La Academia Sueca (Svenska Akademien) debería darle un Premio Nobel (de lo que sea) a Ana Patricia Botín, no lo duden. No hacerlo sería una verdadera injusticia. Pongamos un ejemplo de por qué lo merece. Tras las verdades que Pablo Iglesias dijo sobre ella, su banco y las dictaduras privadas que gobiernan en la sombra este país en el debate del pasado lunes, Ana Patricia Botín respondió en la Conferencia Internacional de Banca 2019 que tanto el populismo político como la pérdida de confianza del sector financiero son consecuencias derivadas de la crisis económica. Una reflexión que nadie ha hecho desde que quebró Lehman Brothers.

Se ha dicho que el debate entre los principales candidatos a ocupar la Presidencia del Gobierno no entró de lleno en las propuestas económicas. No es cierto, dado que el anuncio de Pedro Sánchez de que, si logra la confianza de los ciudadanos y ciudadanas el próximo 10 de noviembre, nombrará a Nadia Calviño vicepresidenta económica fue un adelanto de por dónde van a ir los vientos en los próximos años. No hay más que recordar lo siguiente:

En la Conferencia Internacional de Banca, acompañando a Ana Patricia Botín, estaba Nadia Calviño, la misma ministra de Economía que no paralizó la absorción del Popular por el Santander y que ahora tendrá que determinar si la reclamación de nulidad de la operación de venta de la sexta entidad financiera —que provocó la ruina de más de 1,2 millones de personas— fue conforme a derecho, sobre todo tras el reconocimiento por parte del banco presidido por Ana Patricia Botín de que dicha operación se realizó fuera de plazo.

El anuncio de Sánchez no tenía más intención que, por un lado, calmar a las grandes empresas de este país y, por otro, dejarle claro a Pablo Iglesias que la vicepresidencia económica ya tenía nombre y apellidos, no fuera que en unas futuras negociaciones el líder de Podemos le diera por pedir el Ministerio de Economía.

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Sin embargo, Iglesias no desaprovechó su ocasión de dejar claro el motivo por el que mencionó a Ana Patricia Botín como responsable de que no se pudiera formar un Ejecutivo de coalición entre PSOE y Podemos. El Santander ya afirmó, el día después de las elecciones de abril, que «la coalición entre PSOE y Ciudadanos probablemente complacería a los mercados financieros dado que la postura liberal de Cs sería mejor recibida que el populismo de Unidas Podemos».

Una vez que puso nombre y apellido a la presunta responsable de la no formación de gobierno, Iglesias volvió a incidir en propuestas que lleva defendiendo desde hace años y que, evidentemente, van en contra de los intereses de las dictaduras privadas: una banca pública que frene la especulación y los abusos de las entidades privadas, lo cual, repercutiría directamente en la cuenta de resultados del Santander y, por otro lado, una empresa pública de energía para terminar con la especulación de las privadas. Este mensaje de Iglesias tenía también nombre y apellidos: Endesa, que está presidida por Borja Prado, un hombre que estuvo en el círculo más cercano a Ana Patricia Botín.

Por tanto, ante la andanada de Iglesias, Pedro Sánchez decidió zanjar la cuestión con el anuncio del nombramiento de Calviño, una mujer que será bien recibida, nuevamente, por las élites económicas, empresariales y financieras que controlan con puño de hierro al país. No en vano, estas dictaduras privadas tienen controlados a los tres poderes de la democracia y, por supuesto, al cuarto, el mediático.

En consecuencia, alivio en los mercados, alivio en las organizaciones empresariales, alivio en la banca, alivio en Europa y mucho alivio en las multinacionales. ¿Tendrá Pablo Iglesias razón y Ana Patricia Botín ya está diseñando el futuro gobierno?

Los retos del futuro

En otro orden de cosas, Ana Patricia Botín hizo un ejercicio de hipocresía «pata negra» en la Conferencia Internacional de Banca 2019. Por un lado dijo que el próximo gobierno deberá afrontar los retos del futuro: cambio climático, globalización y digitalización. ¿Cómo es posible que una mujer que preside un banco que financia a empresas que producen gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global? Esto ha sido reprochado en diferentes ocasiones incluso por sus propios accionistas, pero el Santander continúa en las primeras posiciones de los bancos que financian a este tipo de empresas.

Por otro lado, Ana Patricia Botín afirmó respecto a la pérdida de confianza de la sociedad en la banca que «los errores de unos pocos contaminaron la percepción de la opinión pública sobre todos nosotros». ¿Los errores de unos pocos? ¿Acaso el Santander no es uno de los bancos que más desahucios ha ejecutado en España? ¿Acaso el Santander no es un banco que ha sido condenado en diferentes países por acoso laboral a sus trabajadores? ¿Acaso el Santander no financia a empresas armamentísticas, algunas de ellas que fabrican armas que están prohibidas por Naciones Unidas? ¿Acaso el Santander no se ha beneficiado de la presunta colaboración de los organismos del Estado para hacerse con Banesto o con el Banco Popular? ¿Acaso el Santander no tiene una especie de bula con la Justicia que provoca que haya procedimientos que llevan más de un cuarto de siglo en los tribunales o que se crean doctrinas legales ad hoc para proteger al banco o a la familia Botín?

Tras escuchar todo lo que dijo Ana Patricia Botín, Nadia Calviño ni se levantó ni se marchó de la Conferencia, algo que se hubiese esperado de una ministra de un gobierno socialista.

Además, en base a las declaraciones de Pedro Sánchez respecto al control de la Fiscalía por parte del Gobierno, si el Santander ya tiene anunciada una Vicepresidencia económica favorable, hoy también podría ya disponer del poder judicial vía los fiscales que se sientan parte del gobierno.

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