La guerra de la fresa de Doñana sigue en pleno auge. Si en un primer momento la cadena de supermercados Aldi advirtió de que dejaría de comprar frutos rojos de regadío que esquilmen el parque nacional andaluz, hoy la empresa de alimentación alemana matiza, aclara pero se mantienen firme en sus posiciones. En un comunicado, reconoce que la mayor parte de las fresas que vende en sus supermercados son originarias de Huelva y cumplen con “la exigente calidad del producto nacional”. La firma recuerda que mantiene un “fuerte compromiso” con el sector agrario español y que apoya todas las medidas que garanticen la gestión del agua y el suelo de Doñana a largo plazo.
Contra las «fresas de la sequía»
De esta manera, la compañía sale al paso de la contracampaña que, a través de las redes sociales y bajo el eslogan “boicot a Aldi”, ha cobrado una dimensión extraordinaria en los últimos días. En el sector agrícola español ha escocido y mucho que la cadena de tiendas alemana haya promovido una campaña contra las llamadas “fresas de la sequía”, que necesitan grandes cantidades de agua para sacar adelante sus cosechas.
¿De dónde salen esos recursos hídricos para mantener la producción? Según los ecologistas y expertos, de los acuíferos cada vez más secos y sobreexplotados de Doñana. Según el Gobierno de la Junta de Andalucía, no hay ningún riesgo para el ecosistema, de manera que Moreno Bonilla está dispuesto a seguir concediendo licencias de riego a los agricultores de la zona pese a que la UE ya ha advertido de que se podría estar cometiendo un ecocidio, es decir, un gran atentado ecológico.
De Huelva pero sostenibles
Hace unos días, Aldi emitió una nota de prensa en la que se mostraba rotunda sobre este conflicto: “Vamos a trabajar solo con aquellos productores que, en caso de estar ubicados en zonas catalogadas como de riesgo hídrico, demuestran hacer uso razonable y sostenible del agua de regadío”. Hoy matiza y recuerda que sus fresas son de Huelva y de primera calidad, una coartada que ha sido interpretada por la prensa de la derecha como una rectificación de Aldi al ver cómo se le venía encima una campaña para que el cliente español compre en otros establecimientos de alimentación. Sin embargo, la multinacional alemana no recula. Va a seguir comprando fresa de Huelva, pero solo aquella fresa que sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Aldi recuerda que evalúa de forma periódica los posibles riesgos en materia medioambiental en la cadena de suministro. Así, la compañía aclara en su nota de prensa que todos sus productos frescos, incluidas las fresas, están sujetos a requisitos de certificación obligatorios que se determinan en función del país de origen.
El conflicto lo desató la plataforma alemana Campact. A través de una campaña de Internet, exigió a las cadenas de supermercados del país (Aldi, Lidl, Edeka…) que dejarán de vender fresas procedentes de España. El objetivo: no contribuir a la desecación del Parque Nacional de Doñana. La firma germana se compromete a “trabajar sólo con aquellos productores que, en caso de estar ubicados en zonas catalogadas como de riesgo hídrico, demuestren hacer un uso razonable y sostenible del agua de regadío”. Aldi refuerza su postura alegando que son conscientes del “impacto y responsabilidad en toda la cadena de valor en relación con el medioambiente y las personas”.
Nadie debería comprar productos de Aldi, empresa de un país contaminador que ha reabierto 27 contaminantes centrales de carbón en pleno cambio climático.
Deberíamos enviar una comisión de parlamentarios ecologistas a las zonas afectadas para obligar al gobierno alemán a decretar su cierre inmediato.