El Banco Santander ha conseguido una posición dominante que le ha permitido ser protagonista, directo o indirecto, de diferentes escándalos que sólo han sido posibles gracias a la presunta impunidad que la entidad presidida por Ana Patricia Botín disfruta ante los tribunales españoles. Todo ello es consecuencia del poder que se ejerce sobre la administración de Justicia a través de los grupos de presión e influencia que desarrollan los grandes bufetes de abogados o las relaciones creadas entre abogados asesores, jueces, magistrados y fiscales. Sin embargo, todos esos escándalos protagonizados por el banco o por la familia Botín han tenido un coste, ya sea a sus clientes, sus accionistas o para la Hacienda pública, superior a los 110.000 millones de euros, es decir, un 10% del Producto Interior Bruto (PIB) de España o un 200% del de Luxemburgo.

Hay que recordar cómo en una de las decenas de denuncias interpuestas ante la Comisión Europea contra España por corrupción judicial se ponía como ejemplo al Santander de esta situación que tanto daño hace a la democracia española.

Las cesiones de crédito fue uno de los escándalos del Santander del que España aún no se ha recuperado, no sólo por su impacto económico en la Hacienda Pública, sino porque para liberar a Emilio Botín de una condena se llegó a crear una doctrina legal ad hoc, la Doctrina Botín que luego se ha pretendido aplicar para salvar a Cristina de Borbón de se procesada. Este escándalo supuso un quebranto de 2.584 millones de euros y la principal perjudicada fue la Agencia Tributaria, es decir, todos los españoles. Sin embargo, la doctrina Botín permitió que tanto el banco como su presidente y sus directivos salieran impunes de la Audiencia Nacional.

También en la época de Emilio Botín tenemos el escándalo que supuso la adquisición de Banesto tras la intervención del Banco de España.  Gracias a esta operación, el Santander se convirtió en el líder de la banca española. Años más tarde el ex secretario del consejo de administración de Banesto, Juan Carlos Rodríguez Cantarero, en declaraciones ante diferentes tribunales reconoció que, entre 1994 y 1998, se habían recuperado 4.507 millones de euros de los supuestos créditos dañados. De esta manera se demuestra que no existía el agujero de 3.636 millones de euros, que fue creado “ad hoc” para justificar la intervención. Rafael Pérez Escolar calificaría los hechos como la «más gigantesca malversación de caudales públicos de la historia financiera española» en la querella que interpuso por apropiación indebida, cohecho, prevaricación, estafa, malversación de caudales públicos, falsedad en documento mercantil, maquinación para alterar el precio de las subastas, etc. contra Emilio Botín, Alfredo Sáenz, Ana Patricia Botín, Ignacio Benjumea, Jaime Pérez Renovales, el gobernador y subgobernador del BdE y otros ante la Audiencia Nacional que sería archivada por un auto de Baltasar Garzón tras el escándalo del patrocinio de los cursos en Nueva York.

La presunta estafa de Valores Santander se fraguó en 2007 con el objetivo por parte de la entidad de obtener financiación para hacerse con la totalidad de las acciones de la entidad holandesa ABN AMRO mediante una OPA conjunta con el banco Royal Bank of Scotland y Fortis.

El importe total de la emisión de este producto ascendía a 7.000 millones de euros, tratándose de obligaciones convertibles en acciones de la entidad. Este producto complejo que se vendió bajo la apariencia de renta fija, incorporaba la obligatoriedad de convertir al final del período estipulado por el Santander (5 años), los valores en acciones. La venta de Valores Santander es una presunta estafa de enorme magnitud, porque la entidad emitió un producto a su medida para financiar su OPA, y lo hizo sin ningún escrúpulo engañando supuestamente a sus clientes y ocultando los riesgos del producto que le estaba vendiendo. Los Valores Santander eran un producto lo suficientemente complejo como para no ser comercializado entre el tramo minorista, pero a la entidad poco le importó. Ahora, los ahorradores que se vieron obligados a canjear los Valores Santander por acciones de la entidad y mantienen sus valores en cartera, deberían asumir una importante pérdida de su inversión en el caso de deshacerse de sus acciones.

El fraude de los dividendos cum-ex, que ascendería a 55.200 millones de euros se extiende principalmente a Alemania, donde la fiscalía de Colonia está llevando a cabo investigaciones que incluyen al Santander. El mecanismo del fraude operaría a través de la compra «a corto» de acciones de empresas cotizadas en periodos próximos al reparto de dividendos. Los presuntos defraudadores concertados entre si ejecutarían, en un breve periodo de tiempo, multitud de transacciones de compra y venta de un gran volumen de las mismas acciones de manera que aparentaría varios titulares de las acciones al mismo tiempo, que obtendrían certificados fiscales con los que reclamarían varias veces la misma devolución de impuestos que sólo habían sido pagados una vez. Según la investigación, Santander ejecutó a través de su filial en Reino Unido (Abbey National Treasury Services) infinidad de operaciones por las que cobraba importantes comisiones y se embolsaba parte de las ganancias del presunto fraude, según indican las declaraciones de testigos ante la fiscal de Colonia, que también han manifestado que el Santander en Londres era el mayor vendedor a corto y que la misma transacción de compra de acciones se aprovechaba para realizar varias solicitudes de devolución de impuestos.

En Reino Unido el Santander tiene abierto el caso de los seguros PPI, por el que 2.7 millones de clientes se han visto afectados, hecho por el que la entidad presidida por Ana Patricia Botín ha tenido que provisionar 1.800 millones de libras para indemnizarlos. El Santander ha sido acusado por los supervisores británicos por haber llevado a cabo actuaciones tratando de reducir la cantidad a pagar a sus clientes afectados, intentando impedir o dificultar sus reclamaciones, eliminando a las compañías profesionales de gestión de reclamaciones de sus comunicaciones con los clientes ante la mayor dificultad para éstos de responder dentro de los límites de tiempo establecidos por el banco. Las acusaciones se refieren a no haber enviado recordatorios a los afectados y al envío de información inexacta a los clientes. Ante la actuación del Santander con sus afectados el regulador británico, la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA), ha obligado al Santander a nombrar un auditor independiente para que supervise el proceso de reclamación.

El último gran escándalo del Santander lo hallamos en el Caso Banco Popular, por el cual, a través de una operación diabólica, el banco cántabro ha obtenido, según publicó Diario16 en base a una auditoría, una cantidad cercana a los 40.000 millones de euros tras pagar 1 euro por una entidad solvente y viable que tenía un patrimonio neto de 11.077 millones.

La familia Botín tampoco ha sido ajena a los escándalos. La familia Botín ocultó al erario público 2.000 millones de euros durante 70 años. Además, el fraude fue reconocido por los miembros de la familia al admitir que tenían dicho patrimonio oculto tras un entramado de sociedades, trusts y fundaciones en paraísos fiscales. Pese a ello, los miembros de la familia Botín no fueron condenados a prisión por delito contra la Hacienda al aplicarse la excusa absolutoria del artículo 305.4 del Código Penal por haber pagado 200 millones de euros por los cinco años no prescritos. El magistrado que archivó la causa fue Fernando Andreu, el primer instructor del Caso Popular.

Todos estos escándalos suman una cantidad superior a 110.000 millones de euros. Sin embargo, hay muchos más…

9 COMENTARIOS

  1. Gracias por la información. Este banco es el gran mal del país. Sus directivos son la peor mafia que puede haber y tienen a los jueces y políticos comprados.

  2. Vaya parece que el paro baja en abundancia, han debido colocar a más aniguetes en este reino de taifas, nada ya les pagaremos los sueldos los de siempre.

  3. Estuvieron haciendo accionistas a pequeños ahorradores a la fuerza sin que ellos quisieran, luego la fulana diciendo en la Prensa que la Banca había hecho cosas malas, metiendo a todos en el saco.

  4. Sin duda, un excelente repaso a ese banco corrupto, mafioso y corruptor (es mucho peor ser corruptor que corrupto).
    Aunque yo no le llamaría banco cántabro, sino banco norteamericano, ya que, si recuerdo bien, Black Rock es el máximo accionista. La Botín creo que detenta alrededor de un 1% del capital social, lo cual no es gran cosa en términos relativos, si bien hay que reconocer que es la cabeza visible de la serpiente.
    Y feliz año nuevo 2020, D. Jose Antonio.

  5. El Banco Santander gestiona, en exclusiva, el dinero que entra y sale de los tribunales y es sospechoso que «Justicia reconoce que no sabe dónde han ido a parar los 500 millones recaudados con las tasas judiciales»

  6. Nadie dice ni comenta nada de por qué el Banco Santander no ha pagado en mayo 2020 a sus accionistas los dividendos correspondientes. Dice que para ayudar a trabajadores y empresas, pero considero que no tiene porque dar nuestro dinero y además sin consentimiento de los accionistas, si lo quiere dar, que de SU dinero. Desde aquí mi mal estar con este Banco que hace lo que quiere con nuestro dinero y esperando que abone pronto los dividendos que nos debe

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre