Alcalá la Real, de tierra fronteriza convertida en reclamo turístico

Esta localidad ostenta la declaración de Conjunto Histórico-Artístico

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LEGADO HISTÓRICO

La historia de Alcalá la Real, en la provincia de Jaén, comenzó a escribirse en el Paleolítico Medio. Su privilegiada situación fronteriza pronto la convirtió en asentamiento de diferentes culturas, de las que ha heredado un importante patrimonio, alzándose como un auténtico reclamo turístico.

Una de ellas fue la romana, de la que aún se conserva el yacimiento denominado ‘Domus Herculana’. Se trata de interesantes restos de una antigua villa romana, que presenta una superposición de varios períodos de ocupación.

FORTALEZA DE LA MOTA

Por estas tierras también pasaron los musulmanes, de los que ha llegado hasta nuestros días el Conjunto Monumental de la Fortaleza de la Mota, ciudad musulmana amurallada por un complejo sistema de tres líneas.

A su interior se accedía a través de siete puertas, aunque en la actualidad se conservan sólo tres: De las Lanzas, lugar de concentración de las milicias para pasar revista y pagar a los soldados; Del Peso de la Harina, punto de control de las mercancías que entraban y salían y donde se pagaban los tributos; y De la Imagen, acceso principal.

Su entramado urbano se caracteriza por calles estrechas y sinuosas, que albergan el barrio Militar, el Noble y el Popular, además de singulares elementos arquitectónicos, como la Torre de la Cárcel, de tradición califal y 28 metros de altura, o la Alcazaba Militar, construcción islámica con aire gótico-mudéjar, fruto de reformas posteriores.

Pero sin duda, el edificio más emblemático del recinto es la Iglesia Mayor Abacial, levantada sobre una antigua mezquita. Bajo este impresionante templo se han descubierto enterramientos medievales, restos del Neolítico y aljibes romanos.

Los cristianos conquistaron definitivamente la villa en 1341, momento en el que el monarca Alfonso XI le concedió el título de ‘Real’ y el privilegio de fundar una abadía de Patronato Real. Más tarde, los Reyes Católicos le otorgaron el distintivo de ‘Llave, guarda y defendimiento de los Reinos de Castilla’, por el papel desempeñado como zona fronteriza en la toma de Granada.

El paso del tiempo dio lugar a un importante aumento demográfico, provocando que a partir de la centuria del XVI aparecieran arrabales o barrios a extramuros. Desde aquel entonces, la Calle Real se alza como eje vertebrador de la ciudad. En ella, se puede admirar la Fuente de la Mora o el Palacete de la Hilandera. Éste último es un edificio del XIX y estilo modernista que se presenta al visitante como un auténtico museo.

CONJUNTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

El actual núcleo urbano de Alcalá la Real ostenta el título de Conjunto Histórico-Artístico, fruto de su gran riqueza monumental, reflejada en importantes y emblemáticos edificios y mágicos rincones.

Uno de ellos es el Palacio Abacial, de austero estilo barroco con aportaciones neoclásicas. Se trata de una reedificación efectuada en 1791, debido al estado ruinoso en el que se hallaba la primitiva construcción situada dentro de La Mota. Su interior acoge el Museo Municipal que, a través de varios espacios expositivos, permite conocer la historia de la localidad.

Cerca de este Palacio se encuentra, por un lado, el Pilar de los Álamos, obra renacentista de 1552. Y por otro, el Paseo de los Álamos, parque y principal zona verde. En su extremo sur se levanta el antiguo Convento de los Capuchinos, de mediados del siglo XVII, pero convertido en Archivo Histórico y Biblioteca Pública.

Otra atractiva zona es la Plaza principal, que cobija el edificio del ayuntamiento, perteneciente a la centuria del XVIII, de traza barroca y con un original reloj que señala las fases lunares. También aquí se alzan las Casas de Enfrente, con fachada de tres cuerpos, y el monumento al ilustre imaginero alcalaíno Juan Martínez Montañés.

Alcalá la Real, gracias a su larga trayectoria histórica, también ha heredado un valioso patrimonio religioso, en el que sobresale la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, construida entre las centurias del XVI y XVIII, por lo que presenta trazas renacentistas y barrocas. En su interior descansa la patrona del municipio: la Virgen de las Mercedes.

También de gran belleza son la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, del XVIII; y el antiguo Convento de la Trinidad, que acoge una muestra de restos arqueológicos y un espacio dedicado a la gastronomía y artesanía de la zona. Otras parroquias son la de San Juan y la de la Encarnación.

El recorrido por el patrimonio religioso finaliza en el pintoresco Barrio de las Cruces, que con maestría se adapta a la orografía del terreno, dando lugar a calles empinadas y tortuosas. En él se levantan las Ermitas de San Marcos, La Verónica y Fátima.

NATURALEZA Y GASTRONOMÍA

Para los turistas que buscan respirar auténtico aroma rural, la mejor opción está en algunas de las 16 aldeas que tiene Alcalá la Real: San Ana, Ermita Nueva, Ribera Alta, Ribera Baja, Mures, La Hortichuela, Venta de Agramaderos, Fuente Álamo, La Pedriza, Villalobos, La Rábita, San José de La Rábita, Caserías de San Isidro, Charilla, Las Grajeras y Las Peñas de Majalcorón.

Y es que el término municipal de Alcalá la Real regala al viajero multitud de rutas senderistas homologadas. Una de ellas es el Sendero del Río Velillos, un recorrido circular de algo más de diez kilómetros.

Igualmente interesante es el Sendero Los Zumaques, también circular y de casi nueve kilómetros y medio. Éste toma su nombre de la flora más característica de la zona: el zumaque, un arbusto que en otoño tiñe de rojo el paisaje de la Sierra Sur.

Pero además, Alcalá la Real es un paraíso gastronómico, donde el protagonista por excelencia es el aceite de oliva virgen extra. Los paladares más exigentes también tienen la oportunidad de degustar otros productos típicos, como una gran variedad de vinos blancos, tintos y rosados, con diferentes opciones de envejecimiento (jóvenes, crianza o reserva), o una cerveza totalmente artesanal y con aromas y sabores especiales: Tierra de Frontera. Y como acompañamiento, nada mejor que saborear una amplia gama de quesos de la máxima calidad.

En definitiva, Alcalá la Real aglutina historia, patrimonio, cultura, naturaleza y gastronomía. Todo ello, la convierten en un auténtico paraíso turístico.

 

Recomendaciones para comer y dormir

  • Cortijo el ciego

Se trata de un antiguo cortijo, ideal para acoger grandes grupos. Cuenta con 10 habitaciones y varios salones con chimenea. En este alojamiento se ha respetado, tanto la decoración como la estructura original.

  • Apartamentos el Asno Azul

En una pequeña y tranquila aldea de Alcalá la Real, llamada La Ribera Baja, se encuentran varios apartamentos por los que no ha pasado el tiempo. Se trata de alojamientos totalmente equipados con las necesidades actuales, pero en antiguas casas de agricultores de la zona, a las que se le ha respetado la arquitectura orignal.

  • Hotel Torrepalma

En pleno centro de este municipio jienense se ubica el Hotel Torrepalma. En su restaurante se puede degustar la gastronomía de la zona y sus modernas instalaciones ofrecen el mejor descanso al viajero. 

  • Casería las Delicias

Casería Las Delicias es un cortijo señorial con capacidad para unas 20 personas, cuenta con un enorme jardín con piscina y zona de barbacoa. Además dispone de varios salones, cocina y todas las necesidades para pasar un buen fin de semana en grupo.

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