La presidenta del Banco Santander es una ciudadana más que no está por encima del bien y del mal. Por tanto, tiene obligaciones frente a la sociedad que no puede excusar o renunciar a ellas. Una de ellas es la que cualquier persona tiene de colaborar con la Justicia. Sin embargo, el comportamiento de Ana Patricia Botín en los últimos meses parece mostrar lo contrario.

La última prueba de ello han sido los movimientos de los abogados del despacho del Santander, Uría y Menéndez, para evitar que la presidenta de la entidad se vea obligada a acudir a los juzgados a declarar por la demanda presentada por Andrea Orcel contra el banco por la marcha atrás de su fichaje como consejero delegado. En la vista previa celebrada en la mañana de hoy, según ha publicado VozPópuli, la defensa del banco pretendía convencer al magistrado Javier Sánchez Beltrán de que la señora Botín no debía acudir a declarar porque la causa está centrada, en exclusiva, en la interpretación jurídica de lo sucedido para que el Santander no fichara a Orcel, no en los hechos en sí, por lo que, a entender de Uría, la declaración de la presidenta de la entidad cántabra no era necesaria.

No obstante, la estrategia de la defensa del Santander ha chocado con la decisión del magistrado responsable quien ha decidido que Ana Patricia Botín deberá testificar en el juicio que se ha señalado para el 10 de marzo de 2021.

Sin embargo, teniendo en cuenta los comportamientos de Ana Patricia Botín respecto a las citaciones judiciales ¿acudirá esta vez o despreciará nuevamente a los tribunales como ya hizo el 5 de agosto en una vista en la que estaba citada y a la que no se presentó?

Tal y como publicó Diario16 en exclusiva, ese día la presidenta del Banco de Santander estaba citada a declarar en el Juzgado de lo Mercantil 02 de Madrid, del que es titular el magistrado Andrés Sánchez Magro, en calidad de demandada para la vista de medidas cautelares previas por la demanda interpuesta por Eduardo Martín Duarte, abogado y accionista de la entidad, por la presunta manipulación de las juntas de accionistas. 

Sin embargo, Ana Patricia Botín no acudió al juzgado. Además, según ha confirmado a Diario16 Martín Duarte, la presidenta del Santander ni siquiera presentó procurador ni defensa letrada. La única presencia fue la del equipo legal del Banco de Santander, no de su presidenta. Durante la vista, ante la ausencia de Ana Patricia Botín, la parte demandante solicitó que se la declarara en rebeldía procesal, a lo que el juez respondió afirmativamente.

El papel de Botín en el Caso Orcel

Ana Patricia Botín estuvo implicada directamente en las negociaciones con el banquero italiano, tal y como se demuestra en las grabaciones, y, posteriormente, ofreció a Orcel diferentes puestos en empresas que controla para evitar que el asunto llegara a juicio. «Tengo empresas en España donde te puedo poner de CEO mañana o de presidente. Son empresas cotizadas inmobiliarias, o sea, eso no puede estar dentro del, o sea, tengo muchas opciones para poder compensarte en cosas que además puedes hacer», le dijo Ana Patricia Botín a Andrea Orcel, según consta en la demanda. Es como si el país fuese suyo. Las amenazas a UBS para que cubriese parte del coste de los derechos de Orcel fueron inmorales: «o lo pagas o dejas de trabajar con Santander». Por otro lado, al italiano se le llegó a ofrecer la gestión de un fondo 2.000 millones para que se quedara con las comisiones con el fin de que no demandara al banco.

Preocupación en el Santander

En el Santander están muy preocupados por la demanda de Andrea Orcel y la mejor demostración es lo ocurrido en la junta extraordinaria de accionistas celebrada en el mes de julio de 2019, donde un minoritario expuso diferentes escándalos protagonizados por el banco o por la familia Botín y reclamó la dimisión de la presidenta. La única respuesta que se le dio al accionista fue en relación con el caso Orcel, cuando preguntó por la verdad sobre su contratación. El accionista manifestó que «la presidenta había mentido a los accionistas, a los mercados y a los supervisores al dar una excusa falsa, ya que no es creíble que una multinacional como el Santander anunciase una contratación tan relevante como la de su nuevo Consejero Delegado sin saber y tener perfectamente cerrado el importe exacto que le costaría su contratación».

El libro de estilo y costumbre del Santander es no responder cuando se le pregunta por cuestiones judicializadas como es el caso Orcel en el que existe ya presentada por el banquero italiano por el que la señora Botín tendrá que acudir a declarar.

Pero ese libro de estilo no se aplicó en este caso ya que, a la pregunta del accionista y las acusaciones de mentir en un hecho relevante a la CNMV, la presidenta dio paso al secretario general y del consejo, Jaime Pérez Renovales, que leyó una declaración previamente preparada.

El error cometido por el Santander al no continuar con el fichaje de Andrea Orcel, además del daño reputacional que ya le ha causado, le ha abierto un nuevo frente judicial que podría desprestigiar aún más a un banco sistémico que pudo haber tenido en sus filas a uno de los mejores banqueros del mundo pero que prefirió desprenderse de él para que la familia Botín siga manteniendo el control de la entidad, según confirman fuentes consultadas por Diario16.

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