La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, volvieron a hacer una quedada -esta vez sin Emiliano García Page- con la excusa de exigir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que abra la pista de esquí de Navacerrada. La cita tenía mucho más que ver con los intereses políticos de cada uno de estos mandatarios populares . Son tal para cual, aunque el castellano con menos fortuna.

Es justo recordar que ambos ocupan las presidencias de sus Comunidades Autónomas gracias a su pacto de gobierno con Ciudadanos, y que ambos perdieron las elecciones en sus respectivas regiones. Son tal para cual. Pese al talante más moderado que falsamente muestra Mañueco, en su férrea alma conservadora ha mostrado siempre en sus actos y decisiones una actitud autoritaria, machista y clasista.

La importancia de aparecer en la foto

Así, para Mañueco es importante aparecer en la foto con Ayuso. El distanciamiento del de Castilla y León con Génova, y las buenas relaciones de la madrileña, sin embargo, con la cúpula del PP, favorecen la tregua que Casado e Igea han dado al presidente de la Junta al no prosperar la moción de censura presentada por el PSOE en la comunidad castellana.

Mañueco sabe que Génova prepara el desembarco de sus fieles en las provincias de Castilla y León para sus congresos provinciales que tendrán lugar antes del verano como alternativa a su liderazgo. De hecho, Salamanca, el feudo por excelencia del castellanoleonés, ya tiene avanzado quiénes apoyarán la lista alternativa. Todos ellos, políticos que crecieron a sus pechos y que ahora le ponen la zancadilla

La foto con Ayuso, dandole la razón en todo, presenta a un Mañueco en concordancia con Génova tras sus duras críticas por la campaña de vacunación a Pedro Sánchez.

Así, Alfonso Fernández Mañueco, reclama al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «de manera intensa», que convoque la conferencia de presidentes de comunidades autónomas que no se reúne desde el 31 de julio. Así se alinea con la reivindicación hecha horas antes por el presidente del PP, Pablo Casado.

Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, por su parte, hizo ayer, teniendo a Mañueco en los coros, lo que más le gusta: retarse con Pedro Sánchez. Así, Ayuso pretende representar la oposición real a Moncloa. Una estrategia que el presidente del Gobierno acepta y lanza el anzuelo para que la líder popular caiga en la red.

Así, ayer Sánchez ponía en duda los datos oficiales de afectados, fallecidos e ingresados en UVI que aporta la Comunidad de Madrid. Una duda razonable que ya habían denunciado hasta la saciedad las asociaciones sanitarias. Ayuso, en un Mañueco en tan tercer término, que no el enfocan las cámaras ni para el telediario, reta al presidente del Gobierno para que pida perdón.

Y es que Ayuso cree, de verdad de la buena, que Pedro Sánchez debe pedir perdón hasta por existir.

Mientras, Mañueco, como ya le pasa en el Gobierno de Castilla y León, donde es un títere del vicepresidente de Ciudadanos, Francisco Igea, se convierte cada vez en el corista de una historia en la que ni siquiera sale en la foto.

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