Alertan sobre los abusos en conciertos y festivales de este verano

Desde la asociación de consumidores Facua denuncian los abusos de una veintena de organizadores para que las administraciones públicas apliquen sanciones y los afectados presenten las reclamaciones correspondientes

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Desde la asociación de consumidores Facua denuncian los abusos de una veintena de organizadores para que las administraciones públicas apliquen sanciones y los afectados presenten las reclamaciones correspondientes
Desde la asociación de consumidores Facua denuncian los abusos de una veintena de organizadores para que las administraciones públicas apliquen sanciones y los afectados presenten las reclamaciones correspondientes

Durante los últimos meses, Facua-Consumidores en Acción, ha denunciado a numerosas organizadoras de conciertos y festivales ante diferentes irregularidades por las que reclama a las administraciones competentes que apliquen sanciones proporcionales a su gravedad que tengan carácter disuasorio. Y es que las malas prácticas de ciertas empresas les suponen beneficios muy superiores a las multas que, en contados casos, ni siquiera se acaban aplicando.

La asociación de consumidores ha identificado ya diez tipos de problemas e irregularidades que están dándose en la organización de estos eventos, ante las que los usuarios tienen derecho a reclamar devoluciones de dinero y, según los casos, también indemnizaciones económicas.

Los abusos más frecuentes

Desde la organización de consumidores han reportado las irregularidades más habituales, que han sido objetos de denuncia ante los diferentes organismos de consumo competentes, y animan a que los consumidores que hayan sufrido algunos de ellos presenten las reclamaciones correspondientes. En el decálogo de los abusos frecuentes facilitado desde Facua figuran:

 1. No permitir la entrada con comida ni bebida. Es la irregularidad más frecuente, con la que las empresas que organizan estos eventos pretenden arrogarse la misma potestad que tienen bares y restaurantes. Sin embargo, al no ser la hostelería la actividad principal, sino una de carácter accesorio, esta forma de ejercer el derecho de admisión resulta contraria a la legislación en materia de espectáculos públicos. Los afectados pueden reclamar que se les compense el gasto que tengan que realizar en los recintos tras no dejarles entrar con los productos que traían consigo.

Por esta ilegalidad, a instancia de la organización de consumidores, el Ayuntamiento de Sevilla ha abierto dos expedientes sancionadores contra los organizadores del Festival Interestelar, celebrado el 25 de julio, y el concierto de Red Hot Chili Peppers, que tuvo lugar el 4 de junio. En ambos casos, las sanciones anunciadas son de 12.000 euros, muy por debajo del tope de 30.000 previsto en la ley andaluza de espectáculos públicos para las infracciones muy graves, como las ha calificado el consistorio hispalense.

En este sentido, Facua recuerda haber denunciado ya a los organizadores de más de una veintena de festivales este verano por no dejar acceder con comida ni bebida:

– Reggaetón Beach Festival, que se celebra durante el verano en Madrid, Avilés, Marbella, Benidorm, Mallorca, Santander, Marina d’Or, Barcelona y Nigrán (Galicia). El de Tenerife fue cancelado.

– Marenostrum de Fuengirola, en Málaga (del 30 de agosto al 16 de septiembre).

– Canela Party de Torremolinos, en Málaga (del 24 al 27 de agosto).

– Puro Latino Fest de El Puerto de Santa María, en Cádiz (4 a 6 de agosto), Sevilla (del 30 de junio al 2 de julio), Torremolinos, en Málaga (15 y 16 de julio) y Badajoz (23 de junio).

– Low Festival de Benidorm, en Alicante (30 y 31 de julio).

– Festival Interestelar de Sevilla (25 de julio).

– Pirata Beach Fest de Gandía, en Valencia (14 a 17 de julio).

– Madrid Puro Reggaeton Festival (que iba a ser del 15 al 16 de julio pero se canceló)

– Weekend Beach Festival de Torre del Mar, en Málaga (6 a 9 de julio).

– Starlite de Marbella, en Málaga (del 10 de junio al 3 de septiembre).

2. Cambios de ubicación sin derecho a reembolso. Tras vender un determinado número de entradas para la celebración del evento en un recinto, hay organizadores que deciden trasladarlo a otro. En ocasiones el motivo es que no han obtenido los debidos permisos y vuelven a intentarlo en la nueva ubicación. En otros casos el cambio se debe a que están teniendo tanto éxito en las ventas que se lo llevan a un lugar con mayor aforo. Pero también puede ser que vayan peor de lo previsto y el cambio sea a un recinto más pequeño.

En todos los casos, el usuario tiene derecho a recuperar el dinero de la entrada si no le gusta o le causa problemas desplazarse al nuevo lugar. Ha ocurrido, por ejemplo, en el finalmente cancelado Madrid Puro Reggaetón Festival, anunciado inicialmente en la Caja Mágica y después en el Wanda Metropolitano, que tiene casi seis veces más aforo.

3. Artistas que suspenden actuaciones sin que se compense a los afectados. Si uno de los artistas de un festival cancela su participación, sus fans tienen derecho a reclamar la devolución del importe de las entradas con el argumento de que ya no les interesa asistir, además de una indemnización por los perjuicios económicos derivados de no poder recuperar el importe de billetes de transporte o alojamiento en hoteles que ya no vayan a usar. También pueden plantear a la empresa el reembolso de una parte del precio.

Una de las caídas más sonadas este verano ha sido la del grupo Rage Against The Machine, que era el principal reclamo de Mad Cool Sunset de Madrid (10 de septiembre) y el Andalucía Big Festival by Mad Cool de Málaga (del 8 al 10 de septiembre). La banda estadounidense ha cancelado su gira europea por «consejo médico», ante la necesidad de reposo y rehabilitación de su cantante, Zack de la Rocha.

4. Cancelaciones por una mala gestión. Que la administración competente no otorgue los permisos porque la empresa no ha acreditado las medidas de seguridad necesarias es uno de los motivos por los que se cancelan festivales y conciertos, al que se le suman accidentes o enfermedades de los artistas que les impiden participar. Ocurra por las irregularidades del organizador o por problemas de los artistas, los usuarios tienen derecho a recuperar el importe de las entradas. Y ello tanto si la cancelación es definitiva como si el organizador anuncia nuevas fechas para su celebración, ya que el cambio de fecha es una modificación sustancial en las condiciones del contrato que da derecho a su resolución. En este caso, los afectados también pueden reclamar los daños y perjuicios derivados de la cancelación. Y si ésta se les anuncia con solo unas horas de antelación, de manera que ya estuviesen en la ciudad donde iba a tener lugar el evento porque habían viajado a ella con la finalidad principal de acudir a él, además del pago del transporte y el alojamiento también pueden exigir el de la comida durante su estancia.

Desde la organización de consumidores, recuerdan que entre las suspensiones de festivales más sonadas de este verano se encuentran las del Madrid Puro Reggaetón Festival (que iba a ser del 15 al 16 de julio), el Diversity València Festival (que iba a celebrarse del 21 al 23 de julio) y el del Reggaetón Beach Festival de Tenerife. En cuanto a conciertos individuales, algunos ejemplos son los de Il Divo en Linares (que iba a celebrarse el 16 de julio y se aplazó al 6 de octubre), el de Malú en el marco del SOM Festival de Castellón (previsto para el viernes 12 de agosto), el de Bryan Adams en Valencia (19 de julio), los de Mägo de Oz en Ibiza (5 de agosto), Mallorca (11 de agosto) y San Fernando, en Cádiz (previsto para el 6 de agosto y aplazado al 28 del mismo mes).

5. Limitar el plazo para devolver el dinero. Distintas leyes autonómicas en materia de espectáculos públicos plantean plazos para devolver el importe de las entradas cuando los eventos se cancelan, pero no el plazo máximo que tienen los usuarios para reclamar. Hay empresas que establecen plazos muy reducidos para solicitar el importe de las entradas, como ha ocurrido por ejemplo con el Madrid Puro Reggaetón Festival y el Dream Summer Fest de Talavera la Real (que iba a celebrarse del 7 al 9 de julio). Plazos que además se limitan a anunciar en sus páginas web y perfiles en redes sociales. Sin una normativa específica que establezca esos plazos, se aplica el que plantea el Código Civil para los incumplimientos contractuales y los daños derivados de ellos: 5 años.

6. No permitir pagos en efectivo. La ley no obliga a las empresas a aceptar pagos con tarjetas de débito o crédito, pero tampoco les permite que se nieguen a cobrar en efectivo. «La negativa a aceptar el pago en efectivo como medio de pago dentro de los límites establecidos por la normativa tributaria y de prevención y lucha contra el fraude fiscal» es una práctica abusiva, y por tanto sancionable, según establece el artículo 47.1.ñ) de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Así que el truco de imponer que las compras en los recintos de los festivales se realicen exclusivamente mediante a través de una pulserita cashless que previamente hay que adquirir y cargar con dinero es una práctica ilegal.

7. Cobrar por recuperar el dinero de las pulseras cashless. Si ilegal es imponer el pago con pulseras cashless, también lo es cobrar una cantidad por reembolsar el dinero que sobre de las mismas. El Weekend Beach Festival y el Mad Cool Festival de Madrid (celebrado del 6 al 10 de julio) por ese motivo; el primero por cobrar 2 euros y establecer un plazo de 5 días tras la celebración del festival para solicitar las devoluciones y el segundo por fijar el importe en 1,50 euros y 10 días el plazo. Desde la asociación confirman que ambos organizadores ya han sido denunciados.

8. Saturación en las colas. La inexistencia de una operativa en condiciones para garantizar que no se provoquen tapones en el acceso de los usuarios al recinto puede derivar en que muchos se pierdan parte del comienzo del evento. Algo por lo que podría reclamarse la devolución de una parte del importe de la entrada. Ocurrió por ejemplo en el concierto de Marc Anthony en Madrid (21 de junio), donde hubo quienes entraron con hasta una hora de retraso pese a haber llegado con una antelación más que suficiente al recinto.

9. Finalización a mitad del evento. Si el evento finaliza antes de lo previsto, los espectadores pueden exigir el reembolso de una parte del importe de las entradas.

“De extraordinaria gravedad” definen desde la asociación de consumidores el caso del Medusa Festival, que se iba a celebrar en la localidad valenciana de Cullera entre los días 10 y 15 agosto: la muerte de un joven de 22 años más 40 personas heridas son las trágicas consecuencias del derrumbe en la madrugada del pasado sábado de parte del escenario a consecuencia de una fuerte ráfaga de viento. Aquí se suman, obviamente, las indemnizaciones económicas que reclamarán los familiares del fallecido y los heridos. Y la investigación judicial que determinará si la organizadora cometió o no alguna irregularidad en la instalación.

10. Exceso de aforo. Y aunque el concierto o festival se celebre, si la empresa ha puesto en riesgo la seguridad de los usuarios vendiendo un número de entradas superior al aforo máximo permitido, las consecuencias no solo pueden ser las debidas sanciones por parte de la administración, sino la reclamación del reembolso de una parte o la totalidad del importe, en función de la gravedad de los hechos. Cantidades a las que se podrían sumar también otras en concepto de indemnizaciones por daños morales si se sufren situaciones como las ocurridas en el concierto de Morad en Torre del Mar (26 de julio). El evento se suspendió tras las llamadas de numerosos usuarios al 112 por las aglomeraciones que estaban sufriendo ante el exceso de aforo, además de los actos vandálicos que se vivieron en el recinto, todo lo cual derivó en ataques de ansiedad por los que al menos seis personas tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios.

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