Foto de Agustín Millán.

Artur Mas, un señor de honradez indefinida, implicado activa o pasivamente en el 3%, reactivó la polémica independentista entendiendo que podía desactivarla cuando quisiera. La idea era crear un problema para desviar la atención sobre sus venideros problemas judiciales, y cuando estos llegaran, mercadear con la solución a un problema creado por él mismo para regatear “años de cárcel”. Una vez defenestrado políticamente por sus correligionarios de la CUP, colocó a un “creyente independentista”, el señor Puigdemont, en el cargo de “President de la Generalitat”, considerando que sería controlable y manejable llegado el momento. Y el momento llegó, y el señor Puigdemont resultó ser mucho más fanático de lo esperado. Decidió que no había vuelta atrás en el proceso secesionista y ahora todos las españolas y españoles tenemos un gravísimo problema. Gracias, Artur Mas.

Se observa con preocupación cómo se ofrecen soluciones “al problema catalán” desde el “ofrecionismo”, o el “concesionismo”, como si esto se tratara de protestar con fuerza para obtener concesiones a cambio. Si al final esto es así, nos habremos equivocado y saldremos perdiendo todos, incluso los que crean haber ganado, pues se generarán injusticias que nos pasarán factura en el futuro.

Como no hay mal que por bien no venga, al ponerse “la cuestión catalana” de relevancia, la máquina de razonar se pone a trabajar en ese sentido, y cuando la máquina de razonar se pone a trabajar, no suele dejar títere con cabeza. Pongamos a trabajar la máquina de razonar.

El asunto del lenguaje. Creerse que uno es superior por hablar un lenguaje específico es de escuela de educación especial. Y si uno se cree que es superior por ser bilingüe, peor aún. Según eso cuál sería la superioridad de los que son bilingües de inglés y español, o de francés y español, etc. Y qué decir de los trilingües, que los hay… Si de lo que se trata es de ser especial por hablar una lengua minoritaria, cuánto más especiales serán entonces los millones de hablantes de lenguas tribales africanas, asiáticas, amazónicas… que viven su vida sin meterse con nadie. Si se argumenta la cultura asociada al idioma, entonces decir que donde se ponga la lengua de Cervantes, que se quite la de Puigdemont. Además, el catalán es un patrimonio cultural de toda la ciudadanía española, como el galego, el bable, el panocho, el andaluz, o el canario. Es un elemento de singularidad, sí. Pero, ¿motivo de separatismo?

El asunto de la identidad. “Oiga, es yo soy catalán”. ¿Y…? ¿Me podría alguien explicar en qué consiste exactamente ser “catalán”? ¿Haber nacido en Cataluña, por ejemplo? Imaginemos una persona que, habiendo nacido circunstancialmente en Cataluña, desarrolla toda su vida fuera de esta región, y, de hecho, ni siquiera habla catalán. ¿Se podría decir que es catalana? ¿Y el empadronamiento, serviría? Imaginemos una persona empadronada en Cataluña más de seis meses, o el tiempo necesario para poder votar en Cataluña, pero que ni ha nacido allí, ni habla el idioma, ni conoce las costumbres todavía. Tiene derecho a voto en Cataluña, ¿lo convierte esto en un catalán? ¿Y si imaginamos lo contrario? Una persona nacida, criada en Cataluña, catalanoparlante, que circunstancialmente vive fuera de Cataluña y no tiene derecho a voto en Cataluña. ¿Habría dejado de ser catalán?

El asunto de la peculiaridad. ¿Y el sentimiento, serviría como concepto identitario? ¿Es suficiente sentirse catalán para “ser catalán” y tener “derechos suplementarios”? Si a un grupo de personas se le conceden derechos suplementarios por sentirse catalán, cuántos derechos suplementarios me corresponden a mí por sentirme murciano? ¿Y sentirse español, cuánto vale? La peculiaridad. Eso sí. Se trata de eso. Es que los catalanes son muy peculiares, y por eso deben tener “derecho” a independizarse… ¡Porque los demás no somos peculiares! Pregúntenle a cualquier extranjero, un estadounidense por ejemplo, qué aspectos peculiares identifica con España, y, probablemente, te responderá con los Sanfermines, la Tomatina, la Semana Santa, y la Paella. El pantumaca (por cierto, de origen murciano…) y la sardana, sinceramente no creo que los conociera.

Todos los seres humanos nos sentimos iguales y diferentes al mismo tiempo. La comparación es un hecho automático e inevitable. Nuestra identidad se construye fundamentalmente por las comparaciones que establecemos con los demás. Clásicamente, las personas que se sienten inferiores aspiran a ser “iguales que los demás”, y los que se sienten superiores a ser “diferentes a los demás”. De manera que los que argumentan de manera espuria que son diferentes, en el fondo, lo que nos están diciendo es que se sienten superiores. Por favor, que el señor Puigdemont, o cualquiera de sus acólitos, se ponga delante de mí y me explique en qué es mejor que yo, o que cualquier otra persona de este mundo.

Por lo tanto, hemos visto que no tiene justificación el idioma, la identidad, o la peculiaridad. La sociedad catalana está siendo manejada por intereses partidistas para ocultar, las vergüenzas y corruptelas de unos, y el ansia desmedida de poder de otros. Si a esto añadimos unas dosis de fanatismo, que siempre lo hay en todas partes, la incultura, y los mecanismos de influencia social que hábilmente saben manejar algunos políticos, el problema está servido.

¿Qué ocurriría si los franceses se volvieran locos y decidieran extender la frontera con España hasta lo que históricamente se ha conocido como “la marca hispánica”, esto es, fundamentalmente el territorio catalán? ¿Qué haríamos el resto de españoles? Sin duda, ir en masa, todos a una, a defender nuestro territorio, a defender España. ¿No habremos de hacer lo mismo si los que quieren arrebatarnos el territorio son un grupo de “catalanes sin sentido”?

No estoy seguro si Puigdemont y “sus muchach@s” son conscientes del lío en el que se han metido, y de paso, en el que nos han metido a toda la ciudadanía española.

1 COMENTARIO

  1. Estimado:
    De acuerdo en que Cataluña tiene un gran problema con el pufo q dejó el tripartito con Artur Mas a la cabeza y el solo la siguiente legislatura (recortes, endeudamiento…)
    Nada de acuerdo en su vision del independentismo: desde mi punto de vista lo que se busca es q un colectivo de personas decidan si quieren vivir en un regimen politico diferente. Nada de ser diferentes, superiores, etc
    Y por mi, se nos olvida un tema: q somos europeas desde hace años, asi q a ver si desaparecen las fronteras de verdad, estos gobiernos nacionales y hablamos todos ingles y frances q don los idiomas oficiales desde q se votó la constitucion europea hace años
    Saludos

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