Ave Pedro, morituri te salutant

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Fernando Garea ha publicado en El Confidencial, el pasado 17 de abril, un inquietante artículo sobre los planes de Pedro Sánchez para el Psoe. Ya vamos sabiendo a qué se refería cuando en sus primeras Primarias dijo: “quiero cambiar el Psoe para cambiar España”. Si el artículo acierta en su análisis, y pruebas de sobra hemos podido ver de que probablemente acierte, estamos ante un paralelismo histórico más que preocupante: el de Julio César, y Pedro Sánchez. Parece ser que quiere establecer una línea directa entre “sus colaboradores” (es decir, todas las personas importantes derivadas de la acción del Psoe – ministros, presidentes de comunidad, secretarios generales territoriales, diputados, etc. -) y su persona. Ya no será el partido quien proveerá, sino la sociedad entera, a su gusto, por su mano, y según su criterio. Ya no será importante la ideología, la pertenencia al partido, el apoyo de las bases y la lealtad demostrada durante años. La experiencia colectiva socialista se pierde. La democracia interna, se pierde. El protagonismo de todo un conjunto de compañeros y compañeras, desaparece. Sólo quedará rendir pleitesía al rey, y posteriormente al heredero o heredera por él designados.

Según Pedro Sánchez hay que “abrir el partido”, y hay que “nutrirse del talento ajeno”. Esto lleva a la siguiente paradoja: en el Partido Socialista no hay talento, y, el hecho de tener carnet del Psoe, supondrá un hándicap para poder desarrollarse políticamente y hacer una carrera política. Si ser del partido es una rémora para poder medrar en el partido, ¿en qué queda el partido? En lo mismo que quedó el Senado de Roma una vez instaurado el Imperio: en nada.

El nuevo militante 3.0 será un espectador a distancia y distanciado de la toma de decisiones, desnortado, fanatizado, acomplejado, nostálgico de tiempos mejores, y, sobre todo, autoengañado. Pero antes de todo eso habrá una purga (que ya se está produciendo) y posteriormente una guerra civil interna de impredecibles consecuencias; de todo ese caos surgirá un salvador, que ya no será Pedro Sánchez, y entonces se habrá cumplido el sueño del rey. Solo que el rey será otro, y él estará acabado.

Frente a este desastre hay otra posibilidad. Y es creer en el inmenso talento que hay dentro del Psoe, dándole participación y oportunidades, en vez de cercenarlas porque se intuye una falta de control. Y es que, efectivamente, el espíritu crítico no se puede controlar ¿Desde cuándo ha sido esto un problema el espíritu crítico dentro del Psoe, si, precisamente, esa ha sido nuestra seña de identidad más reseñable? Desde aquél 1 de octubre en el que a Pedro Sánchez se le metió un susto en el cuerpo del que todavía no se ha recuperado. Tiene miedo a perder el control, y por eso tratará de ejercerlo con un componente más tiránico cada vez. Las purgas se están produciendo, y poco a poco la terrible contienda se va acercando. Qué pena. Y pensar que yo lo financié con 300 euros… me tenía que haber comido la mano un guarro. Ave Pedro, morituri te salutant. Pero prepárate a morir tú también.

Pd. Y por cierto, tenía razón Beatriz Talegón cuando dijo de Pedro Sánchez: “es claramente un liberal”. Efectivamente, éste no ha sido socialista nunca.

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