Alfonso Reyes es uno de los mayores baloncestistas que ha tenido nuestro país. Jugó en el Estudiantes, Real Madrid, Unicaja de Málaga, París y Lugo. Hermano del también jugador Felipe Reyes, tuvo una larga carrera con la selección española donde llegó a participar en los Juegos Olímpicos de Sidney en el año 2000. Además de jugar, Reyes supo compaginar pelota y libros y estudió la carrera de Ingeniería de caminos en la Politécnica de Madrid. Tras retirarse en el 2007, empezó a trabajar en una constructora y actualmente es el presidente de la ABP, la Asociación de Baloncestistas Profesionales. Su principal objetivo dentro de la Asociación es concienciar a los jugadores de la importancia que tiene la formación académica de cara a la posterior incorporación en el mundo laboral.

P.- ¿Cómo conseguiste compaginar tu vida en activo como deportista con la de estudiante en una carrera tan difícil como es una ingeniería?

R.- Quizá en mi época era más complicado, pero ahora es más normal estudiar y jugar a la vez. Al no haber mucho dinero en el baloncesto es mucho más importante que los jugadores se formen y se preparen antes de terminar su carrera, no cuando vean que llega ya ese abismo entre la vida deportiva y la profesional. Como hice yo, tienen que pensar que van a tener que compaginar su formación con su vida deportiva porque después van a tener 40 años de vida laboral. Van a tener que salir a esa “jungla” muy bien preparados para poder luchar contra una competencia mas joven, con más experiencia con su edad. Es cierto que los valores del deporte pueden aportar mucho a una empresa, eso es incontestable, pero no puedes llevar solamente tu bagaje deportivo, sino que hay que estar formado y preparado, y se puede compaginar perfectamente, hay tiempo para las dos cosas.

P.- ¿Cuántos años tardaste en hacer la carrera?

R.- Prácticamente coincidió con mi vida deportiva, 18 años. Hice el doble de la media. De todas formas, haber acabado antes no me hubiera venido bien porque no hubiese podido ejercer.

P.- ¿Tenías un trato de favor por ser deportista a la hora de entregar trabajos, exámenes…?

R.- La Ley ampara al deportista para darle algunas facilidades como cambios de fecha. Realmente en mi Escuela, y creo que en todos los centros de formación, los mejores profesores y catedráticos son los que más facilidades daban para cambiar exámenes, hacer las prácticas en verano cuando podías y los peores los que más dificultades ponían, hasta el punto que alguno me dijo que o estudiaba o jugaba al baloncesto. He vuelto a la Politécnica, lo he comentado y se echaban las manos a la cabeza, que hubiese profesorado que no ayudase a deportistas olímpicos, que defendían al país con la selección, que no hiciesen gala de esos estudiantes y los promocionasen.

P.- ¿Qué valores aporta un ex deportista a una empresa?

R.- La disciplina, esfuerzo, trabajo en equipo; saber afrontar la presión dentro del gregarismo. El deporte colectivo capacita para saber llegar al objetivo; dentro de un equipo tienes claro que tu objetivo es o ganar el campeonato o llegar a los play-off… Es importante saber lo que se quiere y los medios para conseguirlo. Como decía antes, no se puede llegar solo con tu mochila de valores deportivos, hay que acompañarlo de unos conocimientos.

P.- ¿Cómo se conciencia a un chaval que con 20 años está ganando bastante dinero que esta vida se acaba y hay que formarse?

R.- La mayor parte de los chicos no van a ganar grandes cifras en su vida deportiva, por lo que se hace aún más necesaria esa formación. Hay que ser muy pesado para que sepan que es una situación que tiene un final, y que tras ese final viene una vida totalmente diferente.

Tienen que estudiar desde que empiezan a jugar; con treinta años cuesta más engancharse a los estudios.

P.- ¿Qué objetivos pretende fomentar la ABP?

R.- Ayudar, aconsejar, estar al lado del jugador durante su vida deportiva y mostrarles el camino que van a tener después. Damos soporte y aconsejamos a todos los jugadores del baloncesto español y las ligas federativas. Es fundamental hacerles ver que necesitan esa formación y estar preparados para cuando salgan a la jungla laboral.

P.- ¿Cómo es el paso de la vida del deportista de élite a la vida de “civil”?

R.- Para mí fue una transición dulce; dejé de jugar en junio y en octubre ya estaba trabajando en una constructora. Si no estás formado es un abismo, no sabes qué hacer. Incluso para los pocos afortunados que han podido amasar una renta tampoco es positivo vivir sin hacer nada, la mente necesita estar ocupada y saberte uno más de la sociedad.

P.- ¿Se acusa psicológicamente?

R.- Por supuesto. Primero, porque es una necesidad vital. De pronto ves que tus ingresos pasan de x a cero, así que o tienes rentas para vivir o tienes que suplir esa necesidad trabajando.

P.- Fuera ya de lo que es el baloncesto, son tristemente conocidos algunos casos extremos de deportistas que se han llegado hasta a suicidar…

R.- Yo noto que aquí en España, las instituciones se han preocupado poco por el día después del jugador, empezando por el Consejo Superior de Deportes y la Liga. El jugador no puede ser considerado como un galgo que cuando se rompe la pata hay que sacrificarlo porque ya no sirve. Además de deportistas son personas que cuando se retiren les queda más de la mitad de su vida.

P.- ¿Qué medidas crees que habría que tomarse?

R.- La voluntad del jugador depende mucho del entorno que tenga; el entorno familiar que les indique el camino es muy importante. Yo tuve suerte, mis padres siempre tuvieron claro que yo me tenía que dedicar a estudiar y luego el baloncesto era un complemento. Con los niños es igual, el deporte es el complemento ideal para el desarrollo físico y mental, sin dejar de lado lo más importante que es la formación.

Luego entra tu fuerza de voluntad, hay que querer hacerlo. Si un jugador ve en su equipo compañeros que estudian, al final se ve abocado a hacer lo que hacen los demás, aunque sea por mimetismo.

P.- Hay organismos oficiales como el Comité Olímpico Español que tiene acuerdos para facilitar que los deportistas saquen el graduado escolar y puedan acceder a estudios superiores. ¿Habría que fomentar estos convenios?

R.- También tenemos acuerdos con diferentes universidades como la Camilo José Cela, Isabel I de Burgos, la Oberta de Cataluña… el abanico que puede escoger un jugador es amplio. Nadie podrá decir que la Asociación de Jugadores no puso los medios necesarios.

También ofrecemos formación no universitaria, al igual que fomentamos el emprendimiento.

P.- ¿Cómo ves esta situación fuera de España?

R.- En Estados Unidos los deportistas profesionales son muy importantes para la sociedad; aquí somos importantes hasta que dejamos de jugar. En Europa la situación es parecida, pero a mí lo que me preocupa es el panorama español, ya que tenemos mucho por mejorar. Tenemos una Ley de ayuda al deportista pero ya te he dicho que no siempre se aplica.

En Europa estamos en contacto las Asociaciones de deportistas españolas y EU Athletes para hacer un planteamiento global a nivel europeo. Los deportistas tienen que tener más voz y voto en el deporte español y no siempre se consigue. Por ejemplo, con este último Secretario del Estado no ha habido sintonía, ni siquiera nos ha recibido. Esperemos que el próximo sea mucho más proclive a los intereses de los deportistas.

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