatro filas: hombres solos, menores no acompañados, familias y personas vulnerables. En total, más de 150 autobuses los repartirán, a excepción de los menores no acompañados, por el territorio nacional a lo largo de la semana. Cada migrante podrá elegir entre dos regiones, o sencillamente desalojar el campamento por su propio pie sin acceder al dispositivo propuesto por el Gobierno.

Para evitar posibles disturbios, como ya ocurrieron en anteriores intentos de desalojo, 1.250 agentes se sumarán a los 2.100 ya presentes en Calais. Los 1.300 menores no acompañados seguirán en Calais hasta que se pueda demostrar su minoría edad y la existencia de lazos familiares en Inglaterra. Las reunificaciones con sus familias son legalmente posibles, siempre y cuando el Gobierno de Inglaterra respete sus compromisos. Por el momento, Francia e Inglaterra mantienen intensas negociaciones para abrir la frontera a estos menores.

Para evitar posibles disturbios, 1.250 agentes se sumarán a los 2.100 ya presentes

Por otra parte, las asociaciones insisten en que se ofrezcan alternativas a los migrantes que no deseen alojarse en un Centro de Acogida y Orientación, a pesar de que el Gobierno proclame sus características de “talla humana”, en palabras de Manuel Valls. Cabe destacar que el objetivo de la mayoría de migrantes que sobreviven en Calais es llegar a Inglaterra, ya sea por falta de información sobre sus derechos en Francia, por haber pagado ya a los traficantes de migrantes que facilitan el paso de la última frontera, o en muchos casos, incluidos los menores migrantes no acompañados, por reunificarse con sus familias ya presentes allí.

 

Estrategia post-Calais

Otra incógnita nace de la ausencia de información gubernamental respecto a las estructuras fijas que podrán permanecer abiertas para acoger el incesante flujo de migrantes que llegan a esta región desde los años noventa. Aunque el presidente François Hollande reiteraba en septiembre la necesidad de un desalojo “completo”. El Centro de acogida Jules Ferry, del nombre del célebre promotor de la enseñanza gratuita y obligatoria del siglo XIX en Francia –y defensor de la expansión colonialista francesa en Indochina, dicho sea de paso–, lleva más de 15 años acogiendo migrantes de forma temporal en su camino al “sueño” inglés. Este centro, que ya ha sido testigo de los innumerables intentos de desmantelar los campamentos, ha ejercido y ejerce un rol clave en la asistencia y orientación de los migrantes.

Francia e Inglaterra mantienen intensas negociaciones para abrir la frontera a estos menores

Sus días podrían estar contados ya que, de momento, el Gobierno parece apostarlo todo a que los Centros de Acogida y Orientación puedan acoger a todos los futuros migrantes. Pero estos Centros no cuentan con la aprobación de todas las poblaciones locales. La llegada de migrantes produce reticencias entre un sector de la población. Y es que el fantasma del Frente Nacional, que todas las encuestas sitúan ya en la segunda vuelta de las próximas elecciones presidenciales, planea sobre el país de la declaración de los derechos humanos.

 

Huyen de conflictos

El viernes por la mañana, a pocos kilómetros de Calais, el portaaviones Almirante Kuznetsov y otros siete buques rusos atravesaron las aguas internacionales del Canal de la Mancha. Vigilado de cerca por buques de la OTAN, se dirigía a aguas del Mediterráneo para apoyar las operaciones militares rusas en Siria.

En Calais, la casi totalidad de los migrantes son refugiados que huyen de conflictos. En su mayoría son afganos, eritreos y sudaneses, aunque también llegan sirios, kurdos, congoleños así como de otras zonas desgarradas por conflictos armados. La crisis migratoria presente en Calais es también una crisis global por la incapacidad de los gobiernos nacionales e instituciones internacionales en anteponer los derechos humanos a sus intereses económicos y energéticos.

Francia, tierra de asilo, es también una tierra de contradicciones. En 2015, se convirtió en el segundo mayor exportador de armamento del mundo, por delante de Rusia y detrás de los Estados Unidos. Las ventas alcanzaron los 17.000 millones de euros y su primer cliente fue, de lejos, Arabia Saudí, un país implicado en bombardeos de poblaciones civiles en Yemen.

El 11 de noviembre siempre es una fecha importante para Francia. Cada año, el presidente deposita un ramo de flores al calor de la llama situada en la tumba del soldado desconocido, a los pies del Arco de Triunfo, con los Campos Elíseos de telón de fondo. El recuerdo del fin de la primera guerra mundial es siempre para Francia un recuerdo de la necesidad de buscar soluciones al círculo vicioso de la guerra. En noviembre de este año, la “selva” de Calais estará cerrada y Francia y sus ciudadanos mostrarán al mundo si también pueden dar calor a los refugiados.

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