Aunque Estados Unidos no es una nación que se haya caracterizado por implementar políticas de protección medioambiental, Barack Obama dejó un legado a este respecto en la generación de energías más limpias y en invertir millones de dólares en la prevención de desastres y la protección de parajes naturales como, por ejemplo, el lago Tahoe. El propio Obama afirmó en una conferencia en el Estado de Nevada afirmó que «lugares como este (lago Tahoe) nutren el alma y queremos asegurarnos de que esto siga aquí también para nuestros hijos».

Donald Trump es un declarado negacionista del cambio climático. Por esta razón va a firmar una serie de órdenes ejecutivas para eliminar de manera definitiva el legado de Barack Obama. En primer lugar, va a ordenar que se rehagan todas y cada una de las leyes federales que regulan las emisiones de carbono a la atmósfera. Por otro lado, Trump pretende eliminar el requisito de consideración del impacto ambiental de las decisiones políticas adoptadas. En este sentido, un alto cargo del Gobierno, afirmó que «cuando se trata de cambio climático queremos tomar nuestro propio camino y lo haremos según nuestro estilo, no por modas». Finalmente, Trump pretende levantar una moratoria sobre el leasing federal del carbón, algo que va en contra de las políticas de energías limpias implementadas por su antecesor.

La orden presidencial viene después de algunos movimientos de Donald Trump para derogar las restricciones de la era Obama en lo referente a operaciones en la minería de quema de gas, carbón y perforaciones. En los dos meses que ostenta la Presidencia anuló la regulación que restringía a las empresas mineras de superficie el uso de aguas fluviales y derogó la obligación de las empresas del carbón de pagar más en impuestos implementando nuevos conceptos contables.

Por otro lado, Trump también tiene intención de eliminar las normas más restrictivas en lo referente a consumo de combustible por parte de automóviles y camiones ligeros y reinició las obras de dos grandes oleoductos que Obama había paralizado. Esto podría provocar un incremento de las emisiones de CO2 pero como Trump es un negacionista del cambio climático está decidido a potenciar un incremento de la producción de combustibles fósiles, sobre todo en las zonas mineras del carbón porque esas zonas fueron uno de los nichos de votantes más importantes para el actual Presidente.

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