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Andalucía vuelve a la especulación del ladrillo

El “Següesal Golf Resort”, promovido por la empresa Bogaris, fue el primer campo de golf declarado en 2011 por la Junta de Andalucía de “Interés Turístico Regional”

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análisis

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El “Següesal Golf Resort”, promovido por la empresa Bogaris, fue el primer campo de golf declarado en 2011 por la Junta de Andalucía de “Interés Turístico Regional”; ahora la Junta de Andalucía vuelve a darle un espaldarazo incluyéndolo en la “Unidad Aceleradora de Proyectos de Interés Estratégico en Andalucía”. “El PSOE y el PP no se distinguen mucho en promover la especulación urbanística, que convierten en estratégica para Andalucía”, asegura una nota de prensa de Ecologistas en Acción. De modo que vuelve la especulación del ladrillo.

Esta macro urbanización incluye 635 apartamentos turísticos, 235 habitaciones hoteleras, 450 viviendas, centros comerciales, colegio de alto standing y un campo de golf de 18 hoyos. Una ciudad de lujo segregada del pueblo de Barbate, y a medio camino de Vejer de la Frontera, con las que competirá y perjudicará en oferta turística. A pesar de que supuestamente se trata de un proyecto turístico, en realidad es pura especulación, pues la edificabilidad residencial supone el 24,24 %, frente a un raquítico 3,17 % para usos hoteleros.

Ecologistas en Acción ha advertido en sus alegaciones de la inviabilidad legal y ambiental de este proyecto, pues supone eliminar la protección de los terrenos en los que se pretende ubicar, sin más justificación que los intereses de una empresa privada, e incumple las normas sobre los límites de crecimiento del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). También presenta afecciones a la biodiversidad, a espacios naturales protegidos y a terrenos públicos, ya que rodea por el norte al Parque Natural de La Breña.

En un informe de la antigua Consejería de Medio Ambiente se resalta que la ejecución de este proyecto supondría la eliminación de 230 hectáreas de superficie forestal, afectaría a Hábitats de Interés Comunitario, y podría alterar sensiblemente el libre flujo de especies entre el Parque Natural de La Breña y la Zona de Especial Conservación “Acebuchales de la Campiña de Cádiz”, ambos espacios naturales incluidos en la Red Natura 2000 de la UE. Y no existen recursos hídricos para este proyecto mastodóntico de cemento y ladrillo; en plena Emergencia Climática habría que decidir a qué y a quién le dedicamos la cada vez más escasa cantidad de agua de la que disponemos.

Ladrillo y economía

En el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Barbate se contemplan suelos para usos turísticos y hoteleros en los actuales núcleos urbanos de Barbate, Caños de Meca y Zahara de los Atunes, suelos que habría que desarrollar antes de acometer nuevas recalificaciones que rompen el sistema de ciudad compacta que consagra el POTA. “En el núcleo urbano de Barbate hemos propuesto que la prioridad debe ser la rehabilitación de la ribera del río, para permitir la instalación de hoteles y restaurantes, y la modificación del PGOU en la zona colindante con el puerto, para cambiar los usos residenciales previstos por una zona de actividades económicas ligada al turismo, preservando el pinar colindante. Este modelo daría más opciones a empresas locales, propiciando que la riqueza que se genere se quede en Barbate y no se vaya a paraísos fiscales, como suele ocurrir con estos resorts de lujo. Por el contrario, el Ayuntamiento pretende recalificar estos terrenos por los intereses de una empresa privada; un urbanismo a la carta”, aseguan los verdes.

No deja de ser absurdo que un municipio con tantos atractivos naturales y gastronómicos apueste por una actividad que no llega al 3 % entre las motivaciones de los 25 millones de turistas que cada año visitan Andalucía, mientras que el turismo de naturaleza asciende al 9 %, el cultural al 20 % y fiestas y gastronomía al 5 %.

Y es incomprensible que, con la multitud de problemas que tiene Barbate y sus núcleos de población –problema de abastecimiento, falta de alcantarillado y de depuración de aguas residuales, descontrol urbanístico…–, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía no dediquen sus esfuerzos a solucionarlos, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y la oferta turística, sino a recalificar unos terrenos forestales y agrícolas en exclusivo beneficio de una sola empresa.

Ecologistas en Acción muestra públicamente su total oposición a esta nueva propuesta de macro urbanización que intenta revitalizar la obsoleta y fracasada política del “ladrillo”, y que pretende implantar un modelo de ciudad desarticulada, expansiva, insostenible, imposible de gestionar por sus dimensiones y desorden, y que solo responde a los intereses de los mismos que provocaron la crisis económica de 2008 por el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Ecologistas en Acción insiste en la necesidad de dar un giro radical al modelo urbanístico que se ha venido fomentando en las últimas décadas, para dar lugar a un nuevo modelo de ciudad que garantice la sostenibilidad urbana, la preservación y potenciación de los recursos naturales y el bienestar y el futuro de la mayoría de la ciudadanía.

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