Amnistía Internacional (AI) pidió este jueves a todos los países que cumplan con «su obligación de proteger» a los afganos en riesgo, poniendo fin a las deportaciones y garantizando procedimientos de asilo justos.
Casi dos meses después del final de las operaciones aéreas para evacuar a extranjeros y afganos tras la toma del poder en Kabul por parte de los talibanes y la retirada de las fuerzas estadounidenses, que aseguró el funcionamiento del aeropuerto , “los que quedan se enfrentan a enormes obstáculos en la búsqueda de seguridad fuera del país ”, asegura Amnistía Internacional en un comunicado.
La organización de derechos humanos afirma que «los países vecinos han cerrado sus fronteras a los afganos sin documentos de viaje» y que en «países de Europa y Asia central» los afganos son objeto de » devoluciones ilegales, detenciones y deportaciones», a pesar de que el derecho internacional exige que se brinde protección a las personas en riesgo de sufrir violaciones graves de los derechos humanos.
«Tratar de salir de Afganistán ahora es como una carrera de obstáculos», dice Francesca Pizzutelli, jefa del equipo de Derechos de Refugiados y Migrantes de AI, citada en el comunicado.
“Desde que los talibanes tomaron el poder, ha sido casi imposible obtener documentos de viaje, lo que ha obligado a muchos afganos a viajar de manera irregular, lo que ha resultado en un trato punitivo por parte de otros gobiernos. En lugar de encontrar seguridad y protección, los afganos que huyeron de los talibanes terminan atrapados en campamentos improvisados en áreas fronterizas o detenidos mientras esperan la deportación ”, describe.
Los países deben ofrecer protección tanto a los recién llegados como a los que ya se encuentran en su territorio y también deben “apoyar a los países de la región para garantizar los derechos de quienes viajan allí”, argumenta.
Haciendo balance de la situación, Amnistía dice que los países vecinos de Afganistán, como Pakistán, Uzbekistán, Irán, Tayikistán y Turkmenistán , «han cerrado sus fronteras a los afganos que viajan sin documentos».
Citando datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), especifica que las autoridades iraníes deportaron a 58.279 afganos indocumentados entre el 27 de agosto y el 9 de septiembre.
En Europa, AI destaca que algunos países, como Bulgaria, Croacia y Grecia siguen llevando a cabo ilegales espaldas empuje de afganos, obligándolos a regresar a un lugar del que han cruzado la frontera, lo cual es contrario al derecho internacional – una vez toda la frontera la obligación del país es considerar una solicitud de asilo.
Además, Grecia considera a Turquía un país seguro para los afganos, por lo que los ciudadanos afganos que se encuentran en el país corren el “riesgo de regresar forzosamente a Turquía y, una vez en territorio turco”, arriesgan “ser devueltos” al país, avanza la organización.
Polonia “ha introducido nuevas restricciones que harán imposible que las personas que cruzan ilegalmente la frontera busquen asilo en el país”.
Alemania retiró a ciudadanos afganos de Kabul, otorgó visas a afganos que trabajaban para Berlín que les permiten residir y trabajar en el país europeo, y ha “expresado su compromiso” de continuar con los retiros. Sin embargo, el país ahora exige que los afganos se presenten «a las autoridades alemanas para que los controles de seguridad antes de que puedan ser considerados» para la retirada, a pesar de que «actualmente no hay representación diplomática en Afganistán», lamenta Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional pide a «todos los países que abran sus fronteras a los afganos que buscan refugio» y que establezcan planes para expulsar del país a quienes corren mayor riesgo, como «mujeres activistas, defensoras de los derechos humanos, periodistas y pueblos minoritarios. Grupos étnicos o religiosos marginados» en un “esfuerzo internacional concertado”.
“La vida de miles de mujeres y hombres que han trabajado para promover y defender los derechos humanos, la igualdad de género, el estado de derecho y las libertades democráticas en su país pende de un hilo”, advierte Francesca Pizzutelli. «El mundo no debe abandonar Afganistán en este momento crítico».
Los talibanes regresaron al poder en Afganistán en agosto, después de haber gobernado entre 1996 y 2001, cuando impusieron un régimen violento y represivo, que ahora ha llevado a miles de personas a intentar huir del país.
