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Ayuso «se suaviza» y no culpa a ETA del caos en los centros de urgencia de Atención Primaria

Ante la incompetencia que su gestión ha generado en los centros de urgencia de Atención Primaria, que ha llegado a poner en peligro la vida de varias personas, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha decidido atacar a la izquierda con acusaciones de ser los responsables de un supuesto boicot a la sanidad pública

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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A Isabel Díaz Ayuso le produce urticaria todo lo que suene a progresismo y a izquierda. Incluso los postulados más centrados de su propio partido le parecen demasiado cercanos a la socialdemocracia. La presidenta de la Comunidad de Madrid es el relevo de Esperanza Aguirre en el espacio político conservador peligrosamente unido a los parámetros ideológicos de la extrema derecha. Sin embargo, hoy, en la Asamblea de Madrid, Ayuso «ha suavizado» su discurso y no ha culpado a ETA del caos que se está generando en los centros de urgencia de Atención Primaria, un caos que ha puesto en peligro la vida de varias personas.

Para quitarse cualquier responsabilidad ante una situación peligrosa, en la que la salud de la ciudadanía está en juego, Isabel Díaz Ayuso ha decidido tirar balones fuera y acusar a la izquierda de ser la instigadora de una especie de rebelión de los profesionales sanitarios. Sin embargo, la presidenta madrileña no ha profundizado en el análisis de la situación porque sabe que sale muy mal parada.

Más bien al contrario, ha pasado al ataque, que es lo que realmente le pide el cuerpo. En respuesta a Juan Lobato, portavoz del PSOE, Ayuso ha afirmado que «esto no va de sanidad, esto va de la debacle que va a sufrir su partido en las elecciones de mayo. Ustedes saben mejor que todos los ayuntamientos que pensaban que eran suyos se van a ir. Usted sabe mejor que yo que el Partido Socialista Obrero Español está hundido en la Comunidad de Madrid. Y usted sabe mejor que yo que cada vez que a la izquierda le va mal en esta Comunidad recurren a la sanidad pública, a la que pretenden boicotear una y otra vez, porque sólo saben vivir de sembrar el terror y el miedo entre los ciudadanos, empezando por los mayores y por las personas que más lo necesitan. Según se acercan las elecciones de mayo, como ven que estrepitosamente van a salir de ciudades de todo el sur de la Comunidad de Madrid, han sustituido las sedes electorales del Partido Socialista por los centros de atención de Urgencias 24 horas, que, por cierto, están ahora mejor dotados y van a dar más oferta a los ciudadanos a pesar de sus constantes boicots».

Una acusación de este tipo es muy grave. Ayuso está afirmando que la situación crítica en la que se encuentran los centros de urgencia de Atención Primaria es culpa de una acción política por parte de los partidos de la izquierda. Ni un punto de autocrítica, ni un reconocimiento de cómo su gobierno está debilitando la sanidad pública, cómo se han despedido decenas de miles de sanitarios o cómo se mantienen unas condiciones laborales que han sido denunciadas por los profesionales de la sanidad.

La sanidad pública madrileña podrá tener buenas instalaciones pero está saturada. Las listas de espera para especialistas o para intervenciones quirúrgicas son absolutamente inasumibles para cualquier administración, pero el gobierno de Ayuso no hace nada para reforzarla.  Los centros de urgencia de Atención Primaria comenzaron a funcionar sin un refuerzo específico de personal para que tengan una plantilla adecuada, es decir, médico, enfermera y celador, algo que no se está cumpliendo.

La libertad no es poder irse de cañas, bajar impuestos que sólo benefician a los ricos o pasear por una Gran Vía más iluminada que Vigo en Navidad. Dentro de la libertad se encuentra el buen funcionamiento del estado del bienestar, es decir, que ofrezca a toda la ciudadanía unos servicios públicos que cubran todas sus necesidades. Y eso no se está haciendo en la Comunidad de Madrid, más allá de las ocurrencias diarias de su presidenta.

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