Este fin de semana he estado en Sevilla y, como buena turista, subí a un coche de caballos a dar una vueltecita por el centro. “Ar pazo” iba el caballo blanco que llevaba la melena recogida en una trenza recia y hermosa.

“Er caballo e preziozo, er mejó animá y bueno, zoooo…, quieto, depasito, mi arma”, decía su dueño mientras nos iba enseñando los monumentos más emblemáticos de la zona. “Ahí er Palasio de Zan Termo, donde la Zuzana”. No le gusta nada la Presidenta de la Junta, pero nada. Bueno tampoco le gustan los demás políticos. “Donde ezté un buen caballo…los caballos zí zon fiele, ze zabe aónde van”.

El caballo se para ante un semáforo, pero se mueve un poquito, como con ganas de seguir la marcha. “Zoooo…quieto, que ezta rojo. Una zuerte que no diztinga todoz loz colore. Yo he zio rojo toa mi vía y ¿para qué?”.

Pasamos por la Real Fábrica de Tabacos y nos explica que ahora es la Universidad y vemos la Torre del Oro. De América venía el oro. Tampoco América es lo que era. “Eze Trump, pedazo de beztia. De momento, ya me ha hecho perdé un jamón. Digo, mal rayo le parta”. En la parada, los cocheros se aburren de lo lindo, aunque haya turistas, son horas al sol, que así de negros están y, por hacer algo, apuestan. Y unos cuantos apostaron contra otros sobre el resultado de las elecciones en USA. Y perdió su grupo. Le han dedicado unas coplillas, como venganza y no sale bien parado. Su pelo les ha venido “ar pelo” para hacer unos buenos pareados.

Nunca hubiera podido pensar el cochero que iba a perder su apuesta. No sale de su asombro. “La madre que parió a lo americanoz”. Él tuvo un tío en América, “er de la canción, no, otro”, aclara, y nos cuenta la envidia que sentían todos sus sobrinos, de chicos, cuando venía y les contaba cómo era allí la vida, lo grande que era todo y les traía regalos. “Máz que el oro, noz guztaba loz juguetez y er café, ziempre traía café.”

Su padre le tuvo un poquito de envidia, más que por el café y los regalos, por la libertad. Traía la cara sonriente y su padre se empeñaba en que no era felicidad, sino el aire de libertad que respiraba. Y ahora sus primos allí serán los “hispanos de mierda” a los que este botarate insulta y menosprecia. “Que no lez paze ná, ¡qué perra vía!

Hemos llegado al Parque de María Luisa. Enseguida llegamos al monumento a Bécquer, que no se ve casi porque lo están restaurando. Nos aclara que es el mejor poeta sevillano y exagera, como buen andaluz “ loz mejores poetas, siempre zon zevillanoz, o andaluzes, claro. Ez que aquí hay muscho duende”. “Lo ven, ahí ezta la gloritea de “ loz Arvarez Quintero. Y Allá, er teatro Lope de Vega. Y, zi quieren, vamo a laz Dueñaz para ver el patio donde jugó Machado…”

Y el caballo sigue “ar pazo” erguido. El cochero canta: “Ay tiriquitran, tran, tran, tiriquitran, Trump tran, qué pedazo de animal, Trump tran. Ay tiriquitran ¿dónde iremos a parar”. Y el caballo trota un poquito como si siguiera el ritmo.

Nos quedamos con ganas de preguntar por el resto de las coplillas, pero hemos llegado al destino. Nos sugiere que compremos una postal del monumento a Bécquer porque no hemos podido hacer foto y que volvamos antes de que Trump haga alguna gorda. Aunque él ya le ha puesto a la Macarena un cirio bien gordo, para que proteja el planeta.

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Soy Doctora en Derecho, Abogada en ejercicio y profesora de Derecho Constitucional en la UNED de Barbastro. Hace poco leí unos pensamientos hermosos sobre la necesidad de escribir, que me impresionaron, acaso, porque me veía reflejada en ellos. Escribir ha sido para mí algo necesario, desde siempre, algo que he hecho siempre aunque me dedicara a otro oficio o tuviera otras ocupaciones. Mejor o peor, con más dedicación o menos, en los mejores momentos de mi vida y en los peores, siempre he escrito. Creo en el valor de la palabra escrita, en su fuerza y en su belleza, hasta el punto de que me altero cuando alguien la maltrata o la utiliza sin tino o sin delicadeza. Y la palabra es, también, un arma valiosa y dura, como dijo el poeta, por eso y porque no puedo olvidar que soy, como todos, un animal político, necesito también usarla para bramar contra el orden establecido que nos aplasta y nos oprime de muchos modos y contra el que nada más tenemos los ciudadanos corrientes. De lo que he escrito, algo ha sido publicado. En poesía: en la colección Voces Nuevas, VIII selección de poetisas, Editorial Torremozas, Madrid 1991; en la obra “Trayecto Contiguo (última poesía)”, Editorial Betania, colección Antologías 1993; inédito “Donde crecen las amapolas”. Y tengo pendientes de publicar, ya en prensa, una colección de cuentos para niños titulada “Cuentos para soñar” He sido y soy colaboradora en prensa: artículos de opinión y sección de Crítica Literaria en “Franja Digital” y colaboradora habitual de la sección “Al levantar la vista” y Extraordinarios del Semanario “El Cruzado Aragonés”. Y ya, por mi profesión, he publicado en Ensayo: “Reflexiones en torno a la previsión Constitucional de los Estados Excepcionales” en la Revista “Annales” de la UNED, Barbastro, tomo V 1988; mi tesis doctoral:“ La tutela del Rey menor en la Constitución de 1978” en la colección Aula Abierta, UNED Ediciones, Madrid 2000; “La cuestión de la incompatibilidad del tutor del Rey menor con cualquier otro ´cargo o representación política´ “ en Anuario de la UNED, Barbastro 1995-2000; “ La ruptura de la pareja de hecho: aspectos procesales”, en Actas de los Vigésimos encuentros del Foro de Derecho Aragonés 2012, Edición el Justicia de Aragón, Zaragoza 2012; en prensa “Secreto de las comunicaciones y correo electrónico”.

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