Ayuso «permitió» la muerte de mayores en las residencias a través del «protocolo de la vergüenza»

Así lo denuncia Alberto Reyero, exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, en un libro en el que cuenta cómo gestionó el gobierno de Ayuso a las personas mayores residentes en residencias durante la pandemia

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Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid

El exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, con Ciudadanos, Alberto Reyero tira de la manta y cuenta en la Cadena SER cómo “había una mano negra en la Presidencia de la Comunidad de Madrid buscando culpables de lo que ocurrió en las residencias”.

Ayuso «permitió» la muerte de mayores en las residencias durante la pandemia

Durante la pandemia murieron en España casi 35.000 personas en las residencias de mayores. Solo en Madrid fallecieron 7.200 ancianos. Muchos no recibieron la atención sanitaria que merecían, ante unos sistemas de salud desbordados y con falta de medios y personal. Dos años y medio después de lo peor de la enfermedad, poco o nada ha cambiado en el modelo de cuidados a la tercera edad. Las causas judiciales abiertas no han prosperado y tampoco ha habido ningún tipo de responsabilidad política.

Alberto Reyero era uno de los responsables del Gobierno de Ayuso cuando los mayores morían en las residencias sin recibir ningún tipo de atención. Por eso, ha decidido contarlo todo, aunque muchas de estas cuestiones ya se sabían.

Morirán de forma indigna o como actuó Ayuso durante la pandemia

Reyero publica en unos días Morirán de forma indigna (Libros del KO), un relato sobre aquellos días tan complicados. Una bomba mediática contra Isabel Díaz Ayuso, pero también contra Ciudadanos. El exconsejero terminó dimitiendo cuando se atrevió a decir en público lo que estaba pasando en las residencias.

El consejero recordó en la SER “los correos internos que intercambió con el actual consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero”. En el texto le avisa de que “muchos mayores podían morir de forma indigna si no se medicalizaban las residencias”. E insistió en que se incurría “en una discriminación de graves consecuencias legales”.

El protocolo de la vergüenza

Reyero comenzó recordando que sí conocía ese protocolo. “Estaban muy nerviosos por lo que significaba. El gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social me lo enseñó y me explicó lo que significaba. Suponía excluir a personas que tuvieran no solo COVID, sino cualquier otra dolencia que tuviera un nivel de dependencia del dos o del tres”.

El ‘protocolo de la vergüenza’ era la imposibilidad de que las residencias derivaran a hospitales a personas que lo necesitaban, discriminando por su edad, sexo o grado de  incapacidad.

“Había una serie de requisitos: las personas que estaban en condiciones aceptables no entraban en la exclusión, pero como nos dijo una directora de una residencia, por el simple hecho de estar en una residencia y estar en una silla de ruedas ya no podías ir a un hospital” dice Reyero.

Reyero continúa desgranando las vergüenzas que sucedieron aquellos días durante el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso: “Es algo que yo siempre me he preguntado y la única explicación que yo creo que puede ser verosímil es que empezaran con estas exclusiones de manera verbal y debió haber algún tipo de rebelión interna y pedir que fuera por escrito”, dejando claro que todo estaba por escrito. Además, el exconsejero avisó y le informaron de que el protocolo no se estaba aplicando. Sin embargo, como después se demostró, sí se estaba haciendo. Reyero cuanta como “el bajón era considerable en el traslado a hospitales”.

La responsabilidad política de Ayuso

“Hubo una reunión en la que estuvieron el consejero de Sanidad, la presidenta, el consejero de Hacienda, Lasquetty, muy relacionado con la Sanidad, el jefe de gabinete de la presidenta y Burgueño (exdirector regional de hospitales) Debieron tomar alguna serie de decisiones porque al día siguiente medicalizaron las residencias. Yo no sé de dónde partió este protocolo, pero los documentos son reales porque están firmados, sabemos quién lo firmó. Sabemos que informó a sus jefes, a la viceconsejera de Sanidad y al consejero de Sanidad. De dónde partió no lo sé, sería una de las preguntas que haría en una comisión de investigación”, explica Alberto Reyero.

Comisión de investigación, una farsa

La comisión de investigación nunca llegó a celebrarse. El  PP y Vox la rechazaron en la Asamblea de Madrid. “No quieren hablar del tema. Tanto PP y Vox podrían aprobar el informe de la comisión, pero fundamentalmente es tapar todo lo que puedan“, explica.

Reyero da más  detalles sobre la presencia del jefe de gabinete de Ayuso: “Miguel Ángel Rodríguez creo que estaba ahí por su relación con la prensa. Se lanzan mensajes a medios y algunos lo recogen y otros no. Se ve el rastro que van dejando las informaciones provenientes de Sol. En un primer momento, el señalado era yo. Yo me rebelé ante eso y se lo dije, que me iba a defender. Lo que yo decía estaba por escrito de unos meses atrás. Si no lo hubiera puesto por escrito hubiera tenido problemas. Habría quedado como el responsable de las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid, porque al fin y al cabo era el responsable de ello”.

Cuando Reyero apuntaba a las consecuencias legales de lo que estaba ocurriendo en las residencias, percibía una actitud fría: “Había una frialdad acerca de lo que yo contaba. Hice una petición expresa y lo único que encontré fue frialdad e indiferencia. De hecho, al día siguiente se anunció que me quitaron las competencias en las residencias, pero era algo más mediático porque nunca se publicó en ningún boletín”.

En aquellas reuniones pidió “medios para empezar a trabajar en las residencias más afectadas por el coronavirus. Me dijeron que no, que estaban en otra historia. Estaban en toda la propaganda que giraba en torno al hospital de campaña de IFEMA. La mayor parte de medios sanitarios estaban enfocados hacia el hospital de campaña de IFEMA porque realmente entiendo que eso daba más réditos propagandísticos”. explica.

El hospital de campaña de IFEMA

“El hospital de campaña en IFEMA supuso una aspiradora de personal sanitario que existía en las residencias, aparte de que no llegó a las residencias el personal de Atención Primaria”.

Pero aún hay más: “El resultado de IFEMA es que en los 45 días que estuvo abierto murieron 16 personas, durante el mismo tiempo en las residencias murieron 5.000 y lo que ya fue una desfachatez es que el día en el que se cerró IFEMA la presidenta dijo que quienes entraban ahí se curaban como si fuera una especie de Lourdes, como si el doctor Zapatero fuera un sanador. Es muy sintomático. Solo se trasladó a 23 personas de residencias”.

Si todo hubiera sido diferente…

“Es imposible saberlo. Entiendo que es un número considerable, pero igual había personas que mejor que se hubieran quedado en las residencias. Otras no evidentemente. Es la práctica habitual que existe en las residencias. Una de las cosas que se discriminó a los mayores es que recibieran una atención sanitaria hospitalaria especializada. Muchas veces los centros de Atención Primaria se olvidan de las personas que entran en las residencias, pero los servicios médicos allí están para tratar las enfermedades crónicas”. reconoce Reyero.

En aquellos días hubo una  guerra abierta entre los consejeros de Ayuso y Alberto Reyero. “Fueron días muy complicados y al final tienes que tomar decisiones solo y además había una mano negra detrás buscando culpables. La mano negra estaba en Sol, en la presidencia de la Comunidad de Madrid. Se estaban lanzando mensajes que estaban calando. Se estaba creando una campaña”.

1 COMENTARIO

  1. ¿Y aun le llamamos solamente a Putin asesino,genocida y demas?
    Por lo menos Putin no ha asesinado a cientos de abuelos indefensos.
    Ayuso y todo el PP de Madrid deberia de ser ajusticiados.

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