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Aumentan las operaciones de las fuerzas especiales ucranianas en territorio de Rusia

El objetivo principal es estas operaciones es interrumpir las líneas de suministro rusas, sembrando confusión y desafiando la logística y la moral de un Ejército ruso que está cansado después de casi dos meses de invasión

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Los ucranianos están demostrando elevados conocimientos tácticos en este conflicto. Por un lado, ceden territorio para preservar los recursos pero, en otro orden, utilizan su conocimiento de la tierra y su movilidad para infligir cuantiosas pérdidas al Ejército ruso.

Esta semana, las unidades ucranianas se retiraron de la ciudad de Kreminna, en la región separatista de Luhansk, cuando se enfrentaron a una potencia de fuego abrumadora.

Ahora, esas mismas tropas están decidiendo si montarán defensas estáticas, lo que podría llevar a que las unidades sean destruidas o rodeadas frente a la artillería, los cohetes y el asalto de carros blindados de Rusia. La alternativa que realmente están utilizando los ucranianos es la defensa móvil: luchar y retirarse del terreno menos vital, golpear a los rusos cuando retroceden y luego mantener sus líneas en el terreno que elijan.

Simultáneamente, Ucrania está buscando interrumpir las líneas de suministro rusas, sembrando confusión y desafiando la logística y la moral en algunas unidades rusas que, redesplegadas para su segunda ofensiva en casi dos meses de invasión, puede ser frágil.

Uno de los objetivos rusos es la ciudad de Sloviansk, pero el territorio circundante incluye bosques, ríos y pantanos, difíciles de transitar y que requieren equipos de puentes especializados. Cuando los rusos están cercanos a las carreteras, como quedó claro al norte de Kiev, son más vulnerables tanto a los drones como a los misiles antitanque ligeros.

Los ucranianos tampoco juegan solo a la defensiva. En los últimos días, pequeñas unidades han logrado avances modestos al este y al sur de Kharkiv, lo que podría amenazar las líneas de suministro rusas. Si pueden sostener esto, los rusos tendrían que dedicar más unidades de combate para proteger estas líneas.

Por otro lado, ya hay evidencias de que las fuerzas especiales ucranianas están operando detrás de las líneas rusas: la semana pasada voló un puente de carretera en una ruta principal desde Rusia. También hubo daños inexplicables en un puente ferroviario dentro de Rusia, en las afueras de Belgorod. El ejército ruso depende de los ferrocarriles para gran parte de su logística. En este aspecto de la batalla, el apoyo de inteligencia occidental a Kiev puede desempeñar un papel fundamental.

Otro aspecto importante de la lucha por venir está relacionado con la cultura militar. Las unidades ucranianas disfrutan de cierta autonomía y se les anima a aprovechar las oportunidades en el campo de batalla. Incluso en ausencia de instrucciones u órdenes claras, tienen la motivación para luchar. Por el contrario, la cadena de mando rusa es rígida.

Aun así, los ucranianos también se enfrentan a riesgos considerables. Están luchando dentro de una caja que podría cerrarse si los rusos tuvieran éxito en una o más direcciones. Tendrán que maniobrar inteligentemente como lo hicieron en Kiev, constantemente alertas ante el riesgo de ser rodeados.

Cuando caiga Mariúpol, los rusos podrán redirigir las fuerzas que se dedicaron a ese asalto, pero han sido degradadas y agotadas por casi dos meses de combate urbano.

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