Los que angustian o manipulan a los demás con sinrazones o con cuestiones que deberían ya estar superadas o maduradas, nunca quieren dejar al infierno (porque viven de él, y de ése infierno de la involución o de la estupidez), ¡nunca!, sino lo que quieren es estar imponiendo el infierno a todo lo que tocan o a todo lo que esté cerquita.
Eso es lo que siempre les pasará a esos antiéticos de Vox, que no quieren ayudar a la vida o a la democracia o al mundo o al aire…. ¡al menos! Digamos, en claro, sin miedos ni trampas, que solo saben del infierno y, así, solo saben desarrollarlo, engrandecerlo e imponerlo. Nada más, nada más, no les mueve otra cosa.
En definitiva, ¿qué cambios quieren para España que estén de verdad acordes con el total progreso, con la liberación de las personas, con la integración libre de todos los pueblos, con la emancipación de las mujeres de todas las ataduras sociales, etc? A no ser que lo que deseen sea que todo siga tal como está o “como estaba”, en la involución, en un conservar tercamente todos los prejuicios, en un estado agresivo o reaccionario con la misma libertad o con la misma evolución de los pueblos.
Aquí, en este asunto, por mucho que la razón trabaje o se esfuerce por parar los pies a tanta gratuidad de irracionalidad, casi no sirve de nada, ¡no!, o queda como maltratada, porque ni siquiera respetan ellos a algo racional, o ni siquiera sueñan con que la gente se equilibre, se racionalice o se libere de tantas y tantas ignorancias adoctrinantes que ponen ellos en marcha.
Quizás la única luz que le queda a la gente buena o al mundo o a España sea la de DETENER EL INFIERNO HACIA EL MAÑANA (quedándose solo anclado en donde sea), es decir, la de detener el miedo o la mentira hacia el mañana o hacia el horizonte, mediante el progreso limpio, mediante la razón decente, mediante el diálogo libre y equilibrado, mediante el sentido autocrítico y humilde que es solo lo que fielmente detendrá a ése maldito infierno de ellos.
¡Oh!, sé que los de Vox, ya sea Santiago Abascal o Jorge Buxadé o Víctor González o Javier Ortega Smith-Molina no van a entender nunca nada de esto (¡nada total!) si no lleva ciertas obligaciones o consignas franquistas. ¡Cierto!, lo que significa que tendría solo que ser el diablo el que les abriera las mentes o las mierdas compactas que padecen hacia dentro, y nunca un sencillo o humilde ser humano (infructuosamente).
En fin, “esto es lo que tenemos”, si España va a ser mejor, pues tendrá que… ¡ser mejor!, sin atavismos o sin “mentes del pasado” que solo reclaman el pasado más duro (o injusto). Y además, si algo tienen que mejorar los políticos de ahora, es que sean sensatos y valientes para cambiar todo lo que ya debería estar cambiado desde hace mucho tiempo.
Pero que ya no caigan en rollos inútiles, en rodeos, en sucios retoricismos de promesas o de excusas que solo sembrarán involución.
