Borges, para Javier Panizo, es más una marca de almendras y otros frutos secos que el nombre de un escritor argentino, pues habiendo probado en repetidas ocasiones los frutos secos Borges y los relatos del humilde Borges, si vale el oxímoron, le sucedía que los segundos -los cuentos Borges- a pesar de estar tan secos como los frutos del mismo nombre acababan por empacharle a las pocas líneas y era raro que lograse deglutir más de uno en una sola jornada, y eso violentandose el gusto, mientras que los primeros -los frutos secos Borges- los despachaba con suma diligencia y sus mandíbulas no cesaban de salivar hasta que desaparecía de la colorista cajita -tan colorista o más que las últimas portadas, en edición de bolsillo, de los relatos del escritor- la última almendra, pasa, o cualesquiera fruto seco, pues el regusto que le dejaban en la lengua, opinaba Javier Panizo, era maestro.
(Borges, Maestro, es el impertinente relato número137 de la obra EL AÑO DEL CAZADOR, que convirtió a Javier Puebla en el primer escritor en ls historia de la literatura en haber escrito al dia durante un año)
(Mecanografía: MDFM)