La caída de dos misiles ucranianos en Polonia desató ayer una serie de reacciones a nivel político internacional que hoy todavía tienen repercusión.
A pesar de que el propio presidente de Polonia reconoció que los misiles eran ucranianos, que las pruebas señalaban a la procedencia en el ejército ucraniano, una versión respaldada desde Estados Unidos, la OTAN y distintos Estados a nivel internacional, Zelenskiy, presidente de Ucrania, mantuvo su discurso: los misiles no eran de Ucrania, ni provenían de Ucrania, y apuntó en todo momento a Rusia como responsable.
Confirmación de todos, excepto de Ucrania
Rusia negó en todo momento su implicación en este lanzamiento de misiles a Polonia, y tanto desde el Pentágono como desde la OTAN y Polonia se confirmó a lo largo del día que Rusia no había tenido nada que ver de manera directa con estos misiles, aunque también se apuntó a que, en el contexto del conflicto, donde Rusia ha invadido Ucrania, el Kremlin es el último responsable de lo sucedido.
Sin embargo, Biden ha sido preguntado sobre las declaraciones de Zelenskiy, quien continúa afirmando que los misiles no tienen nada que ver con Ucrania. Y ha contestado que «Esa no es la evidencia». Unas palabras que desacreditan a Zelenskiy, dichas al regresar de la reunión del G20 por parte del presidente de los Estados Unidos.
