La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha criticado este jueves que el Gobierno central haya realizado un envío de mascarillas a los ayuntamientos de la región cuando ha dejado de ser obligatorio su uso, en interiores. Mientras, ha ha puesto la mano en el fuego por el alcalde de Madrid, Martínez Almeida.
Ayuso vuelve a mentir
La presidenta miente al afirmar: “Ha hecho el mayor envío de este material, cuando han sido retiradas”, olvidándose que son obligatorias en muchos servicios municipales, como el transporte público, los centros de salud municipales, la administración o el SAMUR, entre otros.
Así lo ha señalado durante el Pleno de la Asamblea, donde ha hecho referencia a la carta que la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ha enviado al presidente de la Federación de Municipios de Madrid (FMM), Guillermo Hita, donde le ha informado que se van a distribuir a los municipios 14,1 millones de mascarillas: 1 millón para los de menos de 20.000 habitantes y 13,1 para los de más de 20.000.
El envío necesario
En la misiva, que fue enviada el martes, González señala que los consistorios deben organizar su reparto y distribución, priorizando al personal de los servicios esenciales y colectivos vulnerables.
La presidenta se olvida que las mascarillas aún son obligatorias en muchos servicios municipales, como el transporte público, los centros de salud municipales, la administración o el SAMUR, entre otros. Y que las personas vulnerables no pueden usar esos servicios sin cubrebocas.
Miente que algo queda
Para Ayuso, esto “es un ejemplo de la gestión socialista que por fin consigue mascarillas tras dos años. Ya es la segunda vez que el Gobierno anuncia el final de las mascarillas. Solo faltaba una cosa… Solo una vez, demostrar cómo se pueden hacer. Pero hemos visto que son incapaces”, ha sostenido.
Otra mentira al afirmar que es la segunda vez que anuncia el final de las mascarillas, la primera vez, fue su uso en exteriores, salvo algunas excepciones. A ayuso le da igual decir medias verdades o mentiras a medias.
