La Audiencia de Bizkaia acoge, a partir de hoy y durante tres días, un juicio histórico contra el diputado de Acción Social de la Diputación de Bizkaia, Sergio Murillo. También están imputados los responsables del Servicio de Infancia que hace ya cuatro años quitaron por la fuerza a Irune Costumero a su hija.
En este juicio están imputados por delitos de prevaricación, maltrato y delito de lesiones psíquicas hacia Irune Costumero y su hija.
Auto judicial sobre lo ocurrido con Irune Costumero
El auto judicial del juzgado de Instrucción número 9 de Bilbao, que dio pie a este proceso en 2020, imponía medidas cautelares a la institución. Entendía el juez que las personas imputadas decidieron «de manera arbitraria, injusta y en contra de la Ley, dictar una resolución administrativa para privar de la custodia de su hija a la madre».
Cronología del caso
El padre fue absuelto tras la denuncia por malos tratos hacia Irune. En este proceso se pedía para el maltratador una pena de dos años de prisión y una orden de alejamiento para su expareja y padre de su hija.
El hombre fue absuelto y se estableció una custodia compartida impuesta.
Tras ello, el padre se mantuvo durante dos meses en paradero desconocido con la niña. Un secuestro similar al que pudo protagonizar, por otras causas, Juana Rivas. Sin embargo, este hombre tuvo mucha más suerte. La Justicia no permitió a Irune presentar una denuncia por secuestro, y sin que se les intentase localizar.
Custodia compartida impuesta
En un segundo juicio, se impuso la custodia compartida impuesta semanal, a través de un punto de encuentro familiar.
La hija de Irune Costumero tenía que irse con su padre, pese a que manifestase reiteradamente que no quería y comenzase a verbalizar que también recibía malos tratos por parte del mismo.
De una forma revictimizante, hicieron que la niña tuviera que repetir a diferentes profesionales su testimonio de la violencia que su padre ejercía.
Desde urgencias, se llegó a activar el protocolo de malos tratos en tres ocasiones. Se sobreseyó el caso, desoyendo e ignorando el testimonio de su hija. A partir de ahí, se empezaba a acusar a Irune de alinearla y de implantarle falsos recuerdos.
Ataques de ansiedad de la menor
Cuando la menor presentaba ataques de ansiedad por los que se retiraban del punto de encuentro, se realizaban justificantes para el padre en los que se expresaba que «la madre abandona las inmediaciones con su hija».
Sin embargo, no se hablaba del estado de su hija. Con estos, el padre denunciaba a Irune por incumplimiento de sentencia.
Finalmente, se derivó el caso a la citada Diputación. Con ello, en agosto de 2017, Irune fue separada de su hija por la fuerza, con violencia y por el falso Síndrome de Alienación Parental.
La propia ONU dio un toque a España por este caso y mostró su preocupación por las consecuencias que todo esto tendrá para Irune y su hija.
Desde el Ministerio de Igualad se ha seguido el caso muy de cerca. La madre y la hija también han contado con el apoyo de la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, que ha citado la situación en el Parlamento en varias ocasiones.
