Amnistía Internacional (AI) denunció, este miércoles, la «caza de brujas» que por parte de las autoridades rusas se está produciendo contra quienes se oponen públicamente a la guerra.
En un comunicado, Marie Struthers, directora de AI para Europa del Este y Asia Central, lamentó que la «persecución» contra estas personas «va más allá de las medidas tomadas anteriormente contra manifestantes y activistas» en el país. «Aquellos que critican la guerra enfrentan acusaciones arbitrarias simplemente por hablar«, añadió.
Aun así, Struthers acusó a Moscú de «utilizar el sistema judicial ruso como arma para enjuiciar a las voces críticas de la guerra«. “No solo se les acusa de desprestigiar a las Fuerzas Armadas, sino también de fraude o terrorismo”, reveló.
El gobierno ruso abrió al menos 60 casos contra manifestantes pacíficos y disidentes cinco semanas después de que comenzara la invasión. De ellos, nueve se encuentran bajo custodia y otros tres en arresto domiciliario.