Foto: El Correo / T. Rubio

Una llamada a la mesura y a la austeridad en las celebraciones de comunión. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha censurado el «dispendio» con que se celebran los banquetes de algunas comuniones, una opulencia desmedida que convierte a estas celebraciones en «ceremonias mundanas» en la que «Dios es el gran ausente».

Preguntado en la revista Iglesia en Sevilla, que edita a modo de semanario informativo la Archidiócesis hispalense, sobre los excesos en la fiesta familiar y social que rodean las comuniones, asemejándolas cada día más a bodas, Asenjo expresa su opinión dentro de la sección El arzobispo responde. «No me entusiasma en absoluto ese tipo de celebraciones tal y como hoy se llevan a cabo», asegura. A su juicio, son los padres los que en una gran mayoría de los casos no enfocan bien la celebración del sacramento de la primera comunión, en buena parte por la carencia de un ambiente cristiano en los hogares. «Muchas veces, por parte de los padres no existe un claro interés religioso en la primera comunión de sus hijos. Me dicen los sacerdotes y los catequistas que en ocasiones muchos padres llevan a sus hijos a la catequesis de primera comunión con siete u ocho años con una ignorancia religiosa muy grande. Algunos de esos niños no saben ni el Padrenuestro, ni santiguarse, ni quién es la Santísima Virgen. Ni sus padres les han transmitido la fe ni hay un ambiente cristiano en sus hogares. En ellos Dios es el gran ausente».

Para el arzobispo el boato y la pomposidad de estas celebraciones suponen un «insulto» para los niños de las familias más modestas, al tiempo que se muestra alarmado ante el hecho de que algunas familias recurran a endeudarse para hacer frente a estos banquetes.

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