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Ayuso se suma al lenguaje golpista de la extrema derecha: «O Sánchez o España»

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha afirmado que Pedro Sánchez "desmembró España y la entregó a sus enemigos confesos. Esto ya no se trata de o izquierda o derecha. Esto se trata de libertad. Y esto ya es: O Sánchez o España"

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no puede quitarse la vena ultraderechista y populista ni aunque sus asesores intenten que dé una imagen más centrada o menos cercana a la extrema derecha. Ella se ha convertido en la verdadera jefa de la oposición. No le hace falta estar en el Congreso de los Diputados o en el Senado porque utiliza cualquier acto público para olvidarse de la situación de la comunidad que gobierna y centrarse en atacar al gobierno y a Pedro Sánchez.

Isabel Díaz Ayuso tiene un presunto pasado ligado a la extrema derecha de este país y eso es algo que, como el sacerdocio, «imprime carácter». Según un artículo de Gabe Abrahams publicado en Diario16, el falangista Eduardo García Serrano, en una conferencia afirmó que «Ayuso era una falangista de rompe y rasga. Me perseguía por los pasillos como un caniche para que yo le hablase de José Antonio Primo de Rivera. Me perseguía de forma un poco agobiante para que le hablase de Ramiro Ledesma, de Eugenio Montes, de David Jato, de Eugenio Lostau (fundadores y figuras clave de la Falange Española)».

Por otro lado, no se pueden olvidar las declaraciones que Ayuso hizo en una entrevista: «Cuando te llaman fascista es que estás en el lado correcto de la historia».

Hoy ha vuelto a utilizar el lenguaje golpista de la extrema derecha, el vocabulario que refleja una visión patrimonial de España, al afirmar que «Esto ya es, o Sánchez o España».

Las declaraciones de Ayuso se enmarcan en una defensa cerrada de una diputada de Vox que fue expulsada del Pleno del Congreso de los Diputados por llamar «filoetarras» a los parlamentarios de EH-Bildu.

«No puedo pasar por alto lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados, cuando el vicepresidente, al servicio del Gobierno y el Gobierno, al servicio de Bildu, expulsó del Pleno a una diputada por decir la palabra “filoetarra”. Como responsable política, como parlamentaria de la Asamblea de Madrid y, sobre todo, como defensora de la Democracia, quiero decir que es inaceptable el abuso que el Partido Socialista y la ultraizquierda están haciendo de las instituciones. Cuando ayer hablaron de “filoetarra”, en realidad deberían haber dicho, simplemente, “etarra” o lo que consideren porque para eso son parlamentarios en el libre ejercicio de la palabra. Entre el nombramiento de los cargos políticos en el Tribunal Constitucional, la abolición del delito de Secesión y la arbitrariedad de la expulsión de una diputada en el Congreso, el Partido Socialista ha decidido destrozar la democracia», ha dicho Ayuso.

Sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid no se ha quedado ahí y ha pasado a las teorías conspiratorias que tanto gustan a la extrema derecha y al trumpismo que ella representa en España.

«Vamos camino de una dictadura, sometidos por un tirano que pone en peligro el Estado de Derecho. Y no se reflexiona acerca de cómo hemos llegado hasta aquí en tan poco tiempo. Y lo peor: ¿adónde vamos? Al proceso de ruptura para imponer una república de Países Catalanes junto con las pretensiones de la izquierda abertzale de anexionar País Vasco y Navarra para seguir expandiéndose, hoy en España se señala a jueces, presentadores, artistas, periodistas, políticos, a la empresa, a la banca, las eléctricas, a los patrimonios, a la oposición y a la propiedad de millones de españoles. Sánchez quiere ser poder ejecutivo, poder judicial y poder legislativo, todo en uno. No sé cómo quiere Sánchez pasar a la historia, pero sí sé que ha perdido la oportunidad de ser un presidente. Pasará a ser el mandatario que alimentó dos bandos para situarse en uno. El que destrozó las instituciones, desmembró España y la entregó a sus enemigos confesos. Esto ya no se trata de o izquierda o derecha. Esto se trata de libertad. Y esto ya es: O Sánchez o España», ha afirmado Isabel Díaz Ayuso.

Sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid en ningún momento ha condenado o ha lanzado improperios cuando desde la Presidencia del Congreso de los Diputados se ha llamado al orden o se ha expulsado a diputados de la izquierda por hacer menciones a la Monarquía o por reprochar con vehemencia el blanqueo de la extrema derecha de los crímenes del franquismo.

Ayuso, con estas declaraciones, ha pasado una nueva línea roja, ha sobrepasado los límites que separan el legítimo ejercicio de oposición del golpismo porque ha antepuesto la figura del presidente del Gobierno con la supervivencia de España. Sánchez puede estar haciendo un buen trabajo o ser el peor presidente de la historia. Sin embargo, eso es algo que tienen que decidir los ciudadanos, no Ayuso ni sus llamamientos a… ¿a qué?

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1 COMENTARIO

  1. Con nada nuevo aporta la actual evolución de la derecha que nos llega de un pasado reaccionario no hace otra cosa que repetir su historia. Entonces organizo un movimiento levantisco que recurría a los golpes de estado y los pronunciamientos cada vez que las cosas no salían como les gustaba mientras ofrecían, en un delirio paranoide, aquello de la conjura judeo-masonica y comunista atentando contra la Patria, aunque en general de todos aquellos pronunciamientos más de 50 en los dos anteriores siglos, la inmensa mayoría fueron realizados por ellos. Ver este grado de incultura que, incapaz de reconocer la historia reciente de España y las causas del estancamiento democrático que por una vez empezábamos a superar integrándonos en Europa, repite los mismos estereotipos de siempre da grima: en las instrucciones de Mola para el levantamiento de 1936, “no insinuaban que el levantamientos estuviese motivado en razones religiosas, ni en una respuesta al desorden (como los medios y partidos actuales de la derecha vienen a recordarnos cada vez que se evidencia su pasado ideológico) sino a la victoria de la izquierda y la consiguiente amenaza de reformas legislativas. Lo que perseguían y persiguen con este descafeinada copia ideológica de ahora, es que nada cambie y que la única España posible sea esa que ni siquiera se atreven a describir tal como la piensan y en la que no cabe nadie que no se ajuste a su fundamentalismo

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