Una de las partes fundamentales de la estrategia de Emilio Saracho para devaluar el precio de Banco Popular era la difusión de información negativa de la entidad que generara el pánico entre los accionistas y los clientes para, por un lado, provocar la caída del valor de la acción y dejar al Popular a tiro de OPA y, en otro orden, que los depositantes sacaran su dinero, hecho que redundaba en la liquidez.

Diario16 ha tenido acceso a una serie de correos electrónicos en los que se puede comprobar la desesperación entre los altos ejecutivos que sí querían gestionar el Popular para encontrar soluciones porque el banco tenía músculo suficiente si se hubiesen aplicado los parámetros del Plan de Negocio de 2016.

Sin embargo, si se produce un cambio en la Presidencia y el nuevo presidente ya comunica al Santander, Rodrigo Echenique, y al ministro de Economía de la época, Luis de Guindos, que el objetivo está en la venta de la entidad, evidentemente las noticias negativas eran una pata fundamental de un plan perverso y una operación diabólica que terminó con la ruina de 1,2 millones de personas.

El 23 de febrero de 2017, es decir, apenas 3 días después de que se hiciera oficial el nombramiento de Emilio Saracho como presidente del Popular, Carlos Balado remitía un correo al consejero delegado, Pedro Larena, en el que le informaba de lo siguiente:

Un cuarto de hora más tarde, Larena respondía bastante acalorado con un descriptivo «¡Joder!, ¿quién habla con ellos?»:

Ante esta situación, el director general de Comunicación propuso a Larena la remisión de un comunicado interno y confidencial: «Pedro, en la medida en que esta información sólo ha podido salir de alguno de los directivos que estaba presente en la reunión, sugiero que tú enviaras un correo a los miembros del comité de dirección en los términos siguientes: “Un medio digital publica hoy una noticia basada en una reunión interna de los directivos del banco con el presidente. Esta información sólo puede proceder de alguno de los asistentes y, por esa razón, quiero aprovechar esa circunstancia para recordar que toda información de trascendencia pública ha de ponerse, previamente a su difusión, en conocimiento del área de comunicación y, por supuesto, cualquier contacto personal con un medio ha de contar con el respaldo del mismo área.  Es incongruente y perjudicial que información que el banco decide no hacer pública sea comunicada por un directivo de la entidad. Es grave además que esa información proceda de reuniones reservadas. Os pido que, ante el alto riesgo para la reputación que suponen actuaciones de este tipo, transmitáis esta información a vuestros equipos”».

Por tanto, esa filtración sólo pudo salir de Saracho o de alguno de los directivos presentes en esa reunión. Con la perspectiva del tiempo, nuestros lectores podrían tener una idea clara de quién podría haber sido el filtrador o la filtradora.

Sin embargo, Saracho no se quedó quieto y respondió a la sugerencia realizada por Carlos Balado:

Los hechos posteriores ponen ya el dedo de la sospecha en Saracho. Por ejemplo, Carlos Balado reconoció en la Audiencia Nacional que desde El Confidencial le indicaron que su fuente para la noticia de la posible quiebra del Popular fue Emilio Saracho, quien se lo había contado al periodista Agustín Marco que fue quien firmó la información.

En otro orden, Pedro Larena también señaló a Saracho respecto a la filtración de su salida del Popular. Concretamente, en su declaración en la Audiencia Nacional, el ex CEO confesó que la contratación de Miguel Escrig como director general financiero en dependencia directa de Saracho, es decir, saltándose el orden jerárquico de cualquier entidad, sumada a una sucesión de noticias que le ningunearon, además de la no ejecución del plan de negocio, fueron elementos suficientes para determinar su salida. En su declaración, Pedro Larena afirmó que comunicó este hecho a Saracho pero que se esperaría al mes de junio para anunciar su salida. Sin embargo, se encontró con la filtración a los medios. A preguntas del juez Calama sobre quién podría haber filtrado esta información, Larena ha sido contundente: él sólo se lo dijo a una persona, a Emilio Saracho.

Además, según confirmó Carlos Balado en sede judicial, se había elegido muy bien el momento para filtrar esa información: coincidiendo con la publicación del hecho relevante de la reexpresión de las cuentas con la intención de generar confusión entre los clientes y los accionistas porque se podría sacar la conclusión de que la salida de un hombre como Pedro Larena, con un enorme prestigio en el sector financiero español, venía propiciada por los datos del banco. Es decir, que se pretendió hacer ver que el entonces consejero delegado del Popular tiraba la toalla.

Por tanto, el mensaje de Saracho en el que pedía mano dura a Larena en su comunicación a los directivos sobre las filtraciones no se lo aplicó a él mismo y la pregunta del ex CEO encontró su respuesta pocos días después cuando se filtró su intención de dejar el Popular.

2 COMENTARIOS

  1. «Estoy seguro que el 99,99 % nunca hablan con los medios….» ¡Hombre!, por una vez el Saracho dijo la verdad. Efectivamente, para llegar al 100 % falta un 0,01 %. Y este 0,01 % era él.

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