¿Por qué los bancos siguen blanqueando capitales cuando es una actividad, no sólo prohibida, sino muy perseguida por gobiernos y autoridades económicas de los países más desarrollados del mundo? La respuesta es obvia: el beneficio de estas operaciones con dinero sucio es infinitamente superior al valor de las multas y sanciones que imponen los organismos reguladores del sector financiero. Diario16 publicó cómo JP Morgan Chase estaba dispuesto a pagar una multa récord de 1.000 millones de dólares para evitar que el Departamento de Justicia, la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) continúe investigando la manipulación del mercado en la intermediación que el banco de inversión realiza respecto a materias primas y valores del Tesoro.

Por otro lado, Diario16 ha venido publicando en los últimos días información sobre cómo los bancos más grandes del mundo movieron, al menos, 2 billones de dólares en dinero negro desde 1999 hasta 2017. La investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) de la que nos hicimos eco y de cuya documentación fue utilizada para realizar un análisis sobre el papel que jugó la banca española, ha determinado reacciones por parte de los organismos reguladores y supervisores de los principales centros financieros mundiales.

Una de las reacciones más fuertes ha sido la de la superintendente del Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York, Linda A. Lacewell, quien, en un artículo publicado en el portal especializado en análisis legales de alto nivel, Law360, afirmó que el sistema financiero mundial está inundado de billones de dólares de dinero negro.

Lacewell pone de relieve que las informaciones sobre la maquinaria de blanqueo de capitales por parte de los grandes bancos globales demuestran que el sistema no funciona. Muchas de estas grandes entidades tienen su sede en Wall Street y, por tanto, su responsabilidad como superintendente de Servicios Financieros en Nueva York le hace ser una conocedora de lo que realmente ocurre con la banca y el blanqueo, debido a la supervisión que su departamento realiza de las operaciones de los bancos.

De ahí que, por ejemplo, en el mes de julio se impusiera a Deutsche Bank, una de las entidades que aparecen en la investigación de ICIJ, una multa de 150 millones de dólares por sus relaciones con el depredador sexual Jeffrey Epstein y con dos bancos extranjeros involucrados en el blanqueo de capitales.

En su artículo, Lacewell daba con la clave: «Los banqueros rara vez son responsables, por lo que el lavado de dinero se convierte en una fuente de ganancias y las multas en un coste más de hacer negocios. Cuando las ganancias superan las multas, la elección empresarial se corrompe fácilmente».  Esta es la clave, la falta de responsabilidad por parte de los bancos que priorizan la recompensa frente al riesgo.

Por otro lado, Lacewell afirmaba que el uso generalizado de empresas fantasma, que ocultan la identidad de los propietarios del dinero, dificulta mucho que las autoridades que velan por el cumplimiento de la buena praxis bancaria detecten fondos de origen delictivo. Los Informes de Actividades Sospechosas (SAR, por sus siglas en inglés) que presentan los bancos ante los organismos supervisores, como el FinCEN americano o el SEPBLAC español, están plagados de sociedades pantalla que hacen prácticamente imposible detectar el origen del dinero y sus verdaderos dueños.

Esto ocurre también con los llamados bancos custodios, muchos con sede en Estados Unidos, donde su tarjeta de presentación es la preservación de la confidencialidad de los clientes a los que guardan sus inversiones, no su dinero. Un banco custodio tiene como misión la protección de activos de sus clientes, sin preguntar de dónde viene. En España, por ejemplo, operan 5 grandes bancos custodios: Cecabank, Santander Security Services, BNP Paribas Securities Services, BBVA Securities Services e Inversis. Por otro lado, grandes bancos custodios se convierten en accionistas de las entidades financieras. El mejor ejemplo en España es el Santander que cuenta entre sus máximos accionistas a este tipo de entidades.

Uno de los primeros pasos para frenar el blanqueo de capitales que deberían dar los organismos supervisores es la obligatoriedad de empresas que realizan transacciones financieras a revelar quién es el responsable final del control de esas sociedades. Sin embargo, la banca se opondría. Tiene un negocio muy lucrativo la prestación de esos servicios. Por esta razón, Lacewell afirma en el artículo que los banqueros y los reguladores están obligados a trabajar juntos para evitar que el dinero negro siga fluyendo a través de las redes del sector financiero.

«Si no exigimos y hacemos que se cumpla la ley todos somos cómplices. Si los oficiales de cumplimiento están marcando continuamente transacciones que son cada vez peores, entonces cuando llega a la suite ejecutiva, simplemente se aprueba, eso no es una cultura de cumplimiento. Eso es enviar el mensaje de que valoramos impulsar la transacción, y obtener las tarifas, más que lidiar con la evaluación de riesgos de cuán corrosivo puede ser esto para nuestra institución, el sistema financiero y la sociedad», afirma Lacewell en su artículo.

Ese es un parámetro importante para tener muy en cuenta: la permisividad o la imposibilidad de las administraciones públicas en detectar el flujo de dinero negro. Tal y como informamos en Diario16 analizando la documentación de la investigación de ICIJ, a través de las entidades financieras españolas se canalizaron o fueron el destino de 895 millones de euros de dinero negro. Se detectaron 25 operaciones, según los SAR analizados por el Consorcio, dinero procedente de movimientos que partieron de Deutsche Bank, The Bank of New York Mellon, JP Morgan Chase y China Investment Corporation (CIC).

Entre todos los SAR en los que tuvieron participación entidades españolas, destacan 3 operaciones realizadas desde el New York Mellon, canalizadas a través del alemán Isbank AG y que terminaron en las oficinas del Banco Santander en España. El valor conjunto de los 3 movimientos fue de 787 millones de dólares. CaixaBank, por su parte, fue el destino final de una operación de 2,2 millones de dólares iniciada en JP Morgan, que fue canalizada a través de la Banque Privee Edmond De Rothschild.

Banco Sabadell canalizó dos operaciones de más de 75 millones de dólares con origen en el New York Mellon y que tuvo como destino el Wirecard Bank AG de Alemania. Bankinter participó en 4 operaciones por un valor cercano a los 30 millones de dólares que tuvo el mismo origen que la anterior y finalizó en el AS LHV Pank de Letonia. 

Otras entidades que aparecen entre los SAR analizados por ICIJ son Abanca, Citibank España o ING España, con operaciones con origen en Deutsche Bank, New York Mellon, JP Morgan o China Investment Corporation.

Todo ese dinero negro procede de, entre otras cosas, narcotráfico, tráfico de armas, prostitución, trata de personas, redes de la inmigración ilegal, organizaciones criminales, corrupción, elusión fiscal, saqueo de los recursos de países como Venezuela, y, evidentemente, de los movimientos financieros ilegales.

La solución definitiva pasa por aplicación de sanciones ejemplarizantes como, por ejemplo, la retirada de licencias bancarias. En el momento en el uno de los grandes bancos sistémicos globales tenga que cerrar por una sanción de este tipo, el resto tendrá mucho más cuidado en servir de cómplice para el flujo del dinero negro, por mucha rentabilidad que tengan.

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