Foto: El Correo/J. Barrera

En la última edición de los principales premios españoles a las mejores empresas en comercio electrónico, los eCommerce Awards, las tres primeras galardonadas por la calidad de su transformación digital fueron la compañía aérea Iberia, el holding turístico Barceló y la sevillana R.Queraltó, cuya fundación se remonta a 1898 y se ha dedicado sobre todo a material ortopédico y hospitalario. “Concurrían centenares de candidaturas, la mayoría mucho más grandes que la nuestra, y vernos en ese podio, junto a gigantes como Iberia y Barceló, fue una experiencia que muy pocos años antes nos parecía inimaginable”. Lo confiesa Francisco Abad, de 44 años, cuyo curriculum a nivel profesional es muchísimo más que esposo de Reyes Queraltó, presidenta de la empresa. Desde 2006 ha relanzado la centenaria firma mediante dos principios básicos: Transformación, y Digital.

¿Cuáles son sus orígenes?

Soy un granadino nacido en Bilbao. Mis padres, nacidos en Granada y Almería, eran matemáticos, y emigraron del modo inusual entonces: como mano de obra muy cualificada. En Bilbao no había carrera de Ciencias Exactas, y ambos formaban parte de la primera promoción de Matemáticas en la Universidad de Granada. Mi padre ya era catedrático y le ofrecieron ser responsable del arranque de dicha titulación en la capital vizcaína. Cuando yo tenía cuatro años, ya regresaron a su destino académico en Granada, y allí estudié en el Colegio de los Escolapios y en el Instituto Padre Suárez, en el que fue alumno Federico García Lorca. Hice la carrera de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la facultad granadina.

¿Su primer trabajo?

Durante los veranos de la carrera, empecé a trabajar en Madrid para una prestigiosa consultora de ingeniería geotécnica, Uriel y Asociados. Continué en ella tres años más, profundicé mucho en mis capacidades técnicas en esa especialidad. Quería regresar a Andalucía y encontré empleo en Cemosa Ingeniería y Control, con sede central en Málaga, donde muy rápidamente me dieron responsabilidades directivas de gestión y expansión, y no solo cuestiones de geotecnia. Era el año 2000, y descubrí que me gustaba mucho la vertiente comercial, el desarrollo de negocio, la creación y coordinación de equipos. Mi etapa en Cemosa duró más de seis años y fue muy positiva, asumiendo también la dirección en Andalucía Occidental. De ahí di el paso a trabajar en Detea, empresa sevillana, donde me seleccionaron como director de contratación, desarrollo y expansión. En un momento muy bueno por el fuerte crecimiento de la actividad en construcción, equipamientos e infraestructuras.

¿Cuándo se incorpora a la empresa encabezada por su esposa?

En 2006. Yo estaba muy bien en Detea, y sigo teniendo muy buena relación con su presidente, Arturo Coloma, al igual que con los responsables de las otras empresas donde he trabajado. Siempre me he ido por voluntad propia y forjando amistades. Reyes me pidió ayudarla a nivel ejecutivo para sacar adelante las empresas del grupo familiar (las tiendas de ortopedia, la fábrica Mobiclinic de muebles hospitalarios, y la distribuidora y mayorista), que eran dirigidas por su padre, José Queraltó, su hermano Jorge y ella. Pero Jorge falleció de modo súbito en 2004, y ella veía que con la irrupción de internet se necesitaba hacer un notable esfuerzo en modernización e innovación dentro de la empresa para hacerla viable y sostenible en un nuevo contexto de competencia globalizada. Y consideró que, a la vez que resolvía la familia sus protocolos de sucesión sobre la gestión de las empresas y su accionariado, necesitaba junto a ella a una persona de la máxima confianza, para afrontar retos que requerían grandes esfuerzos.

¿Por dónde empezó?

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