Banco Popular: Saracho intentó tomar el control antes de ser nombrado presidente

Pocos días después de que Ángel Ron presentara su dimisión ante el Consejo de Administración, se produjo una comida en el Edificio Beatriz en la que participaron Emilio Saracho y Pedro Larena. Que la persona elegida para presidir el Popular y el consejero delegado coman juntos es habitual. Sin embargo, lo que no lo es tanto es que, en un momento de transición, haya prisas por acceder al cargo e iniciar el plan con el que llegó al banco, es decir, una venta a bajo precio o la resolución.

Según han informado fuentes internas del Popular a Diario16, Saracho se quejaba a Pedro Larena sobre cómo se estaba llevando el proceso de transición hasta que en el mes de febrero la Junta de Accionistas aprobara el nombramiento. Las mismas fuentes confirman que el ya presidente in pectore señaló al consejero delegado lo que le había dicho a Ron: «Ángel, esto no es personal. No dudo de que hayas hecho una buena gestión, pero, chico, vete y haz la transición fácil».

Esas palabras muestran la urgencia que tenía de empezar a trabajar y aplicar su plan sin tener que esperar desde diciembre de 2016 hasta finales de febrero de 2017. Por eso necesitaba que Ron se apartara porque él no podía tomar decisiones hasta que aprobara el nombramiento la Junta de Accionistas.

Además, las prisas de Saracho por llevar a efecto su plan le llevaron a contratar a Uría y Menéndez, el despacho de cabecera del Santander, unos días antes de que se aprobara el nombramiento, es decir, cuando no tenía poderes para hacerlo, tal y como demuestran las facturas que el bufete emitió y que publicó Diario16 en exclusiva.  

Esa misma premura fue la que le llevó a confesar a Rodrigo Echenique y a Luis de Guindos, tan sólo unos días después de acceder a la Presidencia del Popular, que su único plan era vender el banco. El 15 marzo de 2017, Saracho se reunió con el equipo de supervisión del BCE y ya indicó que las únicas soluciones para el banco eran la venta, una ampliación de capital y la resolución.

Saracho no cumplía el perfil para presidir el Popular

Esas palabras, además, también son la demostración de que Emilio Saracho no cumplía con los requisitos para haber accedido a la presidencia del Banco Popular. Así se demuestra en la «hoja de trabajo» que la empresa headhunter (cazatalentos) Spencer Stuart remitió a la exconsejera Reyes Calderón donde exponía el perfil que debía cumplir el candidato seleccionado.

Según el documento de Spencer Stuart dirigido a Reyes Calderón, una de las funciones de Saracho sería la supervisión del «seguimiento del plan estratégico, desarrollar las relaciones institucionales con los organismos reguladores, así como inversores institucionales y apoyar al Consejero Delegado en el desarrollo de la restructuración operativa de la organización para orientarla hacia la consecución de objetivos estratégicos del negocio que impliquen un potentísimo relanzamiento del banco».

En este caso, Saracho no cumplió ninguna de las funciones expresadas en el documento. No hizo seguimiento de ningún tipo del plan estratégico de 2016, sino que lo paralizó; no desarrolló ningún tipo de relación institucional con los reguladores puesto que un mes después de su nombramiento ya «amenazó» al BCE con la resolución de la entidad si no lograba venderla. Desde luego, no apoyó en ningún momento al Consejero Delegado, puesto que Pedro Larena, un hombre de banca comercial que creía en las posibilidades del Popular, salió al ver la estrategia destructiva de Saracho. Por supuesto, no implementó ninguna herramienta adecuada para el relanzamiento del banco, más bien al contrario, su idea era rebajar su valor para poder venderlo…, o resolverlo.

Respecto al currículo de la persona a contratar para sustituir a Ángel Ron, Stuart Spencer en la hoja de trabajo enviada a Reyes Calderón que es importante que esa persona tenga demostrada experiencia en el sector financiero, en el liderazgo de organización de entidades, con altísima credibilidad para transmitir a los mercados y a la organización interna un mensaje de confianza. Como se puede comprobar casi ninguna de esas características se puede aplicar a Saracho, puesto que sí que tenía experiencia en el sector financiero, pero en la banca de inversión, no en la comercial. Si la remoción de Ron era necesaria, lo que el Popular necesitaba era un gestor no un banquero de inversión acostumbrado a realizar operaciones corporativas de venta. Por otro lado, Saracho, en ningún momento, generó confianza en el mercado, más bien al contrario, puesto que las fechas clave en las que se provocó la salida de liquidez del banco fueron la consecuencia de acciones de Saracho, tal y como se puede comprobar en el informe de los peritos del Banco de España.

En otro orden, Spencer Stuart afirma que el candidato «debe ser una persona humilde, fácil de trato y con demostrada capacidad de liderazgo para adaptarse a una cultura fuerte como es la de Banco Popular, todo ello combinado con buenas capacidades personales que le permitan establecer una comunicación absolutamente fluida con el Consejo, así como con el Consejero Delegado». Como se puede comprobar, Saracho no cumplía ninguna de estas características. Sus hechos lo han demostrado.