Estamos viviendo la campaña electoral más repugnante de los últimos años. El PP ha echado toda la carne en el asador para derrotar al sanchismo y ha convertido unos comicios municipales y autonómicos en una primera vuelta de unas generales. En ese contexto, todo vale. Líderes políticos que sueltan las burradas más increíbles, juego sucio, Bildu y declaraciones que parecen salidas de partidos más propios del antiguo régimen franquista que de una sociedad democrática. Por momentos se antoja que en el Partido Popular todos han perdido la cabeza y ya no queda ni uno solo resquicio de cordura.
Rollán pierde los papeles
La última salvajada viene de boca de Pedro Rollán en el Senado durante el debate sobre la ley de vivienda que ha tenido lugar en la cámara alta. Cuando se trataba simplemente de debatir sobre un problema que afecta a todos los españoles, el tal Rollán soltó una crueldad absurda como intolerable al asegurar que hay un pacto “a prueba de bombas” entre PSOE y Bildu para sacar adelante esta ley. Y acto seguido espetó: “Los cimientos de esta ley se levantan sobre las cenizas del centro comercial Hipercor, con 21 muertos, cuatro de ellos niños; sobre los escombros de la plaza de la República Dominicana, donde fueron asesinados 12 guardias civiles; sobre los hierros retorcidos de la casa cuartel de Zaragoza, donde le fue arrebatada la vida a 11 personas”, afirmó Rollán.
El dirigente del PP ve en este pacto la “prueba evidente de la alianza entre PSOE y Bildu”. “Resulta vergonzoso verles arrastrándose de manera tan humillante ante Arnaldo Otegi”, alegó en su intervención.
“Señorías del PSOE, están a tiempo de impedir la aprobación de esta ley, pero no lo harán, porque han preferido gobernar junto a Bildu en lugar de respetar a la gente, de la que tanto hablan pero a la que ustedes tampoco respetan”, agregó.
La ilegalización de Bildu divide al PP
El Partido Popular ha dejado de ser un partido de gobierno para convertirse en un partido antisistema que practica una suerte de nuevo trumpismo. Feijóo está nervioso porque las matemáticas no le dan la mayoría necesaria para gobernar en solitario y en todo caso necesitaría de la muleta de Vox para llegar a la Moncloa. Así las cosas, Vox le está marcando la agenda diaria al PP en esta campaña electoral y si Santiago Abascal lanza un exabrupto mayor en cada mitin, el líder de la oposición no puede quedarse atrás y tiene que redoblar la apuesta. Pero no solo es Vox el que está acorralando a Feijóo con un discurso cada vez más falangizado y duro sino que dentro de su partido, Isabel Díaz Ayuso le hace la pinza por otro lado con mensajes que por momentos parecen sacados del partido ultra.
Cuando la presidenta de Madrid dice que “ETA está viva, está en el poder y vive de nuestro dinero” está enviando una advertencia no solo a Pedro Sánchez sino a su jefe de Génova 13, al que le está diciendo claramente que no debe quedarse en derechita cobarde sino que debe ser mucho más destroyer en su dialéctica electoral contra el Gobierno de coalición.
En las últimas horas, Ayuso ha apostado por la ilegalización de Bildu, algo que rechaza no solo el Tribunal Constitucional sino al Fiscalía y la propia Ley de Partidos. La lideresa madrileña es perfectamente consciente de que esa propuesta está abocada al fracaso, ya que una democracia debe pensárselo muy mucho a la hora de ilegalizar un partido que es tanto como perseguir ideas. Mientras no haya delito, y hoy por hoy Bildu es un partido legal, rige la libertad de expresión y de asociacionismo político. Proscribir Bildu sería un salto al vacío, entre otras cosas porque la justicia europea daría un nuevo tirón de orejas a España por su baja calidad democrática.
Ante esta deriva ultra del sector ayusista del PP (que Feijóo ya no puede controlar) han reaccionado algunas voces algo más valientes y sensatas como la de Borja Sémper, que hace solo unas horas ha recordado que la posición oficial del Partido Popular es no ilegalizar a la formación abertzale. “Bildu no es ETA, el futuro se tiene que construir también con Bildu”. Por desgracia, moderados como Sémper ya no abundan en el principal partido conservador español.
Con la ley, que es una mierda, en la mano, se podría haber ilegalizado el PP hace cinco años, pués reúne todos los elementos probatorios de actuar como organización criminal. Además ya han sido condenados por financiación ilegal y desvío de capitales, obviamente en negro. Pero claro, quién puso los jueces ahí donde tienen que estar…?
Eeererrrrrrrreeeeeeee…
Di para.