Juan Orlando Hernández es, a sus 49 años, el presidente de la República de Honduras. Abogado de profesión, fue parlamentario de su formación política, el Partido Nacional, a los 27 años y también ocupó durante una legislatura la presidencia del Congreso de la República de su país. Ahora, recientemente elegido, pretende pasar a la historia como el hombre que consiguió sacar a Honduras de la pobreza y logró encaminarla hacia la modernidad. Tiene sobre la mesa inmensos desafíos, como el narcotráfico que azota a su nación, la exclusión social y la corrupción que afecta como una pandemia a toda la región, pero se muestra optimista y espera aportar su trabajo y esfuer- zo para lograrlo. ¿Lo conseguirá? El tiempo nos dará la respuesta.

 

¿En qué avanzó Honduras en sus primeros cuatro años de mandato?

En seguridad, ha habido una reducción en los índices de criminalidad y homicidios muy notoria. También hemos tenido notables avances en las cifras macroeconómicas del país; hemos reducido el déficit fiscal y hemos puesto la casa en orden. Luego hemos podido generar un alto crecimiento económico, por encima de la medida de la región, y el año pasado Honduras creció el 4,8%, sobre todo en sectores en los que al inicio de nuestro gobierno anterior visualizamos que iban a ser fundamentales en nuestras políticas. Otro logro que destacaría es que se ha logrado ampliar las fronteras de Honduras, abriéndonos más al exterior y profundizando en las relaciones exteriores no sólo con lo socios tradicionales del país, sino con otras nuevas naciones con que las que teníamos relaciones a un nivel muy bajo. Luego hemos trabajado con una política muy agresiva y consistente para reducir la pobreza en el país, habiendo obtenido también algunos avances importantes en ese sentido. Por ejemplo, quiero destacar que este año ha ocurrido un fenómeno desconocido en el pasado y es que millones de hondureños salieron de vacaciones en la Semana Santa para disfrutar de su país y conocerlo mejor, lo que revela que el nivel de vida está subiendo y que hay una clara mejora económica. Y ahí se combinan muchos elementos, como la confianza en Honduras, el avance en las infraestructuras y la recuperación de la seguridad pública en las calles de la nación. Siempre he dicho que el hondureño que se sintiera orgulloso de su país sería el mejor embajador de Honduras y eso está ocurriendo ahora, por suerte.

Hemos enfrentado en estos años a las maras, al crimen organizado, al narcotráfico e incluso a los maestros que trabajaban 120 días al año y que se habían convertido casi en un grupo de presión con unas demandas inaceptables. Depuramos a la policía, donde se habían infiltrado agentes con una dudosa trayectoria e incluso algunos implicados en el narcotráfico. Hemos hecho frente a numerosos frentes, y valga la redundancia, en muy poco tiempo. Incluso ese asunto de las maras tenía relación con algunos objetivos políticos de ciertos grupos de la oposición, como vimos en las elecciones, impidiendo el libre ejercicio democrático y amenazando a los electores que votaban al partido del gobierno. Querían ganar con la violencia lo que no habían ganado en las urnas, pero finalmente se impuso la voluntad democrática del pueblo hondureño.

¿Cómo se superó la crisis que aconteció tras las elecciones de 2017, en que fue reelegido, cuando la oposición no aceptó los resultados y provocó incidentes violentos? ¿En qué punto se encuentra el diálogo que auspició con las fuerzas opositoras?

Tenemos que situar el asunto. No olvidemos que antes de las elecciones un sector de la oposición anticipó que iban a desconocer los resultados de las elecciones y el resultado que después se dio. Dos años antes se vio que la oposición iba a desconocer el resultado electoral, algo que incluso dejaron firmado en un documento acordado entre varios partidos opositores. Entonces, el día de las elecciones cumplieron con lo que habían anticipado antes y desconocieron los resultados electorales. Todo era parte de un guion previamente conocido. Luego, siguiendo ese anticipo al que me refería, convocaron una serie de protestas y manifestaciones de carácter vandálico y violento, que por suerte hoy están superados. Nosotros creemos que todo el mundo tiene derecho a protestar y manifestarse, pero sin afectar ni causar daños a los demás ni a las propiedades de otros, como ocurrió entonces.

En lo que respecta al diálogo, nosotros vemos el mismo como una ocasión para el acercamiento entre las distintas opciones políticas del país. Las Naciones Unidas, incluso, están participando en ese diálogo a solicitud nuestra, todo hay que decirlo, y lo hice después de que la oposición también lo solicitara. Ahora los partidos están abordando su incorporación a la misma y se están planteando cuestiones importantes para el país, como si habrá o no segunda vuelta en las elecciones en Honduras, el planteamiento de algunos de celebrar una constituyente, el asunto de poner límites a la reelección, que nosotros apoyamos, y la reforma del sistema electoral, en lo que casi todos coincidimos. Creo que la agenda más o menos está definida y ahora habrá que definir un programa de actividades que permita llegar a acuerdos. En estas semanas volverán los partidos a la mesa y nuestra actitud, desde el gobierno, es contribuir a que se superen las diferencias y se alcancen puntos para el acuerdo. Además, quiero resaltar que el ambiente es mucho más tranquilo y que la oposición utilizó la violencia para protestar de una forma que finalmente le generó una gran factura. Ahora, sin embargo, apuestan por el diálogo, que es lo más civilizado. Tenemos que buscar entre todos el desarrollo de las grandes oportunidades que tiene el país y trabajar juntos por el bien de la nación. Aquí convergieron elementos exógenos y endógenos en esta crisis tras las elecciones, en las que grupos como las FARC de Colombia, el FMLN de El Salvador, el FSLN de Nicaragua y, obviamente, el régimen de Maduro, apoyaban a la oposición y su deriva violenta.

¿Cuáles son los grandes proyectos que tiene sobre la mesa para estos cuatro años?

Nosotros tenemos ya un plan de desarrollo económico que nos debería generar por lo menos entre 500.000 y 600.000 puestos de trabajo. Hemos priorizado también el tema del turismo, la vivienda, la manufactura ligera (o los call center) y en esa ruta esperamos que en este nuevo periodo de gobierno nos llegue más inversión. Y que esta inversión se traduzca en empleo y más ingresos para la mayoría de los hondureños. Creo que también hay que consolidar el sistema de seguridad que hemos ido construyendo y, de igual manera, consolidar la Plataforma Vida Mejor, que va a redundar en beneficio de todos. Queremos que cambie el entorno de los hondureños en todos los sentidos, con acceso al agua, el empleo y la vivienda, no solo en términos de ingresos sino de calidad de vida. En lo que respecta a la administración, nuestro objetivo pasa por que actúe con más transparencia y con servidores públicos más formados y con una mayor profesionalidad. Tenemos que ser mucho más ágiles desde el gobierno para ofrecer a los hondureños unos mejores servicios.

¿Qué se puede hacer frente al flagelo de la inseguridad?

Los primeros cuatro años en el gobierno para nosotros han sido de un gran aprendizaje y el tiempo nos ha dado la razón. Para Honduras, es vital evitar que siga pasando la droga por el territorio del país, el narcotráfico llegó a provocar casi el 80% de los actos de violencia en el país. Ese incremento en ese tráfico tuvo su punto álgido en la época del gobierno anterior, presidido por Mel Zelaya. Ahora hemos puesto en marcha una política de escudos aéreos, ya que casi toda la droga entraba por esa vía, y también de escudos marítimos para evitar que entre por el mar. También hemos establecido controles terrestres en nuestras fronteras para que no llegue la droga a través de nuestros vecinos. Por otra parte, hemos establecido una coordinación de toda la institucionalidad que tiene ver con seguridad, defensa e inteligencia y, Obviamente, le hemos dedicado más recursos a un problema que afecta tan gravemente a Honduras. Ahora estamos en la revisión de esa estrategia de seguridad para ponerla en marcha para los próximos cuatro años. Hemos logrado éxitos significativos en estos años, como haber reducido la tasa de 90 homicidios cada 100.000 habitan- tes a 42,8 para este año. Hay que seguir trabajando más en este sentido, creo, pero no sólo en la represión del delito, evitando que pase la droga por nuestro país, sino en la prevención. Tenemos nuevos programas para mejorar la calidad educativa. El joven, el adolescente, que está bien educado es muy difícil que se acabe convirtiendo en un delincuente. Otro aspecto funda- mental es la colaboración regional, tal como estamos haciendo ahora con los Estados Unidos, México, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Hemos creado grupos de alto nivel con varias naciones para trabajar en esta área porque este no es un problema solo de Honduras, sino que es un problema trasnacional que nos atañe a todos. No es un problema de Honduras, como ya he dicho, y tenemos que ser capaces de trabajar juntos para poner coto al narcotráfico.

¿Cómo ha ido la creación de empleo, hubo avances?

Le voy a ser honesto y le diré que avanzamos, pero no tanto como hubiéramos querido. Pero creo que el avance más significativo fue que logramos sacar un plan (que lo llamamos 20-20) en alianza con el sector privado que es donde hemos visualizado varios sectores de la economía nacional, tales como el agro, el turismo, la vivienda y la manufactura intermedia (los call center), por citar algunos, para poner en marcha la economía. Y en estos primeros meses ya estamos viendo algunos resultados y observamos que está aumentando la inversión. Pero aparte de ese plan tenemos el asunto de las zonas especiales de empleo, un proyecto muy innovador, e invitamos a numerosas em- presas del mundo a que conocieran los empleos a los que podría acceder en Honduras a través de este modelo que impulsamos. Estamos retomando ese programa y vemos que hay un gran interés en Honduras, sobre todo en este momento en que se están redefiniendo las relaciones entre los Estados Unidos y México. Nuestro objetivo, con este programa y otros que estamos poniendo en marcha, es crear 600.000 empleos para los próximos años. Ahora estamos en un desempleo del 6,7% y luchamos por reducirlo.

¿Cree que en estos cuatro años el país avanzó en materia de lucha contra la corrupción?

Hemos avanzado mucho, tanto en el tema de la transparencia en la administración como en la lucha contra que la corrupción quedara impune. Nosotros, cuando yo fui presidente del Congreso de la Re- pública, aprobamos un paquete de medidas que ahora nos han permitido desarticular cuatro carteles de la droga que estaban instalados en Honduras. El problema del narcotráfico es que genera una alta corrupción que cala en casi todos los sectores de la sociedad, lo cual nos llevó a un proceso de depuración en las fuerzas policiales, en las que anidaba esa lacra. Hemos avanzado notablemente, pues no olvidemos que depuramos a más de 4.000 miembros de los cuerpos de seguridad sobre los 14.000 que había entonces.

En este trabajo tan arduo, hemos invitado a la OEA para que estuviera en una misión de acompañamiento de lucha contra la corrupción para fortalecer las instituciones hondureñas. Luego también hemos insistido en una serie de medidas que tienen que ver con el sector privado porque la corrupción no sólo atañe al sector público sino al privado. Tiene que haber unas normas de cumplimiento básico que atañen a todos. Otro aspecto importante es la financiación de las campañas electorales y en este sentido creo que hemos trabajado bien porque el primer procedimiento electoral al que se ha ido con unas normas claras de financiación ha sido el último, el del 2017, que se celebró el país con reglas limpias. Ese trabajo fue fruto de esa misión a la que me refería antes y en la que se implicó la OEA. Tenemos que combinar medidas que permitan prevenir la corrupción, pero al mismo tiempo judicializar a los que cometan esos delitos. Hay que fortalecer las instituciones para que sean ágiles y transparentes, ese es un aspecto fundamental; si las instituciones no se fortalecen, el país no se fortalecerá, y en ese sentido creo que vamos avanzar. Ya estamos trabajando en ello. Somos el único país del mundo que ha firmado un acuerdo con Transparencia Internacional y estamos cooperando con esa organización en cinco ministerios, en un proyecto piloto, de lucha contra la corrupción. Hemos avanzando pero tenemos que seguir esforzándonos mucho más.

¿Cuál es el estado de la economía hondureña en estos momentos?

En primer lugar, diría que uno de nuestros principales objetivos es mantener las cuentas públicas dentro de los parámetros en los que deben mantenerse y consolidarlas, en el sentido de que eso es bueno para la salud de la economía hondureña. Cuando yo llegué al gobierno el déficit rozaba el 9% y ahora lo tenemos en un nivel más bajo reestructurando los gastos. Otro aspecto en el que mejoramos es en la recaudación de los impuestos. En estos cuatro años quiero destacar que tuvimos un crecimiento sostenido mantenido y que terminó, en el último año, con un 4,8%, por encima de casi todos los países de la región. Quizá este año no lleguemos a un crecimiento tan alto, pero seguiremos creciendo en términos muy aceptables con respecto a la región. Miramos el futuro con mucho optimismo y observamos que está llegando un buen nivel de in- versiones, sobre todo procedente de los hondureños, pero también de los extranjeros. Por tanto, seguimos trabajando, pero examinando con optimismo las perspectivas de la economía hondureña.

¿Qué propuestas tiene en materia de política exterior para estos cuatro años?

Seguiremos aumentando nuestras fronteras, en el sentido de construir mejores relaciones no solamente con nuestros vecinos sino extendiéndolas hacia otras latitudes. Para nosotros, también el futuro de la región centroamericana es muy importante y hemos puesto un especial énfasis en la unión aduanera entre nuestros países. Ya hemos dado un gran paso con Guatemala poniendo en marcha esa unión aduanera y nos hemos convertido en la primera región del continente en poner en marcha un proyecto de esas características. Dos estados han sido capa- ces de crear un espacio para el libre

tránsito de personas y mercancías. La Cepal ha hecho un balance muy positivo de ese trabajo y de los resultados obtenidos por el mismo, destacando sus éxitos y logros.

De la misma forma, yo le digo a mis colegas centroamericanos que, de poner en marcha ese proyecto de unión aduanera para toda la región, nos vamos a convertir en el sexto mercado más grande de todo el continente americano. Tenemos un gran potencial regional y debemos seguir trabajando en esa dirección. Igualmente, seguiremos desarrollando y tejiendo alianzas con otros países en materia de seguridad. La promoción de inversiones también es clave en nuestra política exterior, potenciando abrir el mercado de Honduras hacia otras regiones, como Asia y Europa, como primeros objetivos. Luego también le damos una gran importancia a nuestras relaciones con México y los Estados Unidos, dos de nuestros grandes socios comerciales y claves para el país.

¿Cómo observa los últimos acontecimientos que están ocurriendo en los Estados Unidos y especial- mente desde la llegada de Donald Trump al gobierno?

Yo soy respetuoso con las decisiones soberanas de otros países. Nosotros, como hondureños, seguiremos construyendo un país en el que nuestra gente tenga más y mejores oportunidades para que los hondureños no tengan que emigrar. Y eso significa mejorar en la seguridad, fortalecer nuestras instituciones, promover inversiones para generar empleo y mejorar el sistema educativo para que nuestros jóvenes estén mejor formados. Yo siempre que he creído que en una Centroamérica prospera, formada y en paz nuestros ciudadanos vivirán mejor, pero también nuestros vecinos. Es decir, es importante para todos trabajar en estas áreas fundamentales. Pero también creemos que Estados Unidos debe concluir su debate sobre el tema migratorio y llegar a conclusiones, definiendo de una vez por todas una política en ese sentido. Creo que miles de hondureños hoy en Estados Unidos son un buen ejemplo de integración, habiendo creado empresas, pagado impuestos en estos años y siendo ciudadanos honrados y honestos. Debe definirse una política con esta gente, no pueden seguir en ese limbo. También quiero destacar que el flujo migratorio hacia los Estados Unidos de hondureños se ha ido reduciendo considerablemente desde que yo soy presidente de Honduras. Pero, en el mayor interés de los Estados Unidos y también de Honduras, está claro que lo mejor para todos es que esta nación sea una tierra prospera, en paz y que dé oportunidades para todos porque todo ciudadano que en su tierra encuentra eso es raro que se quiera ir y emigrar.

¿Hay alguna estrategia de su país de acercamiento a la Unión Europea (UE)?

Tenemos un acuerdo de asociación con la UE y hemos comenzado a exportar al mercado europeo, con Alemania por ejemplo ya estamos exportando madera. Tenemos esa claridad y esa visión de acerca- miento hacia la UE. También estamos estableciendo vuelos directos con España y hacia otros países europeos. Ahora, por ejemplo, con la ayuda de la Cooperación Española estamos abriendo un nuevo aeropuerto en la Palmerola, que conectará el país con otros partes del mundo. Queremos agradecer a España su ayuda en ese proyecto, que es muy importante para el desarrollo de Honduras y que tendrá un gran potencial, habiendo invitado a numerosas compañías del continente para que se instalen ahí. No olvidemos que estamos en el centro del continente, entre América del Sur y los Estados Unidos, somos un punto central y estratégico.

¿Cómo le gustaría a usted pasar a la historia de Honduras?

Me gustaría que dijeran de nosotros que tratamos de servir al pueblo hondureño con mucho esfuerzo, mucho trabajo, y que dimos ejemplo de ese esfuerzo. También de que fuimos capaces de entregar un país más seguro del que recibimos en su momento. Y enrulado hacia la modernidad, habiendo puesto los raíles para la disminución de la pobreza y con mejoras sustanciales en la calidad de vida. Es un proceso agresivo para poner en marcha un país más moderno y próspero, generando bienestar para todos los hondureños.

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