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B. B.

Un grupo de 200 voluntarios de Sevilla, en su amplia mayoría mujeres, se organiza para confeccionar batas de protección para el personal sanitario que lucha contra el coronavirus

Mercedes Peña
Mercedes Peña
MP Abogados de familia
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análisis

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No les voy a hablar de body building  ni de Brigitte Bardot. Hace mucho tiempo que tenía intención de escribir sobre este tema, pero pasan los días y no lo hago porque la entrada de los mensajes en el WhatsApp siempre me inquieta. Y no son los chistes y las  historias que mis amigos me envían y reenvían, que verdaderamente me entretienen, algunos de ellos de un ingenio y creatividad como solo en el sur sabemos hacerlo. Son los mensajes de un grupo de voluntarios, al que fui invitada a unirme, para proveer de material de protección contra el virus al  inicio de la pandemia.

En un primer momento se comenzó con la confección de mascarillas. De ahí se pasó a la elaboración de pantallas protectoras, y actualmente se hacen también batas de protección. En la modalidad de batas de protección B.B. (así lo escribimos cuando hacemos la entrega), es aquí donde me he descubierto   con mayores dotes, confección de batas de protección contra el virus con bolsas  de basura.

Mis dotes obedecen a la facilidad con que se hacen. Pues sí, el  odiado y temido plástico, que hasta hace unos días nos amargaba la existencia, mataba las ballenas, atragantaba a los peces, y nos  mataba sacándonos a patadas del planeta, ahora es una barrera contra el virus, y salva vidas. Curiosamente salva vidas y protege a los que de verdad están salvando vidas en esta pandemia, a los sanitarios, a los cuidadores de ancianos, y a todos los que siguen trabajando en primera línea en los servicios esenciales, para que el mundo no se termine de parar. Contradicciones del sistema,  porque verdaderamente hay otros materiales que funcionan como  barrera contra el contagio; pero no estábamos preparados.

Pensé que la necesidad de proveer de este material, y hacerlo llegar incluso a los sanitarios, era algo temporal, casi anecdótico. No cabía en mi cabeza, cuando me uní al grupo, que el estado de alarma se transformaría en estado de necesidad, pero ha sido así.  Ha transcurrido más de un mes, y los mensajes pidiendo material de protección y agradeciéndolo, por parte del personal sanitario,  fuerzas de seguridad y, más recientemente, empresarios que no  disponían de medios para dotar a los trabajadores de protección, no cesan.

Postergaba escribir sobre esto, porque pensé que la ayuda llegaría  de forma inminente. No cabía en mi mente, forjada en el estado del bienestar, que los sanitarios se protegieran con bolsas de basura, y menos aún formar parte de un grupo que las confecciona. A esta fecha sigue siendo así, la Administración  sigue sin proveer de forma masiva de material de protección. Papá Gobierno proyecta dotarnos de una renta básica universal, pero se revela incapaz de proveernos de mascarillas a todos los ciudadanos. Para mí es así de simple. 

Y aquí seguimos, confinados, y prorrogado el confinamiento. Y deseando terminar de escribir estas líneas, porque habrán entrado  varios mensajes en el WhatsApp en los que de aquí o de allá piden urgente que se les provea de B. B., batas de bolsas de basura.  Batas B. B. confeccionadas por un grupo de más de 200 personas, en gran medida compuesto por mujeres, que han desempolvado las máquinas de coser de sus madres, que han agudizado el ingenio hasta límites insospechados. La que no tiene máquina de coser confecciona las BB con la plancha de alisarse pelo.

En esta guerra contra el virus, me acuerdo de las mujeres que durante la guerra cosían camisas para el ejercito, no me refiero a  aquellas a la que el arte revolucionario de la guerra civil proyectaba como activas y resueltas dedicadas al proyecto bélico, la imagen de las milicianas, con el mono azul, que probablemente obedeció más a una propaganda o estrategia política, y que no se correspondía con la realidad de la época, un tiempo en el que el papel al que estaba relegada la mujer era el de esposa y madre. Pero me vienen ellas al pensamiento, las mujeres anónimas de la guerra, las costureras que cosían desde sabanas, a camisas y pantalones, que trabajaban desde sus casas y en sus libretas se   les iba anotando lo que iban entregando.

Ahora las entregas se anotan en el listado del grupo de WhatsApp. Ahora las mujeres del grupo, además de madres y esposas o no, son ingenieras, empresarias, abogadas, artistas o  profesoras. Cito las profesiones de algunas a las que conozco personalmente. La  mayoría para mí son desconocidas, sé que el grupo está compuesto básicamente por mujeres al poner en el cursor el símbolo de la arroba, y entonces aparecen María, Amparo, Consuelo, Sara, Mari Carmen, Patri, Manuela, Esperanza,  Aurora,  Rocío, Sandra, Blanca, Macarena, Luisa…  

El odiado y temido plástico, que hasta hace unos días mataba las ballenas, atragantaba a los peces, y nos mataba sacándonos a patadas del planeta, ahora es una barrera contra el virus, y salva vidas

Son sólo algunos nombres, podría escribir el santoral completo. Mujeres, algunas con nombres tan evocadores como Flor del Espíritu Santo. Todas convertidas en fabricantes de material de protección, todas poniendo los conocimientos, y sobre todo el ingenio al servicio de los demás. A veces me pregunto cuando las leo si alguna acabará diseñando un test casero para detectar los positivos del Covid-19, todas combatiendo el virus, auténticas guerreras de ciencia afición.

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2 COMENTARIOS

  1. Terrible example of social distancing !

    Face masks are a deceit the do not protect us.

    We MUST stay 2 metres from one another (or more).

    Please understand the dangers with face masks is that they provide a false sense of security – they are NOT a barrier to Covid-19.

    So remember – 2 metre distance and frequent hand washing; basic but the best action for staying safe.

  2. ¡Terrible ejemplo de distanciamiento social!

    Las mascarillas son un engaño y no nos protegen.

    DEBEMOS estar a 2 metros el uno del otro (o más).

    Por favor, comprenda que el peligro con las máscaras faciales es que proporcionan una falsa sensación de seguridad: NO son una barrera para Covid-19.

    Así que recuerde: distancia de 2 metros y lavado frecuente de manos; básico pero la mejor acción para mantenerse a salvo.

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