La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, finalmente ha dado su brazo a torcer, y se ha plegado a las presiones de los partidos políticos de la oposición y de los sindicatos, y tras decir una cosa y la contraria durante la pandemia de la Covid-19, e impondrá las mascarillas obligatorias, eso sí, una vez más culpando al Gobierno de Pedro Sánchez de todos sus males.
Finalmente, la presidenta de la Comunidad impondrá su uso obligatorio mañana jueves si el Gobierno de Sánchez no asume antes sus peticiones en el aeropuerto de Adolfo Suarez – Barajas.
UGT reclamó ayer al Gobierno regional el uso obligatorio de la mascarilla en la Comunidad Autónoma, en espacios públicos, tanto cerrados como al aire libre, en línea con las medidas que se están tomando en el conjunto de las Comunidades Autónomas a excepción de Madrid y Canarias.
El sindicato consideraba que, a pesar de que la inmensa mayoría de la población está siguiendo las pautas y recomendaciones preventivas para evitar la propagación de la infección, los hechos y datos objetivos apuntan a que se está bajando la guardia, a pesar de que el virus todavía está muy presente en nuestra comunidad, como publicó Diario16 ayer.
Ayuso en su cerrazón ha recibido muchas presiones, incluso desde su propio socio de Gobierno, Ciudadanos. La propia vicealcaldesa, Begoña Villacís lo sugirió en uno de los múltiples actos propagandísticos de la lideresa, que a diario monta un numerito para hacerse una foto y hacernos creer que preside un Ejecutivo regional que funciona, eso sí, sin presupuestos.
Aguado saca los trapos sucios a Ayuso
El vicepresidente, Ignacio Aguado, anunció en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que hoy la Comunidad impondrá el uso obligatorio de las mascarillas si el Ministerio de Fomento no aplica más controles en Barajas.
Otra excusa del desgobierno en la Puerta del Sol, porque llevamos meses escuchando frases como: “Barajas es un coladero”, “se hacen pocos controles” o “exigimos al Gobierno de España que se hagan planes”.
El 25 de junio la presidenta mintió cuando dijo que no hay virus en Madrid, pero cerraba las residencias. Entonces aseguraba que el virus era “inexistente y seguirá desaparecido a no ser que vuelva a entrar por algunas vías, sobre todo aéreas, como ocurrió en febrero o marzo”.
¿Para cuándo una campaña específica del uso de la mascarilla para los más jóvenes?
Pero la realidad ha sido otra, el virus ha venido de la mano de algunos jóvenes y también de adultos a los que las campañas del uso de la mascarilla no ha llegado. Porque seamos serios, los jóvenes no ven la televisión tradicional, o las noticias en Telemadrid. ¿Para cuándo una campaña específica del uso de la mascarilla para los más jóvenes?
Este cambio de criterio es uno más en su nómina de fiascos. Pero lo que más preocupa a los sanitarios y sindicatos madrileños es la fiabilidad de los datos que aporta la Consejería de Sanidad a diario. Varios expertos ponen en duda esos datos sobre contagiados por Covid-19.
Pero no ha sido gracias a la gestión de Ayuso, si no al civismo de los madrileños, que han demostrado su uso voluntario. Cada vez son más los ciudadanos que la usan, respetando a los demás, tanto en lugares como la Gran Vía, Sol o cualquiera de los distritos de la capital y de los pueblos de la comunidad, a pesar de la ola de calor que padecemos.
Hace unos días, Ayuso y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, aseguraban que el uso de la mascarilla en Madrid “no tiene por qué ser obligatorio, ya que actualmente la población madrileña está actuando de manera muy responsable” y la utiliza en los espacios donde es necesario. Y muchos y muchas se preguntaron: ¿Son responsables los jóvenes durante el ocio nocturno, en las fiestas o en las discotecas?
