En los últimos meses, PP y Ciudadanos han empezado una pugna en Cataluña, y el apoyo de un ex presidente del Gobierno como José María Aznar a uno de los dos partidos no pasa desapercibido. En noviembre, Aznar dijo en la Cadena Ser que “Rivera tiene unas condiciones políticas muy positivas y relevantes, otra cosa distinta es que él las sepa aprovechar”.
No es el único momento en el que el presidente de la FAES ha alabado al líder de la formación naranja. En mayo de 2017 le invitó a clausurar la II Semana Atlántica del Instituto Atlántico de Gobierno (IAG) una institución de carácter privado que el expresidente puso en marcha y que imparte el Máster en Gobierno, Liderazgo y Gestión Pública. Entonces dijo que el líder naranja era la “renovación moderada y liberal” de España.
El propio Pedro Sánchez del PSOE dijo que “Albert Rivera se ha aznarizado”. Fue en la rueda de prensa posterior a la reunión con Mariano Rajoy en la Moncloa por el 155 tras la investidura de Quim Torra. Rajoy y Sánchez pactaron responder a cualquier ilegalidad de Torra de forma ponderada y mantener el control de las cuentas catalanas más allá de la intervención de la Generalitat, algo que ya se hacía antes del referéndum del 1-O.
Rivera, en cambio, aboga por mantener el 155 y reactivarlo aunque decaiga jurídicamente de forma automática con la formación del nuevo Govern de la Generalitat. El partido naranja pide intervenir TV3 (en este caso ampliar, pues no estaba intervenida), los Mossos d’Esquadra, las finanzas catalanas y la acción exterior catalana de la Generalitat.
Pero quien primero pidió un 155 largo fue José María Aznar; aparte de Xavier García Albiol, que antes de que se aplicara la intervención opinó que era mejor uno largo y convocar elecciones meses después y tras del conato de investidura de Jordi Sànchez hace unos meses dijo que prefería una intervención larga y convocar elecciones después a sabiendas de que Ciutadans saldría beneficiado y capitalizaría la tensión.
