Ni el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, recibieron ayer a Felipe VI a su llegada al hotel W de Barcelona, lugar escogido como sede de la reunión anual que organiza el Cercle d’Economia. Pero el gesto institucional ha quedado en una pose reivindicativa y poco más, ya que un rato después Aragonès y Colau sí que coincidieron con el rey y el resto de empresarios en una reunión informal celebrada antes de la cena de inauguración de las jornadas. Hasta hubo disposición a fotografiarse juntos.
ARAGONÈS NO SE QUEDÓ
Aragonès se marchó después del encuentro anterior a la cena y ha cedido el protagonismo a Laura Vilagrà, después de que el vicepresidente
Jordi Puigneró declinara la oferta de asistir al ágape en representación del Gobierno de la Generalitat. Puigneró se mostró, de este modo, coherente con la postura de su partido JuntsxCat, que apuesta por la confrontación y el rechazo a la figura del jefe del Estado. Colau sí que se quedó a la cena, considerando la relevancia de estas jornadas para el desarrollo de la economía catalana y española.
COMITÉ DE BIENVENIDA
Quienes sí recibieron al monarca a su llegada fueron el presidente del Cercle, Javier Faus, la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, y el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero. Felipe VI, que parece habituado a los desplantes de los mandatarios catalanes, ha coincidido también con la vicepresidenta Nadia Calviño, la ministra Reyes Maroto y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In.
UNA JUNTA ILUSTRE
El Cercle d’Economia lo conforman cerca de 1.250 socios; en su mayoría de Cataluña, aunque también es significativo el número de socios residentes en Madrid. Y por su junta directiva han desfilado personalidades del
mundo de la política como Jordi Pujol, Narcís Serra o Ernest Lluch entre otros. Esta organización, con más de medio siglo de existencia, defiende una postura europeísta y es todo un referente en el ámbito de la economía española.
