Andalucía quiere ser un reclamo para las grandes fortunas, potenciales inversores para la comunidad más poblada del país, siguiendo la estela del Madrid neoliberal de Isabel Díaz Ayuso. Así lo prometió el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, durante la pasada campaña electoral y así lo ejecutará a partir de mañana en Consejo de Gobierno tras aprobar la supresión del impuesto de patrimonio, que tendrá un impacto en las arcas autonómicas del 0,6% en la recaudación total, según ha anunciado este lunes precisamente en Madrid durante la celebración de un foro informativo. El presidente andaluz también ha anunciado una nueva rebaja en el IRPF que situará a Andalucía como la segunda comunidad con la presión fiscal más baja tras Madrid.
“Andaluces: Bienvenidos al paraíso”, ha tuiteado la presidenta madrileña tras el anuncio de Moreno Bonilla. La diputada de Adelante Andalucía Teresa Rodríguez ha contestado inmediatamente: “Al paraíso… fiscal (para las grandes fortunas)”. El presidente andaluz ha explicado que, con esta medida fiscal, se quiere favorecer a aquellas rentas altas que pasan largas temporadas en Andalucía para que regularicen su residencia fiscal en la comunidad y dejen de tomar esta tierra sólo como destino temporal de ocio y playas. Para ello, la bonificación para estas rentas será del cien por cien, con lo que las arcas autonómicas dejarán de engrosar un 0,6% de lo que hasta ahora venía recaudando para todos los andaluces.
La bonificación para estas rentas será del cien por cien, con lo que las arcas autonómicas dejarán de engrosar un 0,6% de lo que hasta ahora venía recaudando para todos los andaluces
Moreno Bonilla estimó que esta “sexta bajada de impuestos” en Andalucía desde que llegó al Gobierno en 2018 supondrá el próximo año un ahorro de 360 millones en total para los bolsillos de los andaluces. “Recuerdo que las bajadas anteriores implicaron un ahorro de 540 millones. Por tanto, en el año 2023, serán 900 millones de euros los que quedan en manos de las familias”, concretó el presidente andaluz.
O lo que es lo mismo, que bajo el formato de “ser una llamada a los capitales para que inviertan” buscando beneficios, los impuestos que generan el marco productivo de donde salen aquellos, los pague el trabajo. Con apariencia distinta pero siguiendo la misma fórmula, que el trabajo que produce el bien y con el que nos distribuimos su producto, lo crean ellos en lugar de explotarlo comprándolo para reproducir el capital. Este “negacionismo” de la realidad que la derecha hace, es semejante al actual proceso de la pompa de las monarquías en la muerte de Isabel II, no hacer nada, en lugar de hacer algo por los ciudadanos, es la forma de reconocimiento de la inutilidad y la ineficacia, que no solo no debemos reprochar sino admirar y reconocer como fundamento del avance, el desarrollo, y la inteligencia de las formas sociales.