José Ramón Feito, alcalde de Tineo en un momento del la conmemoración

Nunca una conmemoración de un acontecimiento histórico tuvo tanto sentido como el Bicentenario de Riego, en el que se han volcado especialmente las localidades de Las Cabezas de San Juan (Sevilla) y Tineo (Asturias), con sus alcaldes a la cabeza, Francisco José Toajas y José Ramón Feito, respectivamente. Vivimos en un momento en el que el populismo de la extrema derecha está poniendo en peligro las conquistas democráticas de España y una figura histórica como la del general Rafael del Riego es fundamental para entender las democracias actuales.

Ayer, 4 de octubre, Tineo quiso retroceder 200 años en el tiempo para conmemorar el regreso del general a su localidad natal tras el pronunciamiento que provocó que el absolutista Fernando VII jurara la Constitución de Cádiz (1812), uno de los tres documentos históricos que fueron el cimiento sobre el que se asentaron los actuales regímenes democráticos junto a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa (1789).

Según la historia, el 4 de octubre de 1820, el general Rafael del Riego regresó a Tuña-Tineo. Desde un balcón de la plaza de la localidad habló a sus vecinos sobre la libertad. Esas palabras se volvieron a escuchar ayer en la misma plaza en la voz de Pedro Villanueva, un joven miembro de la Asociación de Recreación Histórica Cultural de Asturias.

El general fue vitoreado por los vecinos. «¡Viva Riego! ¡Viva Riego!», se escuchaba por las calles tinetenses mientras se acercaban a la plaza en la que 200 años antes se dijeron palabras de libertad.

José Ramón Feito, alcalde de Tineo, recibió a la comitiva, que llevaba uniformes, ropas de la época y donde ondeaba una bandera tricolor republicana, y dijo: «Bienvenido a vuestra patria afortunada. El Ayuntamiento de Tineo os felicita y bendice mil veces por vuestra honestidad, valentía y gloria inmortal que habéis adquirido», las mismas palabras que 200 años antes dijo el que fuera alcalde de la localidad.  Feito, vestido también de época, finalizó con un «Sea Riego, siempre, un reclamo por la paz, el progreso y el bienestar de todos los ciudadanos y ciudadanas del mundo».

Fue entonces cuando volvió a hablar, por los labios del joven Villanueva, Rafael del Riego. «Me llené de espanto al ver tantos hombres libres por naturaleza, dotados de fuerza y valor, sucumbir al yugo que le imponía otro hombre que solo por el consentimiento de los demás podía conservarse en el alto puesto que ocupaba. El amor a la patria me decidió a ponerme a la cabeza de los dignos españoles que despreciando los cadalsos juraron libertad o muerte…», palabras que fueron interrumpidas por un rotundo «¡Viva Riego!» que resonó en toda la plaza.

El acto concluyó con unas salvas en honor al general Del Riego disparadas con mosquetes del siglo XIX.

El Bicentenario de Riego y la Memoria Democrática

España es un país donde se entierra a los héroes verdaderos y se exalta a los exaltados o a los que se dio carácter histórico a lo que, en realidad, fue una leyenda popular. Mientras el general Del Riego ha quedado oculto en los libros, en este país se sigue exaltando a personajes como el Cid Campeador que, en esencia, fue un mercenario que vendió sus servicios tanto a moros como a cristianos.

Para entender la democracia actual, Rafael del Riego es un hombre clave. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, en un acto celebrado el 6 de marzo en Sevilla, afirmó que era necesario reivindicar al general Del Riego y «su sacrificio por las libertades y los derechos de la España que nació en Cádiz y que hemos podido consolidar entre todos […] El general ha triunfado 200 años después: su mensaje es una España como potencia en el mundo, en Europa, conectada con las libertades, los derechos y la democracia: el único modo de organizar la convivencia […] Riego se alzó contra el absolutismo y le recordó a la población desde Las Cabezas de San Juan y al propio ejército que su obligación es reconocer la soberanía del pueblo y que el elemento de desarrollo era el modelo constitucional, que nació también en nuestra tierra […] Nos ha costado mucho a los españoles llegar a nuestra actual Constitución, y hay hitos en el camino que merecen que no nos olvidemos de ellos».

Por eso es importante la memoria democrática, para no olvidar a quienes, cada cual en su responsabilidad o en su ámbito, lucharon para defender la libertad, la igualdad y la democracia.

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